En el marco del proceso electoral veracruzano 2016, hasta hoy, la atención de los medios informativos se ha centrado en los discursos de los siete candidatos: Alba Leonila Méndez, de PT; Miguel Ángel Yunes Linares, de PAN-PRD; Héctor Yunes Landa, de PRI-Verde-Panal-Ave-PC; Cuitláhuac García Jiménez, de Morena; Armando Méndez de la Luz, del MC; Víctor Alejandro Vázquez Cuevas, de PES; y Juan Bueno Torio, aspirante independiente; en sus recorridos, reuniones y agenda; en sus propuestas pero, sobre todo, en sus descalificaciones, señalamientos y acusaciones, que apenas comienzan.

Probablemente, la arena más importante para el debate y la exposición de ideas, para la discusión y el intercambio de adjetivos entre los equipos de los candidatos no se encuentre en los medios informativos convencionales, sino en las redes sociales, que cada día cobran más importancia. La promoción en Facebook, por ejemplo, satura los espacios, al igual que la propaganda que busca el descrédito de los adversarios.

Estamos en la segunda semana de las campañas proselitistas; faltan poco más de 50 días para la jornada electoral y a pesar de la exposición mediática, que incluye anuncios espectaculares, spots de radio y televisión, gacetillas y notas de prensa, así como una intensa cobertura informativa, parece que las campañas no han logrado despertar el interés de los electores y, en general, de los ciudadanos.

Recientemente platicaba con un político veracruzano que ha ocupado cargos relevantes en el gobierno estatal; expuso que, desde su punto de vista, tan importante como las campañas es la organización del proceso; poco se ha dicho, comenta, pero los ciudadanos se niegan a participar en las casillas; no aceptan ser funcionarios y ello tiene en aprietos a los órganos electorales.

Señala que el pequeño estimulo asignado a los funcionarios de casilla, unos 250 pesos, resulta poco atractivo para los ciudadanos, que ven mayores beneficios en ser representantes de partidos, ya que éstos cubren hasta dos mil pesos o más a cada integrante de su estructura electoral; es decir, ocho veces más que lo asignado por el Organismo Público Local Electoral, OPLE.

En varios distritos es la misma historia: los veracruzanos no muestran interés por participar como funcionarios de casilla.

Desde Veracruz y Boca del Río, por ejemplo, nos llegan noticias en el sentido de que los ciudadanos se niegan a participar en la jornada del domingo 5 de junio.

El vocal ejecutivo de la junta distrital 04, José Gonzalo Castillo Gameros, Veracruz Rural, habla de al menos 60 sectores de ese lugar, en que el órgano electoral enfrenta problemas de escasa participación, por lo que tiene la necesidad de buscar alternativas para encontrar funcionarios.

En ese distrito, los focos rojos de la negativa ciudadana a participar en las casillas se ubican en las zonas residenciales, como los fraccionamientos Virginia, Reforma o Costa de Oro.

Veracruzanos evitan la participación

En Tuxpan ocurre algo muy parecido; el vocal ejecutivo de la Junta Distrital número III, Gustavo Castellanos Medellín, afirmó que el sesenta por ciento de las personas seleccionadas se niegan a participar en las 459 casillas que se instalarán el domingo 5 de junio en ese distrito. La mayoría justifica su ausencia por problemas de salud, falta de tiempo u otros compromisos.

Se trata de un fenómeno que se registra en prácticamente todos los distritos veracruzanos y, en general, en las doce entidades que tienen procesos electorales este año.

Así las cosas, el reto para el órgano electoral es promover la participación ciudadana y encontrar a los más de 73 mil funcionarios de casilla que se requieren para sacar adelante la elección de Veracruz, donde se renovarán los poderes ejecutivo y legislativo.

Hace una semana, la Junta Local del INE en Veracruz, a cargo de Ignacio Manjarrez Valle, informó que se había realizado ya la segunda etapa para la integración de las mesas directivas de las 10 mil 441 casillas que se instalarán en territorio veracruzano; como en todos los procesos, en cada una de ellas habrá presidente, secretario y dos escrutadores propietarios, así como tres suplentes, por lo que la meta del órgano electoral es la capacitación de 14 personas por cada casilla.

Sin embargo, las quejas de los responsables de la capacitación y de la integración de las mesas receptoras de votos que se instalarán el primer domingo de junio en los treinta distritos veracruzanos se relacionan, más que con temas como la inseguridad, con el escaso interés de los ciudadanos.

No es un asunto nuevo, sino una tendencia nacional de los años recientes; recordamos que en 2015, para el proceso electoral federal, en todo el país, más de 3 millones 621 mil personas se negaron a participar como funcionarios de casilla. Esa cifra superó, en 35 por ciento, a la registrada en la elección de 2012; y en 75 por ciento, a la de 2009.

En Veracruz, un reporte parcial del INE estableció, en marzo del año pasado, estableció que 37 mil ciudadanos, casi el 6 por ciento de los insaculados, se negaron a participar en las casillas, pretextando estar al cuidado de familiares enfermos, compromisos escolares y hasta miedo. Este año, el número de veracruzanos que se niegan a participar podría dispararse, de continuar dicha tendencia. @luisromero85