Mea (en la) Culpa
La semana pasada volví a platicar con Mercedes Boullosa pero ahora ya había chelas porque La Culpa, al fin, es una realidad.
Las chelas, por cierto, me hicieron aportar varios grandes pasos para La Culpa, todos bajo el escrutinio meticuloso de un ejército de personajes orwellianos producto del culpable quehacer del ceramista Samuel Lozada.
Entre chelas y visitas reiteradas a ese observatorio bigbrotheriano, la Bullo me soltó toda la sopa:
Como se lleva un lunar / todos podemos una Culpa llevar
Abrimos unos días antes del 14 de febrero con una Noche de solteros para los desalmados, ardidos, desconfigurados, recién dejados, sempiternos solteros o meros odiantes de la cursilería que pulula en esas fechas [risas].
En la galería hay una exposición colectiva con cosas mías, de Mercedes Cesari, Sebastián Fund, Víctor Ruiz y Marisa Boullosa. En mayo voy a hacer una individual que se llama Hipertextual, es sobre una gráfica que es textual o sobre un un texto que es un poco gráfico, como quieras verlo, para la inauguración voy a hacer un show. En junio estará a Cecilia Ramírez con una exposición de cerámica.
Ahorita estoy trabajando con niños que vienen de vez en cuando pero la idea de los talleres, más que nada, es juntarnos los artistas plásticos para compartir técnicas y hacer cosas juntos. Ya lo hemos estado haciendo los jueves de jazz, hicimos una cosa que se llama Tinta de tinto, nos sentamos aquí, ponemos un tema de conversación y alrededor de ese tema vamos pintando.
Mercedes Cesari, mi compañera de juerga y jerga, es mi mano derecha, se friega en la cocina, me ayuda a hacer conservas, a decorar, a todo, no sabes, ha sido empuje y hombro.
Sí se han empezado a cobrar las funciones a otro precio como estaba acordado y lo que no se está cobrado en ese precio que yo quiero cobrar, se pide cooperación voluntaria porque como decía mi abuela, todo o nada, chiquita o grande pero mediana no [risas] porque entonces nos quedaríamos en la medianía de seguir con la misma inercia que trae la ciudad y es lo que no quiero. La cooperación voluntaria tiene un asunto de conciencia, obviamente le cuesta al lugar porque yo no traigo a los músicos gratis, yo les pago, de pronto algún músico viene y dice yo no cobro para que pagues tres y vengamos cuatro pero eso ya es cosa de ellos. Además les doy de cenar porque la idea es que el trato sea digno.
También estoy en la creación de público, voy al Instituto de Ecología y a las oficinas donde tengo conocidos, ellos me recomiendan con otros, voy y les platico justamente lo que te estoy platicando: hay un lugar que es así, se trata de esto, dejo la dirección, la tarjetita, y les digo ahí te espero.
Algunas personas han estado viniendo a ensayar, el lugar también está abierto para eso. Cuando La Culpa sea más rica podré ponerles un desayuno, mientras eso sucede, les pongo un café y unas galletitas, ya si ellos quieren consumir otra cosa, pues adelante.
El miércoles de artistas fue un fenómeno, empezamos a las ocho de la noche y fue una cosa increíble porque acabamos a las seis de la mañana y no creas que fue la gran borrachera ni el gran escándalo, no, de hecho casi no conversamos, nuestra conversación fue a través del escenario.
No éramos muchos, seríamos unos 25. Empezó Fernando [Elías Boullosa], mi hijo, con su show Soundtrack para atentar contra uno mismo, siguieron los títeres de Roberto Iván [Enríquez], yo saqué un personaje que se llama Jenny, después tocó Miguel Flores [Morelos], después llegó un personaje de Cucaracha Teatro que se llama Juan, después Fernando de Hita, después ya no pararon entre Fernando de Ita, Miguel Flores, Fernando Elías y El Grillo [Alejandro Figueroa], se iban rolando. También hubo una jamm session con Juan Carlos [Sardaneta], El Grillo, el Chane [Rodolfo Hernández] y el Chocho [Manuel Monforte]. Bueno, no paramos hasta que dijimos ya va a amanecer, y nada más hubo dos borrachos pero de esos que son como se debe ser borracho [risas]. Fue una experiencia muy alucinante, realmente.
Ese día sirvió para que se conocieran más profundamente, sobre todo algunos cantautores que se dieron cuenta de que tenían unas similitudes y algunas inquietudes en común. Fue muy padre, ojalá que siga así.
Con los músicos pasa mucho que, por ejemplo, están tocando y entra Lucio [Sánchez] y se ponen nerviosísimos, empiezan a tocar mal cuando, perdón pero Lucio Sánchez es un tipo de lo más generoso y cualquier crítica que te pueda hacer, siempre será constructiva, entonces, también el artista viene con la apertura de la opinión del otro que nos hace mucha falta, y también viene a ver lo que está haciendo el otro porque siempre está en función y nunca tiene chance, muchas veces estamos en función al mismo tiempo y solemos no ver lo que está pasando con los demás. Los miércoles son una oportunidad de ver algo de lo que están haciendo los demás y ver si tenemos algo que aportar, y no me refiero únicamente a una opinión o una crítica sino a decir: te pinto tal cosa, está bien pinche tu sombrero, te hago uno mejor, ¿me explico?, se trata de aportar.
Los miércoles puede venir quien sea pero ya dijimos que vamos a parar a las dos de la mañana, hasta las 11:30 estaremos conectados, a esa hora nos desconectamos y nos quedamos unplugged para no crear molestias en los vecinos.
La idea es ir haciendo, poco a poco, un lugar de reunión, abrimos hace menos de dos meses y ahí va.
Por su Culpa, por su Culpa, por su gran Culpa…
Como se lleva un lunar, dice Álvaro Carrillo en su atinado bolero, todos podemos una culpa llevar porque, coincido, en este mundo tan profano, quien muere limpio, no ha sido humano. Vayamos pues, no a expiar nuestras culpas sino a espiar la ajenas y exhibir las propias, todo será por La Culpa de la Bullo, la pior. Los horarios para culpar y ser culpado son: De lunes a viernes de 13:00 a 00:00 horas y los sábados de 18:00 a 00:00 horas.
PRIMERA PARTE: La Culpa no es de la estaca, es de la Bullo