Los mariachis callaron, como dice la canción. Y el que calló fue Miguel Ángel Yunes Linares.
El candidato de la alianza PAN-PRD a la gubernatura ha guardado estratégico silencio, luego de que sus abogados le recomendaran no decir ni jota.
Y es que el desmentido de la revista Proceso en contra del ex director del Issste es demoledor, contundente.
De acuerdo con el prestigiado medio de comunicación, Omar Yunes Márquez sí planeó lavar dinero a través de Mossack Fonseca.
En un trabajo del reportero Álvaro Delgado se indica que “padre e hijo mienten: Omar Yunes Márquez gestionó, cotizó, contrató y pagó la creación del fideicomiso a través de Mossack Fonseca y el despacho mexicano Doporto y Asociados –cuyo dueño, Luis Doporto, participa en la reestructuración del mercado de la distribución de medicamentos en México–, una operación que hizo entre mayo y julio de 2012, en pleno proceso electoral en México”.
El periodista hace un análisis acerca de la aparición de Omar Yunes Márquez en los #PanamaPapers.
Al respecto, comenta que Miguel Ángel Yunes Linares rechazó que su hijo hubiese creado un fideicomiso en un paraíso fiscal, Nueva Zelanda: “Hay un señor que se llama Omar Yunes, que nadie dice que sea mi hijo. Hay 20 Omar Yunes en mi familia, para empezar, y muchos fuera de la familia”.
También Omar negó poseer ese fideicomiso: “Se puede proceder, se puede hacer la aclaración, la realidad es que los medios, con todo respeto, los que quieren atacar, publican lo que quieren. Entonces ya ni pex”.
En ese sentido, el periodista Álvaro Delgado expone que “el 3 de mayo de ese año el mismo Yunes Márquez se comunicó, por teléfono y vía correo electrónico, con Giovani Castillo, abogado de Doporto y Asociados, para dar instrucciones sobre el caso, según consta en los propios archivos de Mossack Fonseca obtenidos por Proceso”.
Charla Omar Yunes a Giovani: “Hola, Giovani, cómo estás. Te buscaba para preguntarte si ya estará lista la documentación de la estructura legal que armamos con ustedes, ya que ahora sí la necesito”.
Un día después, Giovani Castillo se comunicó con una colaboradora de Yunes Márquez para pedirle “la información que requerimos nos sea proporcionada por parte de la esposa de Omar para poder terminar con su estructura”.
Proceso habla y comprueba “un vasto intercambio de mensajes y documentos” entre gente de Yunes y del despacho Doporto y Asociados para “la constitución del fideicomiso llamado The Elysian Trust”.
Proceso da todo tipo de evidencia: “El fideicomiso será constituido con USD $100 y recibirá por parte de la fundación holandesa llamada Stichting Administratiekantoor Strechman un certificado de participación que te anexo. El nombre del fideicomiso será: The Elysian Trust. El settlor (fideicomitente) es el señor Omar Yunes Márquez de nacionalidad mexicana. El primer beneficiario será el mismo señor Yunes. El segundo beneficiario será la señora Ángela Ruiz Pérez del señor Yunes, igual de nacionalidad mexicana.”
Ángela Ruiz Pérez y Omar Yunes Márquez son esposos.
Como dice Proceso, “dos años después, el 30 de octubre de 2014, Mossack Fonseca seguía sin pagar las dos facturas, como se lo requirió la representante de este despacho, Giselle Ocampo, al abogado Jaskille Begné, quien recordó que Yunes Márquez no firmó el fideicomiso. ‘Subsecuentemente les avisamos que el Sr. Yunes no quiso seguir adelante con la estructura, por lo que cancelábamos ese proyecto’, dijo el abogado, quien, como ya se acreditó, condujo todas las negociaciones con Mossack Fonseca”.
De acuerdo con el periodista Álvaro Delgado, “el intento de ocultar este fideicomiso por parte de Yunes Linares y su hijo menor –hermano de Fernando, actual senador, y de Miguel Ángel, alcalde de Boca del Río– es un comportamiento habitual del jefe del clan”.
Habrá que ver si Miguel Ángel Yunes Linares sigue pronunciándose en contra de la corrupción, o al menos que cínicamente trate de señalar la paja en el ojo ajeno mientras él y su clan tienen en las pupilas tremenda viga.
Si actúa cínicamente, los ofendidos electores le pasarán la factura el día de los comicios.
El “Ya, Ya, Ya” no se lo derrumbó ni Javier Duarte ni Héctor Yunes, sino su hijito Omar. Así suele suceder.
YA SE SABE que el verdadero, el real, el auténtico delegado del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional, PRI, en Veracruz es el ex senador Alejandro Gutiérrez Gutiérrez, quien llegó a la entidad con toda la fuerza que da su cercanía con el máximo dirigente del priismo nacional, Manlio Fabio Beltrones Rivera.
En octubre del año pasado, Alejandro Gutiérrez fue nombrado por el presidente del CEN como secretario adjunto a la presidencia de dicho órgano de dirección partidista.
Gutiérrez Gutiérrez es originario de Coahuila, donde ha sido dirigente de la CNOP, diputado local, presidente del Congreso y dirigente estatal del PRI. En el CEN priista, sus funciones tienen que ver con la relación entre el poder ejecutivo y la Secretaría de Administración y Finanzas del partido; y entre el CEN y los gobiernos federales, estatales y municipales; de igual manera, es el vínculo entre el PRI, las cámaras empresariales y los organismos no gubernamentales. Se le considera un operador político de primer nivel, que se ubica en el círculo más cercano a Manlio Fabio Beltrones. Así las cosas, Alejandro Gutiérrez es el verdadero delegado del CEN del PRI para el proceso electoral veracruzano; nos comentan que el ex senador llegó a la entidad para fortalecer el trabajo de Manuel Cavazos Lerma, actual senador, ex gobernador de Tamaulipas, quien se desempeña como delegado estatal del partido. A todo esto, bien valdría la pena preguntar ¿qué papel desempeña ahora Jesús Medellín Muñoz? Jesús Medellín (quien nos dicen que se muestra ofendido cuando alguien le llama con el afectivo “Chucho” –así le dicen a los perros en su natal Aguascalientes–), es un parásito que de muy poco, prácticamente de nada ha servido al tricolor en Veracruz; sin embargo, a pesar de su muy gris, opaco desempeño durante los 12 años que lleva en la entidad, se sigue ostentando como delegado.
INTERESANTE charla del gobernador Javier Duarte de Ochoa el pasado viernes en la casa del buen amigo y excelente anfitrión Gonzalo Morgado Huesca. Al encuentro acudieron el Coordinador de Comunicación Social, Alberto Silva Ramos y el diputado federal Érick Lagos Hernández. Asimismo, los colegas Manuel Rosete, Raymundo Jiménez, Sergio González Levet, Víctor Murguía Velasco, Arturo Reyes Isidoro, Santos Solís, Noemí Valdez y quien esto escribe. Fue la oportunidad no sólo de refrendar viejos lazos de amistad, sino también para tener una visión más general de lo que está pasando en Veracruz. Al mandatario estatal se le vio relajado, bromista. No hay optimismo exagerado pero sí seguridad en que las cosas no saldrán tan mal el 5 de junio. Muchas confidencias, demasiadas, tantas como para tener una idea de que el escenario no es tan catastrófico como se pensaba. Existen los milagros. Ya se verá.