Mutatis Mutandis

Por Rafael Arias Hernández.

Próspero en desempleo y pobreza, en sed de seguridad y justicia,  y ahora en hambre. Destaca, para mal, en la pésima política económica y la peor administrativa y financiera del gobierno del estado.

Veracruz con recesión en la actividad industrial.

Memoria presente, es hora de rendir cuentas y  ser evaluados.

Tanto, gobernantes en el privilegio del cargo; como el PRI, partido que los llevo y sostuvo, encubre y protege, ambos tendrán que responder por sus obligaciones y deberes.

El combate a la ineficiencia y delincuencia no tiene veda, ni tregua electoral.

De frente a las elecciones, ¿dónde están las explicaciones, los pretextos y las justificaciones de lo que no se hizo o está mal y peor hecho?

Ni siquiera esa molestia se toman, todo lo que hacen está orientado al hampa electoral, a asegurar la continuidad de la impunidad.

¿Por qué no se ha anunciado la desgracia en la actividad industrial y la pérdida o mediocre  generación de empleos formales?

Ya no recuerdan las oportunistas y exageradas promesas de campaña; ni los ilusorios compromisos establecidos en el Plan de gobierno, olvidados o incumplidos; mucho menos las obligaciones inherentes a los cargos asumidos.

La simulación de la costosa e inútil fiscalización es su mejor defensa, Todo checa y cuadra, todo está bien, pero a todos se debe, la deuda crece y no hay obras públicas ni para remedio, fuera de algunas banquetas y bardas.

Lo verdaderamente cómico y trágico a la vez, es que no tienen llenadera; y lo peor de la burla y el engaño, es que contra toda lógica siguen los anuncios de acciones exageradas, de inversiones y obras declaradas que no llegan, ni se concretan.

Una, otra y otra vez, se comprueba lo que se padece. La declaración no sustituye a la inversión, aún con buena intención; y obras son amores…platónicos, existentes en otras dimensiones.

Promoción oficial cándida y costosa, con poca o nula credibilidad social. Incompatible con una realidad que acumula pendientes, obligaciones incumplidas y rezagos de todo tipo. De adelante hacia atrás; de la prosperidad a la pobreza y el hambre; de la estabilidad a la inseguridad.

Abajo y atrás, Veracruz se conmueve.

La economía veracruzana en fase recesiva, de bajo y casi nulo crecimiento. ¿Hasta cuándo?

Promesas y compromisos oficiales implícitamente lo aceptan; y, ahora abiertamente, a cual más de los candidatos asegura, fundada o superficialmente, que ya hay propuestas y respuestas, que viene lo bueno, que pronto se empezará a notar recuperación y crecimiento. Que con varita mágica se generaran miles de empleos, se sanearan las finanzas públicas y Blanca Nieves vera crecer a los enanos.

Remate de temporada. Negación y liquidación del presente. Venta y oferta de futuros promisorios. Total, prometer no empobrece a los que declaran.

 ¿Y mientras? Millones y millones de veracruzanos se preguntan. Qué hacer con el sustento diario, con todo lo básico que sube de precio, a pesar de las promesas electoreras y gubernamentales, lo básico se encarece. El agua cuesta y los alimentos en aumento. En contra de lo prometido para reformar, los energéticos misteriosamente siguen encareciéndose, con los conocidos efectos en transporte y otras actividades.

Por lo pronto, el gobierno federal sigue atendiendo y paleando la crítica situación, al reconocer el enorme programa de atención a la pobreza creciente que ya alcanza a casi 5 millones de veracruzanos; y al aceptar y enfrentar la pobreza extrema, que ya se convirtió en hambre inocultable de casi 2 millones de seres humanos.

El próspero Veracruz ya tiene 85 municipios en presupuesto federal  del programa “sin hambre” y, desde luego, la atención  o cobertura no es total, es parcial. Sólo parte de los hambrientos tienen comida asegurada y por lo tanto al resto se les somete a una dieta oficial veracruzana muy simple: desayunan, comen y cenan rollitos del boletín, maciza de discurso y frijolitos electoreros.

Los programas de desarrollo social y los asistenciales,  si sirven y son útiles. Sirven a la delincuencia electoral y gubernamental, a unos  los saca de pobres; y a otros, les asegura trabajo o representación pública, con cargo al presupuesto.

Recesión industrial

De ahí que no extraña que los encargados estatales, no digan y hagan algo respecto a lo publicado por el INEGI, el 8 de marzo de este año. Veracruz tuvo en el mes de noviembre el más alto decrecimiento en actividad industrial con un -14.87%.

No me crea, consúltese la fuente oficial:

http://www.inegi.org.mx/sistemas/bie/cuadrosestadisticos/GeneraCuadro.aspx?s=est&nc=470&c=26625

En efecto, los Indicadores macroeconómicos de coyuntura, el índice de volumen físico de la actividad industrial según entidad federativa, de variación porcentual anual, publicado el 8 de marzo, con últimos datos a noviembre de 2015, no sólo muestra que llego a casi -15%, también confirma que de los 28 meses anteriores, 24 han sido negativos; 3 de casi estancamiento con máximo 0.8%;  y  1 mes de 3.14% de crecimiento (septiembre de 2014).

Vista la situación a un periodo de más años, se confirma el deterioro, por no decir abandono o equivocación de las políticas estatales oficiales, de apoyo a la actividad industrial. ¿Se quiere más de lo mismo?

El espejismo de la creación de empleos.

En próxima entrega mostraremos el fracaso en las políticas de creación de empleos formales; la gran mentira de los cientos de miles  creados y lo peligroso que es prometer en campaña lo que en 2 años no se va a cumplir.

*AcademicoIIESESUV@nullRafaelAriasH.Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez