Al parecer la fama que tenían las mujeres mexicanas de fieles y abnegadas ya pasó a la historia. La Chorreada y María Candelaria sucumbieron ante el empuje de una generación de mujeres con más… digamos… open mind.
El portal de internet Ashley Madison hizo un sondeo en 36 países sobre la infidelidad femenina y qué crees lector; México se llevó el primer lugar a nivel mundial ya que el 44% de las usuarias mexicanas, admitieron sin el menor rubor, que sostienen relaciones extramaritales y que les encantan.
Y si México es el país número uno en infidelidad femenina, por lógica también es el número uno en cornudos a nivel mundial.
¡Jíjo he la guayaba!
El sondeo dice que el perfil de las mujeres infieles se define por su edad, 32 años, dos de matrimonio y un par de hijos. Incurren en la infidelidad por el motivo esencial de encontrar placer sexual. Otros motivos se relacionan con las disfunciones sexuales, o por el nacimiento de los hijos, periodo en el que se descuida a la pareja.
Esto lo aseguró Víctor Hermosillo, director general del portal que para tu mayor información es un sitio de citas.
El estudio reveló que las ciudades de nuestro país con los índices más altos de infidelidad femenina son la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey y Tijuana en ese orden.
Un dato que llama mucho la atención es que el día en que más disfrutan las mujeres poniéndole el cuerno a su pareja es 15 de febrero, ya que la gran mayoría quedan insatisfechas por el trato sexual que recibieron el día anterior, el 14, que es día del amor y la amistad. ¡Jesús, María y José!
Reitero, este sondeo echa por tierra la cacareadísima fidelidad de la mujer mexicana presumida generalmente por sus parejas masculinas. A la frase “Mi vieja es muy de su casa” habrá que agregarle “y también me es infiel” porque cuatro de cada diez son muchas mujeres infieles para una nación que se ufanaba de no tenerlas.
Una cosa que no revela el sondeo pero que leí en una revista del corazón, es que un amplio porcentaje de las infieles mexicanas pertenecen al gremio de las sumisas y abnegadas. Aquella que tiene como pareja a un émulo de Juan Charrasqueado (borracho, parrandero y jugador) que se solaza en humillarla, pero a la vez en ponerla como ejemplo de que no le será infiel ni con el pensamiento.
Esas mujeres calladas, aparentemente dóciles y aguantadoras, son de las que más visten de toro al machote y hablador de su marido o pareja.
Pero por otra parte, las que tienen maridos inseguros y golpeadores, también son susceptibles a ser mujeres infieles.
Si en la época de la Chorreada y María Candelaria la mujer infiel era señalada, rechazada y su vida se convertía en un martirio, ahora ya no es así.
En la actualidad y a pesar de que son infinitamente más discretas que los hombres, ya no se inmutan si alguien le va con el chisme al marido, simplemente optan por el divorcio o la separación y asunto arreglado.
¿Qué pensarán de esta encuesta los machos mexicanos que hasta le cantan a la fidelidad de sus mujeres?
Creo que fue mi tocayo George Bernard Shaw, quien dijo que es el hombre y nadie más que él, el verdadero culpable de la infidelidad femenina. Y puede que tenga razón.
Si de acuerdo con el sondeo, casi cinco de cada diez mujeres mexicanas le ponen las astas a sus parejas, no ha de ser enteramente por culpa de ellas. Juzgarlas a la ligera como pirujas sería una barbaridad e incluso una falta de hombría.
No hay que olvidar que quien señala con el índice es señalado a su vez por tres dedos.
Pero tranquilos todos, el resultado de este sondeo se revertirá en día que haya más hombres y menos machos en este país.
Eso puedes apostarlo, lector.