En esta segunda entrega, Yadith nos platica sus experiencias en las clases con niños, nos comparte sus reflexiones sobre los estragos que puede causar el uso excesivo de la tecnología y nos habla sobre su exposición Tlapalería que se inaugurará mañana, jueves 17 de marzo, a las 5:00 de la tarde, y permanecerá hasta el 17 de mayo en el café galería La eskinita que se ubica en Lázaro Cárdenas 226, colonia Benito Juárez, junto a la Unidad Habitacional el Haya, en la salida antigua a Coatepec.
Tlapalería, imaginación, fantasía
Nunca he sido purista, siempre me ha gustado mezclar varias cosas y técnicas, cuando hacía fotografía le añadía cosas, me aventuraba a hacer collage analógico; todo lo que se hace en Photoshop actualmente, viene de lo que se podía hacer en laboratorio antes y a mí me encantaba hacer ese tipo de efectos, añadir grafismos, empalmar imágenes, sobreponer texturas.
Logro todo eso en la pintura gracias a que mezclo técnicas, no soy purista del óleo, del acrílico ni de nada entonces hay cuadros que están hechos con tres o cuatro técnicas al mismo tiempo, que tienen collage, que tienen óleo, que tienen encausto, que es una técnica que me fascina. El encausto es una técnica ya en desuso pero que la trabajó muchísimo el Doctor Atl y los muralistas, Siqueiros también la trabajó mucho. Es una técnica que está hecha a base de cera, cuando derrites las crayolas tienes una especie de encausto pero de manera artesanal se hace con copal, que es una resina, y cera de abeja que le da el cuerpo, con eso tienes una base incolora y vas agregando pigmentos según quieras, el amarillo, el azul, el verde. Es una técnica padrísima porque te permite trabajarla con espátula, muy espesa, o muy delgada como si fuera óleo, puedes trabajarla según lo que tú estás buscando y además te permite trabajar transparencias porque la cera es transparente, hay quienes lo calientan con un soplete para que se funda el color, es una técnica muy bonita.
Desde hace seis meses vivo en Xalapa y el 17 marzo voy a inaugurar una exposición que se llama Tlapalería, es una palabra que proviene del náhuatl tlapalli, que significa color. Antes, los establecimientos donde se vendían los colores, los yesos y todo lo que usaban los pintores se llamaban tlapalerías, con el tiempo se fueron extendiendo a otros artículos como clavos, tornillos, etcétera y se volvieron ferreterías, ya casi nadie usa el término tlapalería pero a mí, de chica, me tocó ver esos negocios y era una palabra hasta difícil de pronunciar pero me gusta que tenga ese origen, que sea una palabra híbrida del náhuatl con el español.
Siempre me han interesado las formas, los colores, las historias, la concepción prehispánica del mundo entonces mis temas siempre abordan leyendas, formas, mitos de las diversas culturas prehispánicas, no nada más de la azteca, por ejemplo ahorita tengo dos piezas que empecé a trabajar con el tema de la cultura olmeca y de la totonaca, ¿por qué?, pues porque ya estoy viviendo acá y tengo más contacto y más referencias, sobre todo por el Museo de Antropología.
Tlapalería significa donde se encuentran los colores y hago énfasis en eso, no hay una temática que una la exposición pero sí hay una constante, todos los cuadros tienen mucho colorido. Me gusta mucho la tradición de los bordados, de las pinturas que se hacen sobre papel amate y todos esos trabajos tienen mucho color, no tienen miedo, usan el color casi puro entonces ese es como mi gran tema, el origen prehispánico.
Me salvé a mí misma…
Ahorita me dedico a dar clases de Artes Plásticas a niños, desde muy chicos hasta adolescentes, y eso también me está nutriendo mucho porque hubo un tiempo en el que estaba enfrascada solo en lo que yo hacía y no tenía mucha referencia del mundo y ahora me he retirado muchísimo de la vida «académica», artística, cultural porque siento que si uno se enfrasca mucho en eso es como estarse viendo la punta de la nariz todo el tiempo, o sea, no ves más allá de un pequeño círculo de producción que siempre habla de lo mismo, en el que siempre nos estamos viendo los unos a los otros y no nos expandimos entonces trabajar con niños, para mí, es un universo nuevo, fresco, encuentro en ellos un interés muy genuino, muy original.
Dentro de la maestría que hice se estudia Pedagogía de las Artes pero yo no tomé esa materia, no es mi área de especialidad pero ahorita la estoy estudiando en vivo y a todo color, es muy difícil, pero también muy gratificante. Acabo exhausta porque los niños te exigen mucho, te exigen atención, te exigen que lo que les propongas sea atractivo. La academia descuida eso, olvida que el arte es lúdico, intelectualiza mucho, creo que en todo este tiempo de estar en la escuela me enfermé de intelectualismo, de tener que argumentarlo todo y justificar con una teoría, con un autor y esa es una manera de ver las cosas pero no es la única, hay una forma que está viva, una forma que demanda atención aquí y ahora.
La insoportable levedad del ser
Me parece muy importante trabajar con los niños porque con la tecnología estamos perdiendo sensibilidad, puede ser que nos esté creciendo la cabeza en cuanto algunos conocimientos tecnológicos pero veo que en los niños y los adolescentes ya se está perdiendo el gusto por la materia, por lo vivo, por lo que está realmente aquí y no virtualmente, están llenos de tablets, de teléfonos celulares, de pantallas que sí les están matando la creatividad, definitivamente.
Les dices imagina, crea en tu cabeza algo que no existe o que sí existe pero puedes hacerlo a tu manera, ¿cómo puedes representar un caballo?, ¿verde, amarillo, con estrellas? y les cuesta muchísimo trabajo porque, según ellos, ya todo está hecho, todo está a la mano, buscas «caballo» [en internet] y te salen 1000 caballos que se mueven, que no se mueven, con efectos, con tridimensión, con sonido entonces ya se está perdiendo la necesidad de crear y eso es muy grave.
Incluso el término «investigación» ya se refiere solamente pantallas y computadoras, ¿y dónde quedaron los libros, las enciclopedias, la investigación de campo? Es algo que los niños ya no están aprendiendo y las consecuencias van a ser graves, muy graves. En las clases veo la dificultad que tienen los alumnos para comprender conceptos sencillos pero abstractos y eso también es resultado de que se les ha ido quitando tiempo a materias importantes, cada vez tienen menos tiempo de educación artística, ya no existe civismo, por ejemplo, una materia donde se veían conceptos éticos, de convivencia, de sociedad entonces se están volviendo autómatas, no pasa mucho por su mente, ellos ya no tienen que proponer, que cuestionar, que inventar nada, se están volviendo unos reclutadores de información, que es bien distinto, la información no es conocimiento.
…de mí misma
Creo que ahorita me encuentro en una faceta de mi vida más cercana a la realidad, ya me estaba costando mucho trabajo vivir en la teoría, sí me llevé muy bien con los libros, me encantan pero necesitaba un contacto con las cosas vivas y los niños son cosas vivas muy interesantes y además tenemos el compromiso de enseñarles un poquito del mundo.
PRIMERA PARTE: La imaginería de la fotografía