Héctor está en la lona, a Miguel Ángel le saldrá carísimo el cascarón que compró (PRD) y a Morena le ayudará la figura de Andrés Manuel López Obrador que, en las preferencias, gana dos a uno en Veracruz, por lo que es un sello de garantía. A horas de reunirse con el dirigente nacional de su partido, quien estará en Veracruz este martes 15, al candidato a Gobernador por Morena, Cuitláhuac García Jiménez, se le nota optimista, propositivo y confiado en que puede obtener el triunfo el próximo 5 de junio.
Aunque la mayoría de las encuestas reconocen a los primos Yunes (Héctor y Miguel Ángel) como los punteros en la contienda, para el catedrático de la UV y diputado federal con licencia ambos cargan pesadas losas sobre sus campañas: el priista, la pésima imagen del gobernador Javier Duarte de Ochoa que le ha colocado en desventaja, y el panista, haber comprado a un altísimo costo un cascarón, el Partido de la Revolución Democrática PRD, para una alianza que no le redituará muchos votos.
Al candidato de Morena se le reconoce solo entre el 18 y el 20 por ciento de la preferencia electoral (mucho más de lo que ha logrado el PRD en los recientes comicios), sin embargo, Cuitláhuac señala que puede dar la sorpresa porque, hasta el momento, todas las encuestas arrojan que un 60 por ciento de la ciudadanía no ha decidido su voto y que lo hará hasta el último momento.
Reunido con periodistas del Grupo de los Diez, Cuitláhuac reconoce que en su abultado triunfo en los pasados comicios federales de 2015, donde logró la diputación federal con el doble de votos de la candidata priista Elízabeth Morales, operaron dos factores importantes: el hartazgo social y el hecho de que la exalcaldesa era la peor candidata.
Cuando recorrió por primera vez las colonias xalapeñas durante su campaña, se percató de que su contrincante (quien terminó en el tercer lugar, detrás de Morena y el PAN) era conocida por el 90 por ciento de los pobladores, un factor que en casi cualquier elección puede ser determinante, pero no en este caso: menos del 10 por ciento contestaba que estaba en su favor, pues había visto su pésima gestión en el ayuntamiento capitalino.
Esa circunstancia, reconoce, no la va a tener en la elección estatal. Héctor Yunes Landa no es el peor candidato; si el abanderado priista fuera el actual gobernador Javier Duarte, señala, entonces podría ganar de calle, pues se repetiría el mismo fenómeno. Héctor Yunes no es equiparable a Elízabeth Morales, aunque le bajará muchos votos la fobia de la población a todo lo que huela a PRI y a Duarte.
El PAN, principal adversario de Morena
Para Cuitláhuac, el PRI y su candidato están en la lona, por lo que su principal batalla es con el PAN y su alianza con el PRD. Incluso señala que el PRI le va a quitar votos a Morena, en lugar de beneficiarse de su partido en su lucha contra la alianza PAN-PRD.
Pone como ejemplo el municipio de Boca del Río, donde viejas mediciones le han dado al PAN una preferencia del 70 por ciento: hoy puede suceder que Morena obtenga un mayor número de votos y le arrebate la hegemonía al blanquiazul. Ahí, dice, hay mucho hartazgo no solo contra el PRI (a cuyos militantes y simpatizantes los ha dejado solos) sino contra el alcalde panista, Miguel Ángel Yunes Márquez, lo que canalizará votos al partido de López Obrador.
Con la garganta afectada por los cambios de escenario en los últimos días (del frío de las faldas del Pico de Orizaba al calor de la costa en Boca del Río), Cuitláhuac es determinante; no permite preguntas a la mitad de sus respuestas, explica todo casi con la misma cadencia y simpleza que López Obrador, ofrece datos sobre los montos que habrá de ahorrar en gasto corriente (10 mil millones de pesos) para apoyar programas sociales como el de Adultos Mayores, explica aquellos objetivos que le proponían para su campaña y que pidió desaparecer pues será el suyo, si gana, un gobierno de dos años, y señala que a la Sefiplan se le hizo bolas todo. “No saben ni dónde deben”.
Para él, como para muchos analistas políticos, no hay en Veracruz izquierda que vaya con Miguel Ángel Yunes Linares, y asegura que el perredismo (aquel que no está en la cúpula) está en contra de la alianza. Miguel Ángel, repite, compró un cascarón a un altísimo costo, una alianza de papel. Y es que, del mismo modo que los perredistas de base no votarán por el PAN, muchos panistas se abstendrán de votar por el PRD cuando éste vaya con sus candidatos a diputados locales.
Según sus cálculos, en esta elección Morena se colocará entre los dos punteros y señala: “el PRI me está quitando votos”. Es una apreciación seria, señala, no un comentario aventurado, porque hay mucha afinidad con Morena incluso entre quienes han votado por el PRI o por el PAN.
Y no hay que quitarle veracidad a sus palabras. En sus primeros comicios como partido político nacional, los de 2015 para renovar la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, Morena obtuvo en Veracruz 313 mil 162 sufragios y ganó por mayoría relativa dos de los más importantes distritos electorales: el de Xalapa, que llevó al actual candidato a gobernador al Palacio de San Lázaro, y el de Coatzacoalcos, con Rocío Nahle, actual lideresa de la fracción morenista en el Congreso y segura candidata a gobernadora en 2018.
Hay que recordar que en los mismos comicios el PRD obtuvo poco menos de 280 mil votos, y el PVEM apenas 196 mil.
En la reunión con Cuitláhuac, solo acompañado por su encargado de prensa Iván Joseph Luna, y el coordinador de su campaña en Xalapa, Guillermo Fernández, participamos los periodistas José Ortiz Medina, Sergio González Levet, Pompeyo Lobato Ortiz, Quirino Moreno Quiza, Orlando García Ortiz, Salvador Muñoz, Filiberto Vargas, Melesio Carrillo, Santos Solís, Leopoldo Gavito, Miguel Ángel Cristiani, Arturo Reyes González y un servidor. Es el segundo candidato a gobernador que dialoga con este grupo de periodistas y columnistas. El primero fue Héctor Yunes Landa.
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