Unas cuantas horas de marcha y manifestación por parte de la Universidad Veracruzana bastaron para empequeñecer cualquier movimiento de contención hecho por el Gobierno del Estado durante los días previos al monumental movimiento universitario. Ni antorchistas, ni el clima, ni una carta pública de Javier Duarte en la que anunciaba su decisión de no enviar al Congreso del Estado su iniciativa de ley para modificar el artículo 98 del reglamento del Instituto de Pensiones del Estado, que obligaba a empleadores hacer autosustentable los procesos jubilatorios de sus empleados, le hicieron el milagro.
La UV mostró más músculo, mostró mesura, congruencia, valor, valores, estilo, humildad; se convirtió en ejemplo y causa nacional. Universitarios, estudiantes, egresados, maestros, investigadores, artistas dieron ejemplo de que el pueblo veracruzano es mejor que su gobierno, merece gobernantes a su nivel y que está comenzando a manifestar el descontento de manera racional.
No se tome el movimiento en defensa de la UV como una problemática entre gobierno y rectora, es un válido reflejo del hartazgo social; por algo es que integrantes de la sociedad civil manifestaron su apoyo al contingente con pitidos, pancartas expuestas desde sus puertas y ventanas, difundiendo publicaciones en redes sociales; es que los reclamos son distintos pero con el mismo responsable.
Mientras, Javier Duarte de Ochoa y su “eficaz equipo de difusión” reparten twits de ciento y tantos logros, a ver dónde para la cuenta, mismos que son basados en programas federales, con recursos no estatales en su mayoría; cuando la UV mostraba un detalle de su grandeza el gobierno Duartista se hace cada vez más chiquito.
Parece que la intención es que el barco se hunda, dejar un desorden y heredar un carbón al rojo vivo al siguiente gobernador para que el efecto negativo no cese y se prolongue en la siguiente administración, pero esa estrategia podría servir como vendetta política únicamente, porque el histórico ridículo, la enorme ineficacia, la burda soberbia está presente en cada veracruzana y veracruzano, todos abren los ojos día con día y el juicio histórico ha dado sentencia a Javier Duarte y su equipo; los mismo que dice el gobernador le dieron la confianza para gobernar hoy le manifiestan lo contrario y es una verdad que ronda las calles, los hogares, las oficinas, las instituciones, pero nos ha tocado el peor ciego, el que no quiere ver.
Un reconocimiento a la comunidad UV, a su ballet, a Tlen Huicani, a su mariachi, a su coro, a la valiente Sara Ladrón de Guevara, a su ejemplar equipo de trabajo, a estudiantes, maestros, exalumnos. Ustedes son Veracruz, hoy son la voz y el sentimiento. La primer marcha monumental cumplió, la respuesta del gobierno está tardando y de no escuchar esas miles de gargantas, la siguiente manifestación los empequeñecerá mas, y más, y más.
Les quedó grande la responsabilidad de gobernar, hoy les toca reconocerlo. Escriba a mrossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas