Con mucho, es en este momento la mujer más poderosa de Veracruz. O tal vez habría que decir “empoderada”.
En el derecho, Erika Ayala Ríos conjunta la Secretaría General del Sindicato Único de Trabajadores del Cobaev, el liderazgo de la CNOP de Veracruz y el escaño como Senadora de la República, en sustitución de Héctor Yunes Landa, quien será el seguro candidato del PRI a la gubernatura.
En el hecho, Erika Ayala es una poderosa lideresa de su sindicato, en donde mantiene un control absoluto y la simpatía de sus agremiados, porque no son pocas las prestaciones que les ha conseguido en el tiempo en que ha estado al frente de la representación laboral mayoritaria del Colegio de Bachilleres de Veracruz.
En la CNOP, Erika llegó para despertar del marasmo a esa otrora poderosa organización del partido tricolor, que en Veracruz había terminado por adormilarse entre la astenia presupuestal y las preocupaciones estéticas de Lupita Porras. Hoy el sector popular vuelve ser un ente vivo, gracias a la preocupación y al ímpetu de quien desde el primer día en que asumió la dirigencia no ha parado en su afán de rescatar la presencia y la fuerza que tradicionalmente había tenido dentro del partido.
La maestra Ayala ha hecho valer su pasado de priista convencida y destacada, y así vemos que los transportistas afiliados vuelven a tomar vida y hacen pronunciamientos en favor de su (pre)candidato a la gubernatura; vemos también que los profesionales cenopistas vuelven a organizarse en las ramas de su conocimiento; advertimos que las mujeres y los jóvenes populares vuelven a ser tomados en cuenta.
Y en el Senado, por razones de su origen laboral como catedrática del Cobaev, acaba de ser designada en la Comisión de Educación, para la que tendrá muchas ideas, proyectos y acciones que aportar. A unas semanas de haber tomado su lugar en el escaño, Erika ya es identificada por el liderazgo de su fracción como una senadora eficiente, seria y responsable. Y muchos de sus compañeros de otros partidos ya la ubican perfectamente.
Poder o empoderamiento de que goza quien fue también Secretaria General y Presidenta del comité estatal del PRI. Poder o empoderamiento que se entiende a partir de la enjundia con la que Erika se maneja entre una clase política en la que aún permean rasgos de misoginia, de machismo.
Si en este momento se hicieran momios sobre qué mujer tendría las mayores posibilidades de ser en un futuro no lejano la primera gobernadora de Veracruz, el nombre de Erika Ayala encabezaría la lista, pues no hay otra que tenga tantas y tan importantes posiciones, no hay otra que demuestre tal fuerza política intrínseca, y no hay otra que se maneje con tanta eficacia en un mundo aparentemente dominado por los hombres.
Poder o empoderamiento de la maestra Erika Ayala, quien será senadora hasta el 30 de noviembre de 2018, quien será dirigente del sector popular por algún tiempo más y quien seguirá conduciendo con mano firme su sindicato, que es la razón primigenia de su fuerza.
Menuda y bien plantada, Erika Ayala Ríos seguirá creciendo hasta donde la lleven su trabajo, su inteligencia y su tozudez.
No hay que perderla de vista en el futuro, mi buen Pepe… menos en el presente.
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