Pues nada es cierto, ningún dicho del Auditor Superior, ninguna opinión de destacados periodistas; los rumores llegados siempre fueron más que eso. El sol se asomó e iluminó a Javier Duarte, orgulloso, sonriente, enérgico; rodeado de su equipo, del talento político veracruzano; acompañado de su familia, en el patio central de palacio, dio la cara, contestó las preguntas que todas y todos querían hacer. Entonces ¿quién miente?
Si no se actúa con pruebas entonces quedará como una conferencia más, de esas que se estilan hoy para dar postura sobre alguna situación, sin pasar del mensaje institucional a la respuesta de hechos. De parte del gobierno de Duarte no hay mas que dichos, se ponen al nivel de los que ellos critican como chismosos. ¿Por qué no, entonces, hacer un reclamo al Auditor Superior de la Federación?
¿Qué resolvió la conferencia de prensa? Nada, igual que los señalamientos de Héctor y Miguel Ángel; hoy, en tiempos electoreros, si es oportuno hablar y señalar desvíos, corrupción, enriquecimiento ilícito; pero del dicho no ha pasado. Así es hoy la gris política, como chisme de vecindad: unos acusan, otros responden, luego al revés, se meten los de junto; pero nada llega a acuerdo y en medio están los miles de afectados por la falta de recursos y de seguridad en Veracruz.
Lo dijimos en un espacio radiofónico hace varias semanas, el mayor afectado de lo que pase y no pase en Palacio de Gobierno será Héctor Yunes y el mayor beneficiado de ello será Miguel Ángel Yunes. Parece que las revanchas siguen, que desde la cúpula priista o, incluso, desde la Presidencia; el mensaje no ha llegado o no se ha acatado. El sector duartista puede ser el culpable de que el PRI pierda Veracruz por primera vez en la historia. Pero pensando mal, muy mal, a lo mejor la estrategia de emergencia de Peña Nieto es Yunes Linares y están aplicando al gobernador Duarte y sus allegados políticos la estrategia de “mátate solito” y dejan que la ropa sucia se lave en casa. El problema es que salen y salen más trapos al sol.
Y, pues, si los veracruzanos son quienes dimos la oportunidad a Javier Duarte de ser gobernador, serán los mismos veracruzanos quienes quieran acabar con esa generación de políticos y el día de la elección el voto de castigo será el que marque la diferencia; entonces serán medidos con la misma vara. Es momento de demostrar con papel en mano lo que se niega, nadie cree ya en los dichos; cambiar la estrategia podría dar, al menos, una sensación de cambio y reflejar responsabilidad por demostrar y callar a los que señalan. La gente ya ni los pela, entre más se pelean más pierden credibilidad.
En tanto, la ola de descalificaciones y comentarios en contra de Javier Duarte sigue; de parte de su equipo ya se dio vuelta a la página y han enseñado las manos limpias. El candidato de su mismo partido ha declarado que el gobernador es un lastre para su campaña. Así seguirá todo, lo puedo apostar, por meses. Unos ya despertaron del mal sueño, pero para la sociedad la pesadilla sigue y a diario hay muestras de ello.
Como decía mi abuelo: “Lo que se dice con la boca se sostiene con los huevos”. ¿Quiénes sí tienen?