Por Gerónimo Rosete Pozos
Salvo conferencias de prensa en espacios estrictamente controlados, más los tradicionales y ya poco efectivos boletines de prensa, sumados a las mal administradas cuentas de redes sociales de Javier Duarte de Ochoa y el gobierno estatal, la comunicación gobierno con sociedad es nula.
Mientras la chamba de comunicación social está en manos de empleados que no cuentan con las tablas que el oficio periodístico requiere, en el manejo del mensaje, del ritmo informativo, quienes han pasado de verdad por las aulas de facultades de comunicación más los pocos periodistas de carrera que hay en el estado se preguntan ¿dónde quedaron los fundamentos? Es tarea básica, de sentido común en el área, no dar pie a vacíos informativos, llenar las dudas o suspicacias con información fidedigna, en tiempo y forma, porque ese vacío en el ámbito de la comunicación se convierte inmediatamente en un vacío de poder.
No ejecutar un plan de comunicación a tiempo y adecuado da pie a las suposiciones, a versiones, a rumores y de eso es lo que hasta no hace mucho se quejaba el primer mandatario del estado, señalando que los veracruzanos somos buenos para la “rumorología”; pero la culpa viene de su equipo de comunicación y no de quienes buscan la verdad en medios de poca credibilidad o en rumores difundidos por redes sociales.
Hoy Veracruz vive una crisis que no deja de crecer, la credibilidad de Duarte y su gobierno está por los suelos; los medios están diariamente plagados de notas en contra de la administración estatal, declaraciones de sectores afectados económicamente y legalmente. Ante dicha crisis, se dejan vacíos informativos. Mario Maraboto, consultor de Comunicación e investigador de la Universidad de Carolina del Norte, especialista en lo que comento, asegura que “mientras más tiempo transcurre en que estalla la situación de crisis y se genera la información hacia los medios de comunicación, el vacío de información se va agrandando; la información que se va difundiendo por parte de los medios de comunicación a partir de testimonios de terceros ajenos a la situación y su magnificación a través de las redes sociales, genera una percepción de las cosas que se va distanciando de la realidad, y mientras más largo es el lapso, más complicado es ajustar esa percepción a la realidad”.
Es sumamente importante considerar que, del lado de los medios, los periodistas sólo son intermediarios que no conocen la realidad de manera directa o por sí mismos, sino que se limitan a reproducir lo expresado por fuentes “confiables”, en cuyo caso sólo son responsables de la veracidad de la noticia conforme a la información que reciben de parte de esas fuentes.
No es algo tan difícil de entender, si se tiene el suficiente contexto y experiencia en el área de la comunicación y el periodismo; casi es de sentido común. La crisis, el estado está como está también por un mal manejo de los mensajes institucionales, aunque no se genera de ello la responsabilidad directa del saqueo financiero, del nivel de inseguridad, de la pobreza e inconformidad con que viven la mayoría de los paisanos; pero si es su culpa ocultar información crítica, quitar el derecho a los ciudadanos de ser informados, y gran culpa tienen también de que hoy nadie cree en la palabra de Javier Duarte, nadie toma en cuenta sus campañas bonitas, menos sus spots y sus frases que ofenden la inteligencia y situación de la sociedad a la que sus productores y gestores no pertenecen. Como lo hemos atestiguado desde el inicio del sexenio, pura simulación, es el costo de confiar en neófitos. Escriba amrossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas