Por Bernardo Gutiérrez Parra
Primero fue la Universidad Veracruzana la que demandó al gobierno estatal por un monto de más de 2 mil millones de pesos correspondientes a las participaciones federales de cinco años a la fecha.
Semanas atrás, los empresarios de la construcción manifestaron que estaban preparando una demanda contra el mismo acusado por 2 mil 300 millones de pesos que les adeudan desde hace más de un lustro.
Ahora es el Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE) quien se apresta a hacer lo mismo y por el mismo motivo.
El magistrado presidente Alberto Sosa Hernández, declaró que la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) mantiene adeudos con ese poder público por lo que no descartó emprender acciones legales para que les paguen.
Aunque no quiso especificar la cuantía del adeudo, es evidente que no ha de ser cualquier baba donde piensa entablar una demanda.
Los consejeros del Organismo Público Local Electoral (OPLE) hicieron un exhorto para que el gobierno estatal les pague lo que les debe desde el 2013, es decir, desde que eran el Instituto Electoral Veracruzano (IEV). Pero si el gobierno vía la Sefiplan se sigue haciendo tarugo también demandarán.
¿Quién sigue?
No tardan en demandar los prestadores de servicios (a los hoteleros les deben más de 200 millones y un tanto más o menos igual se adeuda a los restauranteros). También se debe a la Canaco, a la Canacintra, a la Concamin, a los burócratas de varios ayuntamientos, a los campesinos, a los jubilados y a los pensionados.
Este lunes la titular de la Secretaría de Educación de Veracruz, Xóchitl Adela Osorio, anunció que demandará a las constructoras que dejaron reparaciones a medio terminar en varias escuelas. Aunque no dio nombres, dijo que son aproximadamente diez las constructoras que abandonaron su trabajo a pesar de que hay un contrato firmado.
Pero es casi seguro que las constructoras contrademanden con el argumento de que si en efecto se largaron y dejaron un tiradero, se debe a que el gobierno estatal no les ha pagado conforme lo estipula el contrato firmado por ambas partes.
El problema (se ha dicho en repetidas ocasiones) es que no hay dinero para pagar.
El corto, el titular de la Sefiplan Antonio Gómez Pelegrín, ha platicado con varios deudores y les ha hecho ver lo infructuoso que es entablar una demanda.
“Nos ha dicho que es mucha su voluntad para pagarnos pero nula la existencia de liquidez monetaria para hacerlo. Nos dijo que el gobierno estatal no se está negando a pagar por lo que sale sobrando entablar una demanda”, me comentó un empresario de la construcción.
-¿Qué van a hacer?- le pregunté.
-Por lo pronto creo que vamos a demandar porque ya son muchos años de espera. Además debe existir un antecedente- contestó.
-¿Tienen la seguridad de que la actual administración les cubra al menos una parte del adeudo?
-Seguridad no. Pero más le vale al gobierno que nos dé aunque sea una parte –me contestó- porque de lo contrario el pagano será el siguiente gobernador al que no le fiaremos ni un clavo. Oye bien, ni un clavo.
Pero tras pensarlo unos segundos agregó:“De hecho no le volveremos a trabajar de fiado jamás”.