Por Bernardo Gutiérrez Parra

El pleito por el dinero que el gobierno estatal le debe a la Universidad Veracruzana se va a chutar lo que resta del sexenio por la simple y sencilla razón de que el primero no tiene con qué liquidar el adeudo a la segunda.

Para colmo, el Congreso local acaba de anunciar que no habrá ampliación de presupuesto a la UV lo que tensará dramáticamente la liga.

Pero es muy sintomático que el titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación, Antonio Gómez Pelegrín, le haya bajado todo el volumen a su radio y lejos de amenazar con tomar acciones legales contra la UV haya cambiado el discurso.

Don Antonio dijo este miércoles que a pesar de que hay diferencias con la máxima casa de estudios, el gobierno del estado “siempre ha cumplido con sus obligaciones” y pagará sus compromisos de acuerdo a un calendario de pagos.

Uta, y es aquí donde la puerca tuerce el rabo porque ese calendario de pagos y la carabina de Ambrosio son la misma fregadera.

Atenerse a este recurso con el gobierno estatal, es tan inseguro e incierto como creer que Los Tiburones ganarán el campeonato de liga teniendo como timonel a Carlos Reinoso.

Basta ver la de vueltas que han dado los empresarios que llevan meses agendados en el calendario y no les han pagado ni un clavo.

Lo mismo está pasando con el Organismo Público Local Electoral (OPLE), cuyos consejeros dijeron que podrían interponer una denuncia contra la SEFIPLAN por lo mismo, porque les deben dinero. Y se los deben desde que el OPLE se llamaba Instituto Electoral Veracruzano y era dirigido por la aguerrida Carolina Viveros.

El consejero Juan Manuel Vázquez Barajas, dijo que el pago se requiere para poder hacer frente a los compromisos que mantiene ese organismo ya que no hay dinero ni para la renta.

Hace unos días el representante del PAN, Rafael López Zumaya, denunció que el OPLE no había podido pagar las rentas de las oficinas usadas como Consejos Distritales, además de que la mayoría de estos espacios no cuentan ni con lo más elemental como material técnico para grabar sesiones ni tampoco con papelería.

“Nosotros como Consejeros estamos todavía en el análisis que le encargamos a la directora jurídica. Una vez que concluya, el Consejo General determinará si demanda o no”, dijo Vázquez Barajas.

Lo más seguro es que el OPLE termine demandando y los más seguro es que la SEFIPLAN anuncie para ese organismo un “calendario de pagos”.

A pesar de que no se tiene una cifra exacta, se calcula que el famoso calendario de pagos de SEFIPLAN tiene una cartera vencida de cinco mil millones de pesos. Sólo a los empresarios de la construcción les adeudan más de dos mil millones, deuda que los tiene con la espada desenvainada y con la amenaza de demandar a la dependencia por incumplimiento de varios contratos.

A los hoteleros tampoco les han pagado y lo mismo sucede con los restauranteros que de plano ya no hacen eventos para el gobierno del estado si no les pagan por adelantado.

Pero el calendario de pagos es un freno engaña bobos y una tramposa jugarreta. Lo que en realidad está haciendo el señor Gómez Pelegrín, es darle largas al asunto hasta que llegue el último día de noviembre en que entregará el cargo y le aventará la papa caliente al siguiente titular de la SEFIPLAN.

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