No parece que le vaya a dar tiempo de acabar con la Universidad Veracruzana pero, en los meses que le restan como Gobernador del Estado, Javier Duarte causará mucho daño a la principal institución de educación superior en la entidad, un daño que puede ser irreversible en términos no solo de infraestructura sino también de decremento cuantitativo y cualitativo de su oferta académica, y de poco avance de sus programas de investigación y vinculación con los sectores social, público y privado.

El lacerante estigma de haber sido con mucho el peor enemigo de la educación universitaria en la entidad no podrá borrarlo siquiera su supuesto impulso a la educación tecnológica, por más que trate de vanagloriarse de los logros del Instituto Tecnológico Superior de Poza Rica (ITSPR), al que acudirá este lunes 8 con el presidente Enrique Peña Nieto y el titular de la SEP, Aurelio Nuño, a reconocer la exitosa participación de sus estudiantes en certámenes internacionales de robótica.

A través del secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, y de Finanzas y Planeación, el incombustible Antonio Gómez Pelegrín, su gobierno no solo ha mostrado un espíritu pendenciero para con la principal Casa de Estudios de la entidad; también ha puesto en duda su palabra como mandatario.

En efecto, el 14 de noviembre pasado, en ocasión de reunirse con la rectora Sara Ladrón de Guevara, Duarte dijo que “la UV no tiene ningún adeudo con el Instituto de Pensiones del Estado, ya que la gestión estatal, como responsable solidaria, ha liquidado la parte de recursos económicos que le correspondía a la Casa de Estudios aportar para garantizar el pago de las pensiones de los trabajadores jubilados universitarios”.

La semana pasada, sin embargo, funcionarios de su gobierno reclamaron no solo ese monto, que aparentemente había sido saldado, sino que añadieron otros supuestos adeudos, al estilo de las antiguas casas de raya.

La torpeza de Flavino, el villano favorito

Con la carta enviada el viernes 5 a la rectora Sara Ladrón de Guevara, el secretario Flavino Ríos Alvarado no solo muestra deslealtad a la institución en que se formó y de cuyo cuerpo académico forma parte como Académico de Carrera Titular C en el Instituto de Investigaciones Jurídicas (con licencia sin goce de sueldo). También acusa lamentables fallas en la materia de la que estudió doctorado en la UNAM.

En ella no solo reclama una cantidad estratosférica por concepto del supuesto adeudo de la UV al IPE, que estaría siendo cobrada a lo chino por la administración estatal, sino que agrega un supuesto crédito fiscal por concepto del impuesto sobre la nómina. Al respecto, el Abogado General de la UV, Alberto Islas Reyes, en una carta de respuesta enviada ese mismo día, le da una repasada jurídica que debiera ser respondida con una disculpa.

Por un lado, rechaza cualquier adeudo de la UV con base en el artículo 98 de la Ley del IPE que establece como obligación del Gobierno del Estado cubrir los déficits que se presenten en las finanzas del Instituto de Pensiones, salvo que se formalicen convenios específicos con las instituciones que operen como patrones; hasta el momento, la UV no ha firmado ningún convenio específico que la obligue a ser partícipe de esta obligación.

En la carta firmada por Flavino, quien no se dio a la tarea de corroborar jurídicamente los preceptos involucrados en cada uno de los señalamientos, se acusa un adeudo de la UV por 400.6 millones de pesos, por falta de pago del impuesto a la nómina. El Abogado General de la UV lo remite al Decreto 596 que, en su artículo único, establece que la casa de estudios está eximida del pago de dicho impuesto.

La escaramuza mediática emprendida contra la UV no tiene futuro en términos de lo que abiertamente establece, es decir, el cobro a lo chino de un falso adeudo al IPE y, ahora, otro más por el impuesto a la nómina, en que se ha empeñado el nada ingenioso cuentachiles que despacha en la Sefiplan. Su propósito es alargar hasta el punto en que se esté cerca de romper la liga, antes que entregar los recursos que se trata de escamotear a la universidad.

Privatizar educación superior comienza en Veracruz

Que ni Enrique Peña Nieto ni su secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, hayan reaccionado frente el ahorcamiento financiero a que el gobierno de Javier Duarte está sometiendo a la UV, es indicativo de que el proyecto para privatizar la educación superior estaría ocupando a Veracruz como su principal laboratorio.

No les ha importado que, en el dilema creado a propósito por el gobierno estatal, estén involucrados más de 400 millones de pesos enviados por la Federación, ni que saltándose un convenio que involucra a las tres instancias (gobierno estatal, gobierno federal y UV), la casa de estudios esté sufriendo la mayor agresión a su carácter autónomo por la vía de la retención de los recursos que han sido pactados.

Este lunes, tanto Peña Nieto como Nuño estarán en Poza Rica en un acto que se refiere al modelo de educación superior privilegiado en las últimas dos décadas, la educación tecnológica, orientada a formar a la mano de obra calificada para los sectores más dinámicos de la economía.

Es al menos paradójico que, mientras se pretende ahogar a la principal institución de educación superior universitaria de la entidad, el gobierno federal venga a ponderar un sistema educativo cuya andadura es reciente y en cuyas aulas se forma solo una parte de los profesionistas que requiere el desarrollo de la entidad, sin un espíritu crítico, además.

Ya veremos de qué manera reacciona una comunidad universitaria que pronto resentirá las limitaciones provocadas por la falta de entrega de más de 2 mil millones de pesos el año pasado, más el recorte anunciado para este año, así como el estrangulamiento que decrete el gobierno estatal con los recursos aprobados para el presupuesto de 2016.

En redes sociales han empezado a informarse y a organizarse. Un escenario de conflicto social que se arroje a las calles de las principales ciudades del estado en que la UV cuenta con instalaciones y oferta académica, hay que reconocerlo, se sumará a todos los reclamos que diversos sectores sociales tienen ya no con un nivel de gobierno sino con un gobierno en poder del PRI.

Ello afectará sin lugar a dudas a su candidato a Gobernador, Héctor Yunes Landa, y buscará ser aprovechado por el seguro candidato de la alianza PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares, quien ayer en Poza Rica no solo criticó estas medidas duartistas, sino que convocó a los demás candidatos a la minigubernatura a suscribir una lucha a favor de la Universidad Veracruzana, aunque con el añadido de liberar un torpedeo directo contra el gobierno priista.

Y el tema va a dar mucho de qué hablar por varios días.

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