Tras la renuncia de Gerardo Buganza Salmerón  a su intento por convertirse en candidato independiente a la gubernatura del estado (considerado como uno de los prospectos más viables para cumplir los casi insalvables requisitos del nuevo código electoral de Veracruz), las versiones sobre las razones reales de su dimisión se han multiplicado, ninguna de ellas a favor de la débil argumentación ofrecida por el cordobés en su carta a los medios. Veamos algunas:

Considerado como una carta de la Fidelidad para restarle votos al precandidato de la alianza PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares, en los comicios de junio próximo, la hipótesis que más ha circulado es que el grupo de Fidel Herrera Beltrán le cerró las llaves al financiamiento que le estaba otorgando.

Su candidatura independiente se llegó a considerar como el Plan B de Fidel Herrera y/o de Javier Duarte para ser apoyado a como diera lugar, y con todo el aparato del Estado, en el caso en que ninguno de los del grupo (léase Alberto Silva Ramos, Érick Lagos Hernández o Adolfo Mota Hernández) alcanzara la nominación priista.

En dicho escenario, que Buganza Salmerón ganara la elección habría significado una forma de derrotar a los Yunes (Héctor y Miguel Ángel) y, de paso, proteger las espaldas del grupo en el poder durante dos años, en lo que se salva el periodo para que prescriban los delitos que pudiesen sentárseles por corrupción.

En una hipótesis menos imaginativa, la idea del grupo en el poder habría sido igualmente debilitar al candidato panista Miguel Ángel Yunes Linares (aún apoyado en alianza con el PRD), mediante la atracción de los votos de los panistas que no concilian con el poderío del expriista dentro de su partido hacia Buganza y, con ello, bajar su cosecha de sufragios sobre todo en el considerado corredor azul, conformado por las ciudades de Córdoba, Orizaba y Fortín de las Flores.

Si se observa, al menos entre dirigentes y analistas políticos que amalgamaron esas lucubraciones por ningún lado se le obsequia credibilidad sobre la honestidad e independencia de quien, para colmo, en los últimos días fue señalado por observaciones en el manejo de recursos a su paso por la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP), que debe atender si no quiere ser llamado a cuentas por la Auditoria Superior de la Federación (ASF).

¿Por qué abandona la contienda antes de comenzar?

Para los diputados locales Ana Ledezma, Joaquín Guzmán Avilés y Francisco Garrido, el cordobés no calculó bien su fuerza; señalan que el extitular de las secretarías de Gobierno y de Infraestructura y Obras Públicas siempre ha vivido del sistema y atribuyen peso a la versión de que las observaciones hechas por la ASF por su manejo de recursos de la SIOP en 2014 (cuando se realizaron las obras para los Juegos Centroamericanos y del Caribe), pudieron ser consideradas como un elemento político negativo que sus contrincantes (en particular, los del PAN) aprovecharían para hacerle morder el polvo durante la campaña.

Los menos duros con Buganza atribuyen su desmarque a la constatación de que su propuesta política no levanta en el imaginario colectivo y que era preferible echar atrás a tiempo una aventura que le costaría muchos recursos salidos de su propia fortuna, sobre todo si, como dice la mayoría, el ahora Cónsul de México en Barcelona no le vio colmillos de tiburón y prefirió invertir sus abundantes recursos económicos en opciones más viables para evitar que Miguel Ángel Yunes gane la contienda del 5 de junio próximo.

Buganza dejará abandonados a los casi 200 mil veracruzanos que le habían otorgado sus firmas de respaldo; también, a los 30 ciudadanos que le acompañarían como candidatos independientes al Congreso local y, sobre todo, dejará en el limbo sus supuestas buenas intenciones de lograr un cambio en Veracruz, derrotando a las mafias del poder.

En su carta no hay muchos pormenores, solo que le pusieron muchos obstáculos, incluso desde el Órgano Público Local Electoral, que jamás precisa, por lo que deja presa de múltiples dudas el carácter genuino de su frustrada aventura política. Vea el tono y vaguedad con que se refiere a la actual situación política:

“Ya no podemos solapar la seducción de la hipocresía, ya no podemos dejarnos atrapar por la fascinación de la mentira y de las apariencias; en el odio nunca habrá soluciones a nuestros problemas y necesidades, menos en las ofertas fáciles”.

Pues ha de ser interesante porque no le entiendo.

Brizuela y Bueno Torio siguen adelante

Mientras eso sucede en el cuartel del tiburón morado, en el de los otros dos aspirantes a la candidatura ciudadana, Elías Miguel Moreno Brizuela y Juan Bueno Torio, le siguen dando duro para lograr sus propósitos.

Morena Brizuela incluso invitó a Buganza a unirse a su propuesta, una actitud que el experredista ha repetido desde hace varios meses, cuando le regresaron sus aspiraciones por hacer política en su entidad natal y señaló su propuesta de hacer un frente amplio con dirigentes de todos los partidos que estuviesen dispuestos a dar la batalla por extirpar la Fidelidad de todos los niveles de gobierno.

Vea, si no, cómo se refiere el exsecretario de Protección Civil del entonces Gobierno del Distrito Federal (bajo las órdenes de Marcelo Ebrard), a Gerardo Buganza y su dimisión, en una conferencia de prensa ofrecida este jueves 4 de febrero en Xalapa:

“La renuncia de Gerardo Buganza la voy a definir como un acto de contrición, es un acto de arrepentimiento ante Dios. Él es muy católico y creo que él sabía que estaba mintiendo porque no era candidato verdaderamente independiente. Espero el mismo acto de contrición de Juan bueno Torio, que le haga honor a su apellido porque hoy quedamos dos candidatos y uno de ellos es verdaderamente dependiente de Javier Duarte”.

Y agrega:

“Si no es una orden de allá enfrente, si es un verdadero acto de contrición, claro que lo invito. Buganza, que es mi amigo, tiene las puertas abiertas para que se sume a este proyecto, eso hablaría muy bien de él y si no, pues ya ustedes juzgarán”-

Juan Bueno Torio, por su parte, dijo que seguirá buscando coronar su proyecto de ser candidato independiente a suceder a Javier Duarte, y le arrimó el ascua a su sardina a Buganza, señalándole falta de fuerza y de paciencia para juntar las firmas necesarias.

“Lo dije desde un principio para quienes estaban escépticos de mi propuesta, pensaban que andaba yo de palero de alguien pero no es así, ando por todo el estado, a seguir buscando firmas y yo voy hasta el final, muchos me conocen y no soy de ocurrencias, soy de compromisos, retos y resultados y en eso voy”.

Lo realmente cierto es que con las condiciones impuestas por las normas electorales locales, muy difícilmente se pueden multiplicar los candidatos independientes para cualquier elección en adelante.

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