Como en política no hay nada casual, llamó la atención este domingo que ni el presidente ni la secretaria general del CEN del PRI, Manlio Fabio Beltrones y Carolina Monroy del Mazo, hayan asistido a la toma de posesión de Amadeo Flores Espinosa como dirigente estatal del partido tricolor, evento que el priismo debió aprovechar para mostrar su músculo ya que este mismo día sus principales adversarios a vencer, los de la alianza PAN-PRD, tenían programados el registro de Miguel Ángel Yunes Linares como precandidato del blanquiazul a la gubernatura, y la presencia de los líderes nacionales de ambos institutos políticos de oposición para registrar su coalición ante el Órgano Público Local Electoral.

¿Por qué la ausencia ahora de los máximos dirigentes del PRI así como del líder de los priistas veracruzanos, el gobernador Javier Duarte de Ochoa, quienes sí asistieron en octubre pasado a la toma de protesta del diputado federal tuxpeño Alberto Silva Ramos?

Coincidentemente en su edición dominical, el diario Reforma refería en su columna política estelar, Templo Mayor, lo siguiente: “Tanto en el PRI como en Los Pinos se habla mucho del gobernador de Veracruz, Javier Duarte… y no por una buena razón.

“En ambos sitios hay mucho interés en conservar ese importante enclave electoral que representa más de 5.5 millones de votos potenciales en una elección federal.

“Y por ello ven con creciente preocupación cómo el priista Duarte parece empeñado en perderlo con sus desatinos en política y sus pifias en seguridad pública.

“Porque, por más que hay altas probabilidades de que la gubernatura quede en manos de un Yunes, para los tricolores y el gobierno federal no da igual que sea Héctor, el priista… que Miguel Ángel, el panista.”

¿Qué hay realmente de fondo como para que ni Beltrones ni la diputada mexiquense Monroy del Mazo, tan cercana a Peña Nieto, decidieran venir a Veracruz al nuevo cambio de presidente del CDE del PRI, pese a la importancia electoral de la entidad? En su representación enviaron al secretario de Acción Electoral, Arturo Zamora Jiménez.

Quizá parte de la respuesta podría encontrarse en el discurso que pronunció Flores Espinosa, quien de entrada reiteró “el propósito de consolidar un proyecto que se distinga por la unidad, el liderazgo y la concordia.”

Amadeo, quien se definió como “un hombre del partido y para el partido”, de “principios y compromisos formales, que cree en la lealtad, la libertad y el libre pensamiento”, ofreció “como compromisos iniciales, la entrega de nuestro mejor esfuerzo, experiencia y capacidad profesional para dar impulso y vigor al proyecto que plantea el Comité Ejecutivo Nacional del partido”, sin mencionar a la camarilla en el poder que gobierna el estado desde 2004 y que pretendía imponer al candidato del PRI la gubernatura.

Y aunque saludó públicamente al ausente gobernador Duarte de Ochoa, “en quien reconocemos a un líder indiscutible y a un verdadero factor de unidad”, Flores Espinosa expuso a sus correligionarios que “hoy nos encontramos ante un momento histórico para el estado”, en el que “las condiciones sociales y económicas nos exigen recomponer el camino y garantizar mejores condiciones de vida a los veracruzanos”.

“Nuestro partido –dijo sin ambigüedades– reconoce la existencia de antiguos agravios, de justos reclamos y de nuevas demandas. Debemos saber escuchar a la sociedad y actuar con responsabilidad y transparencia. Debemos proponer soluciones posibles y no apostar al caos como lo hacen nuestros adversarios. Por ello, haremos del PRI un partido más fuerte, donde su militancia se sienta orgullosa de su pertenencia”, comprometiéndose a dirigir “un PRI con la cara y las manos limpias”, “sin sombras ni dudas que abriguen la desconfianza”, “un PRI que use la verdad como bandera” y que incorpore “lo mejor de nuestra gente; a veracruzanos de todas las regiones, de todas las edades, a quienes son verdaderos líderes sociales, a quienes estudian y proponen solución a sus problemas.”

“Nuestro partido será fortalecido sobre la base de veracruzanos que desean el bienestar que genere progreso, igualdad y justicia. Este PRI impulsará desde hoy una revolución de conciencias y voluntades. No habrá discursos con promesas que no se cumplan, sólo habrá el compromiso diario de trabajar sin descanso por rescatar y construir el Veracruz que dejaremos a la próxima generación. Creemos en la unidad que resulta de la convicción y no de la condición. Quien se suma a la unidad anteponiendo sus condiciones no está pensado en Veracruz, sino en su propio proyecto. Por ello, vamos a construir la unidad del partido en la diversidad y no en la conveniencia.”

Al concluir su discurso, Amadeo remarcó ante los presentes que como políticos profesionales “estamos y hemos permanecido en el partido quienes sabemos de lealtad y disciplina”, y que aunque “hemos tenido aspiraciones personales y las seguimos teniendo porque está en nuestra naturaleza y formación, jamás hemos condicionado nuestra permanencia en el partido o hemos migrado cuando las circunstancias no nos han sido favorables.” Y en obvia alusión a Yunes Linares, actual precandidato del PAN, quien hace 12 años renunció al PRI cuando no pudo ser postulado a la gubernatura, Flores Espinosa refirió que “se fueron los que se empeñaron de manera absurda en fincar su éxito personal en la regalía fácil y caprichosa de lograr posiciones a como dé lugar y, muchas veces, a costa de dividir al partido.”

Anilú, delegada de Sedesol

Por fin, tal como se venía anunciando desde hace más de un par de meses, el mediodía de este lunes la diputada local con licencia Anilú Ingram Vallines asumirá oficialmente la Delegación Estatal de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en sustitución de Marcelo Montiel Montiel, quien presuntamente se dedicará a labores partidistas en la zona sur de la entidad.