Bien, de manera grupal, los miembros del Grupo de los Diez le formulamos cinco preguntas al precandidato del PRI a la gubernatura de Veracruz, durante la reunión que sostuvimos con él el martes 19.

La primera se refería a si había elaborado un diagnóstico o si tenía una evaluación sobre el estado actual de la entidad.

Las encuestas, que tan importantes han sido en sus propósitos, son su medio más relevante para obtener información. Y de una reciente concluye que lo que más preocupa a los veracruzanos es, primero, la inseguridad; segundo, la falta de empleo, y tercero, asómbrese, la falta de obra pública.

Para atacar esos tres problemas ya tiene soluciones, y así fue respondiendo a nuestra segunda pregunta:

Para la seguridad, se ha entrevistado con gobernadores que han sido exitosos en el tema, el de Yucatán y el de Nayarit. En su cabeza ya bullen propuestas como la de traer la gendarmería nacional desde el primer día de su mandato, establecer el mando único para todo el estado, invertir en tecnología -como las cámaras de vigilancia, que tan buen resultado dan, y poner en muchos lugares botones de pánico para alertar a los vecinos cuando se cometa un delito-.

Y ubicar a un especialista al frente del tema de la seguridad, intachable en su conducta, con objeto de que de inmediato pueda dar resultados tangibles a la población.

Para el empleo, la receta es sencilla: ofrecer las mejores condiciones posibles a los inversionistas de fuera y sobre todo de dentro del estado para que generen fuentes de trabajo.

Ojo: eso no quiere decir que se regale nada a nadie para que instale empresas en Veracruz, sino que se hagan buenas negociaciones en las que ambas partes salgan ganando, y sobre todo que le vaya bien a la clase trabajadora en la entidad.

Junto a lo que se logre dentro del gobierno del estado, hay obras grandes que aportarán un buen paso a la solución del empleo, como las ampliaciones de los puertos de Veracruz y Tuxpan, o las inversiones productivas que se han conseguido dentro del sector petroquímico.

Y en el problema de la falta de obra pública, Héctor Yunes Landa ve que es un asunto de escasez de recursos. “Difícilmente se puede hacer algo,” -comenta- “cuando está comprometido el 79 por ciento de las participaciones federales en el pago de la deuda”.

Sin embargo, ve muy buenas posibilidades en el caso de las obras inconclusas. Él tiene detectadas -le agradezco las cuentas precisas a mi amigo y colega Gabriel Arellano- 369 obras que no han sido terminadas: 97 puentes, 99 hospitales y centros de salud (entre ellos el Hospital “Doctor Camilo González” de Misantla), 93 sistemas de riego y 80 pozos.

Como la mayoría de ellas tiene un avance de construcción considerable, el seguro candidato del PRI considera que se necesitaría un esfuerzo no muy grande para finalmente ponerlas en servicio. Él es abogado de carrera y sabe que muchas de esas obras tendrían que pasar por un proceso judicial, pero está seguro de que encontrará los mecanismos legales que en el corto plazo le permitan acabarlas y entregarlas para su aprovechamiento a los veracruzanos.

Bueno, me he quedado con dos preguntas de las cinco iniciales, pero el espacio no da para más.

Mañana le sigo, con gusto.

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