“800 mil mensuales ganaba como

director del IPE Abel Cuellar; que poca”

Yo

Es muy difícil encontrar un calificativo idóneo que describa la crueldad con la que ha actuado el gobierno de Javier Duarte de Ochoa, con los jubilados del Instituto de Pensiones del Estado.

Retrasar el pago de sus salarios ya es un acto criminal. Los pobres ancianos que dejaron su vida sirviendo al estado, ya sea como maestros, como trabajadores al servicio de la Universidad Veracruzana o del gobierno, llegan al final de una vida de productividad que incluye la aportación vía cheque (descuento a güevo) de una cuota para cotizar en el Instituto de Pensiones del Estado, se encuentran con la sorpresa que lo que les pagan es solo un porcentaje del salario que percibían y, lo peor, no se los pagan a tiempo.

Y que no salgan con el cuento de que el problema es porque el número de trabajadores que aportan sus cuotas quincenalmente es mucho menor al de los que cobran su pensión, eso es una soberana agarrada de tontos.

No, lo que ha pasado en esa institución es que los abusivos, los atracadores, los políticos corruptos, han dispuesto de los fondos del IPE como si fueran suyos.

¿Cuántos ex directores salieron con las maletas repletas de dinero tras un periodo al frente de la institución?

¿Cuántos políticos han dispuesto de las instalaciones de los hoteles del IPE, así como del centro vacacional de Chachalacas, para usarlos como cuarteles de campaña sin pagar un centavo por todo lo que representa usar los cuartos, consumir alimentos y chingarse el bar?

¿Cuántos políticos como Nohemí Quirasco Hernández, Emeterio López Márquez, Reynaldo Escobar Pérez y otros muchos, pero muchos más, cobran una pensión superior a los ¡cien mil pesos mensuales!, que consiguieron gracias a su influencia con los líderes sindicales miembros del Consejo y en complicidad con el director en turno?

¿Cuántos ex trabajadores hoy jubilados tuvieron la suerte de, en complicidad con sus jefes, ascender en el escalafón laboral a directores, jefes de departamento o titulares, tres o cuatro meses antes de jubilarse, para obtener una pensión con salarios de hasta cincuenta mil pesos que en su vida laboral jamás ganaron, solo que para efectos de jubilación les hicieron el favor y hoy saquean las arcas del IPE?

¿A cuántos líderes sindicales miembros del Consejo les patrocina el IPE sus pachangas de aniversario, festines que cuestan millones de pesos?… A todos.

Y así podemos seguir mencionando irregularidades que se dan al interior de esa institución que, puntualmente cumple con el pago de sus pensiones a los privilegiados y se ensaña con los que apenas cobran para sobrevivir, motivo por el cual (más que justificado) toman las calles y salen a exigir el cumplimiento de sus obligaciones al gobierno.

Lo más grave que hemos visto es lo que acaba de ocurrir en este trágico fin de año. Primero engañaron a los pobres ancianitos y no les depositaron sus sueldos y sus aguinaldos; luego los agarraron de pendejos entregándoles cheques sin fondos, lo que además es un delito; más tarde les dijeron que sería hasta fin de año, el treinta de diciembre cuando les pagarían y tras haberlos humillado con promesas incumplidas los agreden a macanazos y con toletes eléctricos (tremenda madriza) para obligarlos a que dejaran libre la calle porque “estaban estorbando y creando muchos problemas” … ¡Que poca madre! Ojalá ese trato animal que les dieron se repita en las personas de los familiares de los funcionarios responsables de esta estupidez.

Y déjense de tonterías y argumentos para retrasados mentales, con revisar a fondo las listas de pensionados, dar de baja a los que cobran sin tener derecho a hacerlo y bajar las insultantes cantidades que les depositan a decenas de influyentes personajes, la nómina bajaría a cuando menos la mitad y punto, asunto arreglado.

Pero para hacer eso se requiere de un gobierno honesto, con voluntad política para arreglar de fondo problemas como este, meter en cintura (la cárcel sería el lugar idóneo) a los líderes sindicales que mantienen en su poder al IPE y acabar con tanta corrupción.

Creen que matando de corajes o a garrotazos a los viejitos se va a acabar el problema y no, la solución radica en limpiar ese chiquero en que está convertido el IPE gracias a tanto ratero que se ha incrustado en las arcas.

Reflexión

¿En manos de quién quedaron las empresas productivas del IPE?

Escríbanos a mrossete@nullyahoo.com.mxformatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas