Hace poco más de un mes, el ex senador Juan Bueno Torio aseguraba que de no ser postulado por el Partido Acción Nacional a la gubernatura de Veracruz, tampoco buscaría la candidatura por la vía independiente.

Evidentemente, algo pasó por la cabeza del ex director de Pemex Refinación, porque, para sorpresa de su propio equipo más cercano, decidió dejar atrás su militancia panista de más de dos décadas e iniciar una empresa que parece, a simple vista, una misión imposible: ganar, sin partido ni estructura que lo respalde, la gubernatura de Veracruz.

Por supuesto, en torno a la renuncia de Juan Bueno al PAN y a su registro como aspirante al gobierno estatal por la vía independiente, comenzaron a tejerse todo tipo de especulaciones.

Al interior de Acción Nacional, por ejemplo, se asegura que el acuerdo entre los aspirantes a la candidatura –Miguel Ángel Yunes Linares y el propio Juan Bueno– y el Comité Ejecutivo Nacional del partido consistía en que la comisión especial creada para la selección del abanderado definiría el proceso interno mediante una encuesta que se llevaría a efecto durante la primer semana del mes de febrero.

Dicha versión apunta que de acuerdo con  los cálculos de Bueno Torio, ese era tiempo suficiente para revertir una contundente ventaja del aspirante mejor posicionado, en este caso, Yunes Linares.

Sin embargo, la especie que circula al interior del blanquiazul apunta que la famosa encuesta para determinar al candidato panista no se programó para febrero, sino que se llevó a efecto durante la primera quincena de diciembre, con el resultado que ya se esperaba, una ventaja clara del de Soledad de Doblado.

Por cierto, otro resultado que destaca en ese ejercicio de estadística, nos aseguran, es que según la medición, sin importar el candidato que lance al ruedo la alianza PAN-PRD, las posibilidades de éxito electoral son poco más que amplias; de hecho, independientemente del abanderado que decida enviar a la contienda el Partido Revolucionario Institucional, es muy probable una derrota para el tricolor, debido al desgaste de ese partido en Veracruz y el consiguiente hartazgo ciudadano.

Por otro lado, la alianza PAN-PRD es casi un hecho.

La decisión en el blanquiazul está tomada

Así las cosas, Juan Bueno decidió no esperar a que la comisión especial se pronunciara respecto a la candidatura por Veracruz, porque ya sabía, de antemano, que la decisión no le resultaría favorable.

El caso es que a la ciudad de México, Bueno Torio se habría trasladado en días pasados para entrevistarse con los dirigentes nacionales del PAN, Ricardo Anaya Cortés entre ellos, a quienes intentó persuadir para posponer dos meses la celebración de la encuesta, con la consiguiente decisión. Sin embargo, a pesar de sus intentos, el cordobés no encontró eco entre los jerarcas del panismo… y regresó al terruño con las manos vacías.

Debido a ello, tomó la decisión de separarse del albiazul, sobre todo porque sabía que el plazo para el registro de los candidatos independientes ante el órgano electoral vencía a las 12:00 de la noche del pasado domingo.

En ese contexto, los cálculos de Bueno Torio apuntaban que si no se registraba como aspirante independiente ante el OPLE, se quedaría con los dedos en la puerta, toda vez que la candidatura del PAN y, por consiguiente, de la alianza con el PRD, ya estaba definida en favor de Yunes Linares.

De igual manera, en los pasillos de Acción Nacional circuló, desde el pasado domingo, otra versión, en el sentido de que Juan Bueno fue tentado desde las altas esferas del poder veracruzano, para que lanzara su candidatura independiente, con apoyo y financiamiento incluido. En ese contexto se ubica la provocativa declaración del diputado federal Miguel Ángel Yunes, quien el mismo domingo en que Juan Bueno anunció su decisión, emitió un comunicado en que afirma “Yo no me vendo. Mantengo mis convicciones…”

Ya con la candidatura en el bolsillo, Yunes Linares acusó a Juan Bueno de venderse al mejor postor; y de “sumarse a las filas de la traición”.

Las posibilidades del independiente

Lo cierto es que al margen de las motivaciones de Juan Bueno para separarse de Acción Nacional e iniciar una aventura política por la vía independiente, el daño al blanquiazul podría representar la diferencia en un proceso electoral tan competido, como el de 2016.

Gente vinculada al propio Partido Acción Nacional asegura que como abanderado independiente al gobierno estatal, Juan Bueno Torio podría obtener una votación de entre 50 y 80 mil votos, en el mejor de los casos para su causa, casi nada. Así de escasas observan las posibilidades del cordobés.

Lo que parecen ignorar es que en la elección de 2010, cuando resultó ganador Javier Duarte de Ochoa, la diferencia entre primera y segunda fuerza fue de 79 mil 472 sufragios; mientras que en 2004, cuando ganó la contienda Fidel Herrera Beltrán, la diferencia, oficial, fue de poco más de 25 mil votos.

Recordemos, por otro lado, que dos de los candidatos independientes que podrían aparecer en las boletas electorales del año entrante surgieron de la misma cuadra, Juan Bueno y Gerardo Buganza, quienes, sin duda, restarán más votos al PAN que al PRI.

La contienda por la sucesión veracruzana apenas está por iniciar.  @luisromero85