Facebook, comentaba ayer, es una suerte de notario que da fe de nuestros tinos y desatinos. Hace un par de días, un amigo subió una nota periodística que informaba de la muerte de Dave Brubeck. Adiós maestro fue la leyenda con que acompañó su publicación (me resisto a decir “post”). Se me hizo muy raro porque recordaba que el pianista californiano falleció hace algunos años. Visité a doña Wikipedia para que me refrescara la memoria y ella, tan amable como siempre, me dijo que el deceso ocurrió el 5 de diciembre de 2012, justo un año antes que el de Nelson Mandela (Ver: Facebook y Nelson Mandela).
Algo de bueno tuvo la desinformación de mi cuate, le ahorró la congoja durante tres años
Seguramente en aquel momento se le dieron muchos adioses a Brubeck, hoy le escribo el último recordando su disco más emblemático, Time Out, y dos de sus piezas más prestigiadas, Blue Rondo à la Turk e In Your Own Sweet Way

Tu tiempo no ha terminado
ni tu vida se bifurca
entre aquel rondó a la turca
y un bolero sincopado.
Muy alto te has elevado
para seguir tu destino;
porque jazzear es tu sino,
en el orco o el edén,
seguirás jazzeando en
tu propio y dulce camino


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