Tienes que tostar el cacao, molerlo y echarle piloncillo y especias, luego te doy bien la receta, me decía Marisol Mandujano mientras preparaba el chocolate, hecho por ella, con el que llegó para acompañar una plática que resultó así, con sabor a chocolate sin azúcar, afable, orgánica, fabricada artesanalmente desde el interior de las entrañas.
Será que eres, el amor de mi vida
Te cuento que lo que ha sido la música en mi vida es indescriptible, me ha dado muchas relaciones, muchos lazos, muchas conexiones, experiencias, vida y, de repente, no sé si la música es mi vida o si mi vida es música, más bien siento que son la misma cosa.
Te voy a platicar cómo ha sido desde el principio, mi papá, chapinguero, desde la secundaria, por la clase de música se da cuenta de que le gusta mucho, se enamora de la guitarra y empieza a cantar.
Es una persona muy tímida pero desarrolla su voz, después decide entrar a la Universidad Autónoma de Chapingo para estudiar y cultivar la tierra.
Mis papás son de Tapachula, ahí se conocen desde muy pequeños porque mi mamá era vecina de la prima de mi papá, en ese momento mi papá no se enamora de ella porque era muy chiquita, tenía 9 años y él 15. Es una historia de amor muy bonita, cuando mi mamá tiene 14 años ya mi papá la ve con otros ojos (risas), ya está más grandecita y a esa edad se ve muy grande, muy mujerona, con un cuerpo muy bonito. Se enamora y empieza a pretenderla con serenatas pero mi mamá no lo pela, fue hasta después de más de 100 serenatas cuando ella cae (risas). Nos platica que sintió que ya no iba a haber otra serenata entonces le habló por teléfono para agradecerle y desde ahí empieza su historia de amor, se hacen novios y obviamente, como todos, se separan y se vuelven a encontrar porque mi papá se da cuenta de que ella es el amor de su vida. Mi mamá se va a vivir a Mérida y mi papá la va a buscar, te digo que es una historia de amor muy bella.
¿Qué gloria te tocó, qué ángel de amor que ha renacido?
Después se casan y se vienen a vivir aquí a Xalapa, tienen a mis dos hermanos pero mi papá siempre decía que quería tener su nenita entonces, desde que estaba yo en la pancita de mi mamá, mi papá decía esa es mi nena, esa es mi nena pero no lo supieron hasta la mera hora, entonces fui una bebé deseada y me gusta presumirlo (risas).
Por ese mismo amor, mi papá me cantaba desde muy chiquita para dormirme, mi madre también tiene muy bonita voz y también me cantaba, y fue la primera persona que compuso una canción para mí. Yo no tengo otro recuerdo, no sé si empecé a cantar primero o empecé a hablar pero yo creo que fue a la par.
Porque cantando se alegran los corazones
Toda mi vida, mi papá estuvo a mi lado tratando de que me emocionara con la música. A los tres años empecé a cantar canciones rancheras y a los cinco empecé a cantar con mariachi, mi primera experiencia fue súper bonita, la recuerdo como mágica porque nunca había escuchado tantos instrumentos tan fuertes, tan intensos, solamente había visto a Santa Claus y para mí los mariachis y Santa Claus era lo más parecido por sus vestimentas todas grandes, yo no sabía si los mariachis eran de otro planeta. Mi papá cantaba puras canciones mexicanas y yo, como buena bravía y queriendo parecerme a él, empecé a cantar canciones rancheras. En todos los restaurantes a los que íbamos, si había un mariachi, mi papá me decía ¿quieres cantar? y yo le decía que sí, siempre quería cantar.
También las fiestas familiares eran momentos en que los niños podían hacer su show y yo cantaba, fue muy bonito porque un primo mío, que es un año menor que yo, de escucharme cantar y de ver que mi papá me enseñaba empezó a cantar y mi papá lo llamó e hicimos un trío para las fiestas decembrinas y para cualquier presentación familiar, toda mi infancia estuve acompañada de esas reuniones, de esa alegría familiar y del mariachi o de la guitarra, fue muy bello.
Desde muy, muy chiquitos mi papá nos enseñó a hacer primera, segunda y tercera voz entonces esas cosas las aprendí de forma natural, de pura oreja, como dicen. Eso nos unió mucho más a mi primo y a mí, por eso te digo que la música me ha dado lazos demasiado fuertes, toda mi vida se resume en eso, en la música.
Siembra, si pretendes recoger / Siembra, si pretendes cosechar
Mi padre es un hombre muy pleno y siempre procuró nuestra felicidad, y mi mamá también pero es más tímida entonces era él el que jalaba a toda la tribu; todos los fines de semana eran de bohemia, siempre sacaba la guitarra y nos sembraba esa alegría de la música. También nos llevaba de picnic todos los fines de semana aunque fuera a un riachuelo o a comer debajo de un árbol, y hacíamos viajes tres o cuatro veces al año, tuvimos la dicha de tener también esos ritmos de la tierra integrados a nosotros y te cuento esto porque, finalmente, fue un cultivo muy bello de amor y de alegría que se transmitía y se daba a través de la música, yo lo vivía desde ahí.
A kind of magic
Mis hermanos, tanto Rogelio como Rubén, también cantan porque mi padre nos enseñaba canciones familiares que todos cantábamos.
Rogelio, mi hermano el de en medio, estaba todo el tiempo en la tele esperando a ver en qué momento le ponía Rec a la Beta para grabar los videos de Guns N’ Roses, de Queen, de Roxette, todas esas músicas y me acuerdo que el casete de Queen lo escuchábamos una infinidad de veces en los viajes y era ponerlo una y otra y otra vez, y eran viajes de aquí a Chiapas, te estoy hablando de unas 17, 18 horas, pobres de mis jefes que se tenían que chutar el mismo disco no sé cuántas horas y cuántas veces, pero fue muy padre.
Con Queen fue la primera vez que le puse atención a la letra de una canción, nunca le había puesto atención pero Rogelio se conmovía mucho con las letras porque se ponía a traducirlas y así me enteré de toda la situación de la enfermedad de Freddie Mercury, de hecho yo lo conocí cuando ya había fallecido, que fue donde salió todo el boom. Mama, just killed a man… [canta Bohemian Rhapsody], la letra es muy triste y habla de su enfermedad y de su despedida, de que se va a morir, te lo cuento porque fue muy relevante para mí escuchar por primera vez a un compositor.
El breve espacio en que no estuvieron
Después entramos en un momento delicado para la familia, mis padres empezaron a tener problemas, como todas las familias, y decidieron entrar a Encuentros matrimoniales y fue muy bello porque muchas cosas te rescatan en esos lugares que intentan reunir, que intentan restablecer, una de ellas es la música entonces te enseñan varias musiquitas de alegría y de amor y algunas de Cristo también, mi papá se aprendió en la guitarra esas canciones y a la fecha las cantamos. Cuando nos reunimos, todo mundo ya sabe nuestro repertorio, y nosotros también, pero es lo que hay que seguir cantado porque es el sound track de nuestra vida. Esa es una parte muy importante también, la música rescató el matrimonio de nuestros padres, nos rescató a todos, cantar juntos y estar alegres nos volvió a unir.
La canción del primer elegido
Después, ya en la secundaria, escuchábamos y escuchábamos a Silvio [Rodríguez] y mi hermano mayor, Rubén, me decía ¿ya viste qué es lo que te quiere decir aquí la canción?, ¿ya viste aquí de qué está hablando? Ahí entré a otra profundidad del lenguaje y a otro nivel de escucha de las letras de las canciones y de la música, y fue como otro paso más allá de la música.
Todos mis amores han tenido que ver con la música. El primero fue un chavo trovador y obviamente me enamoré porque estaba el auge de la trova intensísimo y él tocaba todas las canciones de Silvio Rodríguez, Fernando Delgadillo, todos ellos. Obviamente, de lo que me enamoré también fue de la música, yo lo escuchaba en la secundaria 128, él siempre estaba tocando con su guitarra en las escaleras, me empecé a fijar en eso y me empecé a enamorar. Nos hicimos novios, fue muy bonito, obviamente toda nuestra relación nos acompañó la música, empezamos a cantar juntos y a presentarnos en festivales, nos llamó el Festival Xalhabana para que cantáramos en teatros y foros, esas fueron mis primeras presentaciones en esos lugares.
Corazón que se esconde…Quién fuera tu trovador
Terminamos porque solo fue un noviazgo de un momento bonito y resulta que a su primo (un chavo muy guapo también), que era mi mejor amigo, como que le llamé la atención y me empezó a pretender. Yo decía no, pues cómo si anduve con su primo, pero estar juntos y ser mejores amigos… Una cosa te lleva a la otra (risas) y fuimos novios 10 años.
Él se dio cuenta de que yo seguía indecisa: -No, mi primer amor fue tu primo -pero sabía que me enamoré por la música entonces él, de no tener ningún contacto más que por medio de su primo, decidió aprender a tocar guitarra por mí, para cautivarme entonces fue muy bonito porque, de alguna forma, se repitió la historia de amor acerca de la serenatas y de aprender música. Eso fue algo impresionante, que se dio cuenta de que amo la música y aprendió a tocar la guitarra y a cantar por mí. Nos hicimos novios y empezamos a sacar canciones y a cantar juntos (también es muy talentoso) y formamos un primer trío de trova con un amigo nuestro, Memo, al que le gustaba tocar los tamborcitos como Dios le daba a entender. Fue mi primer grupo musical ya en forma, empezamos a tocar en restaurantes (pero ya trabajando) y en lugares como La Corte de los Milagros, Café Lindo, Café Chiquito, en todos estos barecitos de trova que había. Recorrimos todo Xalapa pero no nada más todo Xalapa, ya empezamos a viajar, nos fuimos a Puebla y a otros lugares. Fueron muchos años en los que la música nos dio otras amistades, otros paisajes, nos dio viajes, nos dio otros momentos sonoros, espaciales, vivenciales y de todo. Ese fue mi segundo amor, y así te puedo ir diciendo cada amor.
(CONTINUARÁ)
SEGUNDA PARTE: El canto divino del sol TERCERA PARTE: Presentación del disco Macuiles