Juan Carlos Molina Palacios, dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias de Veracruz, el llamado sector campesino del PRI, habló este lunes de un problema que afecta a los productores de naranja de la entidad: la mosca de la fruta.
El dirigente de los campesinos priistas de Veracruz se refirió a las afectaciones provocadas por dicha plaga en las regiones productoras, básicamente la zona norte de la entidad, Álamo, Martínez de Torre, Papantla, etcétera.
Sin embargo, no es un problema nuevo; de hecho, desde hace 18 años, en 1997, se decretó una cuarentena para la naranja veracruzana, debido a la alta prevalencia de la mosca la fruta. Así las cosas, ese cítrico dulce que se produce en el estado no puede exportarse ni trasladarse a la mayoría de las entidades. Existe, pues, una barrera fitosanitaria que afecta los mercados.
Por otro lado, el 20 por ciento de la producción de naranja veracruzana se pierde debido a este problema; hablamos de unas 600 mil toneladas del fruto que terminan convertidas en basura orgánica.
Evidentemente, por el limitado nivel de información que maneja, Juan Carlos Molina no es un especialista en el tema de la mosca y en general del problema fitosanitario; sí lo es Antonio Soberón Ferrer, presidente del Consejo Estatal Citrícola y una de las voces más reconocidas en esa materia, a quien buscamos este martes para conocen a detalle la situación que prevalece en ese cultivo.
Soberón Ferrer es, además, presidente de la Comisión de Comercialización de Productos Cítricos del Consejo Nacional Citrícola y miembro del Consejo Nacional Agropecuario. Dice que, lamentablemente, no hay avances fitosanitarios en la citricultura de Veracruz; que todos los esfuerzos en materia de combate a plagas y enfermedades se concentran en el Huanglongbing (HLB) o “dragón amarillo” y que la mosca de la fruta ha quedado en el olvido, en detrimento de los productores.
Apunta que la alta prevalencia de la mosca ha provocado cierre de mercados.
Para ilustrar la importancia del cultivo, dice que hay 180 mil hectáreas destinadas a la naranja y que la producción anual es cercana a 3 millones de toneladas.
Sin embargo, un inadecuado manejo fitosanitario, que se atribuye a las áreas de Sanidad Vegetal, lejos de beneficiar al sector, lo mantiene en problemas. En ese sentido, Soberón Ferrer habla de falta de voluntad, no de recursos: los productores no cuentan con capacitación; no hay extensionismo (promoción y gestión del desarrollo rural) y prevalecen altos niveles de corrupción; por si fuera poco, existe una incorrecta aplicación del dinero destinado a estos temas. El año pasado, por ejemplo, para el combate al HLB, el gobierno federal destinó 400 millones de pesos; a pesar de ello, no hay resultados porque el “dragón amarillo” se mantiene como la principal amenaza para los cítricos nacionales.
90 mil empleos, en riesgo
Un estudio divulgado por el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera revela que Veracruz es la entidad que registra el más alto nivel de riesgo en el país, por el HLB.
De igual manera, expone que este, que es el principal estado productor de cítricos, corre el riesgo de dejar de cosechar mil 400 toneladas de esos frutos, si el brote no se revierte. Las pérdidas podrían alcanzar los 7 mil millones de pesos en los próximos cinco años, así como más de 90 mil empleos.
De acuerdo con esa fuente, que depende de la Secretaría de Agricultura del gobierno federal, en 2014, en todo el país se cosecharon 322 mil hectáreas de naranja, con una producción de más de 4 millones 500 mil toneladas y un rendimiento de 14.09 toneladas por hectárea. El valor de la producción fue de 6 mil 727 millones de pesos. Poco más de la mitad de esos números corresponden a Veracruz, entidad líder en ese cultivo.
Problemas fitosanitarios, sin avances
Esos números hacen pensar que la cadena citrícola debería recibir atención prioritaria de las instancias gubernamentales, pero no es así; hoy los productores veracruzanos de cítricos tienen más problemas de plagas y enfermedades que hace 18 años, cuando se decretó la cuarentena para la naranja valencia. En ese terreno, lo evidente es que no hay avances.
Por otro lado, mientras los productores enfrentan todos los días el drama de las pérdidas ocasionadas por plagas y enfermedades, así como los problemas de comercialización, las organizaciones campesinas se preocupan mucho más por otros temas, como el de la sucesión en el poder ejecutivo de la entidad y las cuotas de poder, candidaturas y espacios burocráticos en el sector.
Lo cierto es que a cuatro décadas de concluido el sexenio de Luis Echeverría Álvarez, siguen vigentes las palabras del entonces secretario de Agricultura y Ganadería, el xalapeño Oscar Brauer Herrera, quien advirtió que los campesinos mexicanos no están organizados para sembrar, sino para votar. @luisromero85