Mutatis Mutandis
Por Rafael Arias Hernández.
366 días. Último Año, el de “Hidalgo”. Más deudas, pérdidas y opacidad. Hampa electoral e imposiciones, pretextos y traiciones.
En la vida nacional, servilismo al mejor postor y oficialismo retrógrado desplazan valores y principios partidistas, libertades y derechos de militantes y simpatizantes. Multifacética crisis de la partidocracia. En mayor o menor medida, sucede a todos cuando están en el poder o aliados con él. Pero el caso actual del PRI sobresale, es patético ante pobreza, hambre e inseguridad.
Para empezar, no hay actividad partidista real y efectiva. Descarado y costoso acarreo. Burda simulación y carísima autopromoción. Ausencia de diálogo, análisis, debate, evaluación y retroalimentación. Mucho menos crítica y autocrítica interna. Deformación de cuadros y capacitación para la delincuencia electoral y gubernamental.
De ahí que a nadie extraño la oportunista y servil eliminación de la sana distancia con quien, temporalmente, en turno manda y gobierna. Adopción innecesaria del principio de la alfombra: “… la “sana distancia” entre el presidente y su partido ha sido perjudicial…”
Abyección sin límites, aceptación y ciega obediencia, haga lo que haga y diga lo que diga. Se olvida, que en todo caso, el que dice que manda y gobierna, nunca deja de ser humano, siempre falible e imperfecto. Y, por lo tanto, fuente de errores, equivocaciones y defectos, que ocasionan daños y pérdidas, limitaciones y sacrificios en la población, incluso hasta por generaciones. Mantenerse a distancia de aberración, abuso e irresponsabilidad, de quien mal gobierna y hasta delinque, es una obligación.
Pero el nuevo PRI ha hecho suya, la reducción sin límite de la sana distancia, para presumir sumisión y abyección plenas. Sin recatos ni respeto, se impone la nueva ideología de “lo que usted diga y ordene señor”.
PRI no a segunda vuelta, sí a gobiernos de coalición
Y ahí va, del oportunismo a la absurda justificación; de la negación y marginación de militantes y simpatizantes, al desprecio y desatención de ciudadano y sociedad. Ni se diga, del inmerecido abandono a su suerte de la población.
No hay recato y sentido de responsabilidad. Menos, mucho menos la mínima intención de fortalecer el avance de la democratización. La reciente posición de negación a conocer y obedecer la voluntad de la mayoría, lo dice todo. Apoyo y respaldo, al principio del que no tranza, no avanza. Minorías en coalición, hacen la distinción pero no la Democracia.
El PRI, “…se dijo que continuarán haciendo alianzas con aquellos partidos que aseguren no sólo el triunfo electoral, sino la gobernabilidad. Y en el caso de las alianzas con el Partido Verde, señaló que este instituto debe aprender de sus errores y no rechazó futuras coaliciones” (PROCESO.251116).
A quién importa, si el ganador no obtiene más de la mitad de los votos. A quién interesa que los gobernantes sean legitimados y cuenten con respaldo y apoyo de ciudadanos y sociedad. Saber cuál es la voluntad y decisión mayoritaria es intrascendente.
Pero si se sabe que no se tiene mayoría, entonces hay que construir la minoría mayoritaria. ¿Cómo? De una manera muy simple, imponer la unión y coalición a espaldas y sin apoyo de la mayoría democrática, transar para avanzar y así gobernar.
No sin antes intentar ganar en el terreno electoral, cueste lo que cueste, haciendo uso y abuso de instituciones y recursos públicos, de programas de desarrollo social y de apoyo asistencial, manipular y condicionar, apoyando toda actividad del hampa electoral, formada, fortalecida y en operación para toda elección.
Un fantasma recorre México, el fantasma de Luis Donaldo Colosio.
:”…Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales…”(1994).
Hampones electorales, impunes gubernamentales
Imposible ocultar y negar su presencia. Ya está aquí y trabaja ardua y descaradamente. Claro que con el apoyo y protección de beneficiarios incrustados en los gobiernos, de sus cómplices en el sector privado, y de organizaciones sociales, principalmente sindicatos, sobre todo oficiales. Ni que decir de medios y comunicadores puestos y dispuestos al mejor postor.
Ahogándose en pobreza, hambre e inseguridad. LA SUCESIÓN EN VERACRUZ sólo está enfocada en el proceso electoral.
Sin embargo, por el bien de las y los veracruzanos, hay que tener presente que DEMOCRACIA, no es sinónimo de elecciones. Que su principio fundamental es la participación ciudadana y social, que legitima todos y cada uno de los actos de gobierno. No hay Democracia sin legitimidad.
La participación conduce a la representación y ésta para ser democrática debe estar definida y controlada por la mayoría.. No es Democracia, la que se representa por minoría, así sea la minoría mayor.
Ese para empezar, es el problema central. El otro, la ineficiencia y delincuencia en el gobierno endeudador y saqueador. En Veracruz, no gobierna la mayoría y no hay legitimidad, ni participación.
¿Cómo se oculta y distorsiona esta gran verdad? Simplemente se legaliza la representación minoritaria. Transar y abusar.
*Academico.IIESESUV@RafaelAriasHFacebook:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez