Aunque a todos los aspirantes priistas a la gubernatura de Veracruz y a sus seguidores se les “cuecen las habas” porque ya surja humo blanco en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI, todo parece indicar, hasta ahora, que el “destape” del candidato oficial no ocurrirá antes de   enero próximo.

Y es que, en la opinión de algunos politólogos y funcionarios federales muy bien informados –pues tienen acceso a fuentes de primera mano que colaboran en oficinas estratégicas de la Presidencia de la República–, existen algunas variables extraelectorales que tanto en la residencia oficial de Los Pinos como en el edificio del CEN del PRI deben ponderar, ajustar y resolver muy cautelosamente no sólo para cumplir con los ordenamientos legales sino para mantener también los equilibrios de poder entre las corrientes internas más fuertes del tricolor con miras a la elección presidencial de 2018.

En 2016, pues, no sólo se va a elegir al sucesor de Javier Duarte de Ochoa –que sólo gobernará dos años– sino que además se renovarán las gubernaturas de otros 12 estados, entre ellos Colima, donde el Tribunal Federal Electoral revocó el apretado triunfo de Ignacio Peralta Sánchez, de la coalición PRI-PVEM-Panal, quien superó con apenas 506 votos al panista José Luis Preciado Rodríguez.

Por esta circunstancia excepcional, de los 13 candidatos priistas que en total contenderán en 2016 por una gubernatura, hasta ahora Peralta es el único que ha sido “destapado” nuevamente de manera oficial por la dirigencia nacional del PRI.

¿Y qué tendría que ver la decisión tomada por el CEN del Revolucionario Institucional en Colima con las otras 12 entidades, entre ellas Veracruz? Obvio, las pugnas intestinas por el poder. Para empezar, en el gabinete presidencial existen por lo menos tres cardenales que aspiran a suceder a su jefe Enrique Peña Nieto dentro de tres años. Por eso a Beltrones lo obligaron a autodescartarse públicamente como aspirante al 2018 antes de abrirle las puertas de la dirigencia nacional del tricolor, recordándole que como árbitro no podía entrar a la competencia debido a la mala experiencia del ex dirigente Roberto Madrazo, quien como candidato sumió a su partido hasta el tercer lugar de la votación en la sucesión de 2006.

A Peralta, por ejemplo, lo vinculan con Luis Videgaray, el presidenciable secretario de Hacienda y Crédito Público. El ex alcalde de Colima es egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), donde se graduó en 1993 como Licenciado en Economía con la tesis “Solución numérica de un modelo neoclásico de crecimiento”.

En 2012 fue postulado como candidato a senador por el PRI, sin embargo, debido a que la fórmula no cumplía con la cuota de género, le cedió la candidatura a la ex diputada local Mely Romero Celis. El entonces candidato presidencial, Enrique Peña Nieto, lo nombró coordinador de su campaña en el primer distrito electoral federal en Colima y tras el triunfo del mexiquense fue designado el 4 de septiembre coordinador de Proyectos Especiales en el equipo de transición del Presidente electo. Posteriormente, al asumir Peña la Presidencia, fue nombrado subsecretario de Comunicaciones en la SCT, destacando su participación en la construcción de la Reforma de Telecomunicaciones que implementó el gobierno federal.

Según se ve, en 2016 no habrá candidatos mostrencos, sin dueño. ¿Entonces cuántas de las 12 nominaciones priistas que están por definirse para las gubernaturas serán también para aspirantes afines al titular de la SHyCP? En Tamaulipas, por ejemplo, figura el economista Baltazar Hinojosa Ochoa, ex alcalde de Matamoros, ex secretario de Organización del CEN del PRI, ex titular de ASERCA, y desde septiembre de este año diputado a la LXIII Legislatura federal, donde preside la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, además de integrar las de Ganadería, y Hacienda y Crédito Público.

Pero en Veracruz Videgaray también tiene otro fuerte alfil: el senador Pepe Yunes Zorrilla, presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara alta del Congreso de la Unión, quien junto con el senador Héctor Yunes Landa, muy cercano al dirigente priista Beltrones y afín al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong –pues el legislador de Soledad de Doblado preside la Comisión de Protección Civil del Senado–, encabeza las encuestas entre el priismo veracruzano para la gubernatura de 2016.

De hecho entre ambos existe un pacto jurado de que quien sea nominado apoyará al otro, pero a nadie más, tratando de cerrarles el paso a los aspirantes identificados con el grupo del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, recién “exiliado” como cónsul a Barcelona. El problema para el CEN del PRI es que sabe que si se excluye al grupo que detenta el poder en Veracruz desde 2004, no les alcanzaría al par de senadores para garantizar el triunfo. Esta coyuntura es la que pretenden capitalizar el diputado federal Adolfo Mota Hernández y el secretario de Infraestructura y Obras Públicas del estado, Tomás Ruiz González, pero ni uno ni otro aseguran lograr los suficientes amarres priistas para vencer al diputado federal Miguel Ángel Yunes Linares, quien se perfila para encabezar la alianza PAN-PRD.

Esta situación parece haber motivado que tanto Peña Nieto como Beltrones comenzaran a mediar para reconstruir la unidad de las principales fuerzas priistas del estado, pues no sólo fue sintomático que este lunes 23, en la inauguración de la Primera Región Naval en el puerto de Veracruz, el senador Héctor Yunes apareciera al lado del Jefe del Ejecutivo federal en una fotografía que el propio mexiquense subió a su cuenta personal de Facebook, y que el próximo viernes 27, en el rancho San Julián, de Perote, el senador Yunes Zorrilla vaya a ser el anfitrión de una comilona a la que ha trascendido que asistirá no sólo el dirigente nacional del PRI sino también el gobernador Javier Duarte, el senador Yunes Landa y otros líderes priistas y actores políticos de la entidad y del Distrito Federal.

Ello parece confirmar lo que hace un par de semanas dijo Héctor Yunes al ser entrevistado en Orizaba, que el PRI no tiene más que de “dos sopas” para 2016: o es él o Pepe Yunes. ¿Quién les será menos indigesto a los fideliduartistas? Pronto lo sabremos. Pero todo apunta a que el “destape” oficial del candidato no será este viernes ni el domingo siguiente –día en que Yunes Zorrilla rendirá su tercer informe de actividades legislativas–, sino hasta después del acto agrario del 6 de enero, luego de la primera visita del año a Veracruz del presidente Peña Nieto. Y es que la reconstrucción de la “unidad” priista, vital para retener la gubernatura, requerirá de una fina e imparcial operación política.