Quienes pensaron que durante la visita del presidente Enrique Peña Nieto a Veracruz podría haber una señal clara en el tema de la sucesión, se quedaron esperando.
Al margen de lo que pudieron haber dialogado presidente y gobernador, en los pocos momentos que tuvieron en privado, no sólo no hubo señal, sino que los principales protagonistas priistas en la carrera por el poder ejecutivo de la entidad no fueron convocados al evento.
Peña Nieto centró su discurso en la inversión pública en ciencia y tecnología; informó que en la propuesta del Presupuesto de Egresos de la Federación, para el ejercicio 2016, se plantea la asignación de recursos por 90 mil millones de pesos para esas áreas. Habló también de necesidad de que el sector privado destine más dinero al desarrollo científico; y de la generación de empleos durante su administración, 146 mil nuevos espacios laborales, de acuerdo –dijo– con el reporte de octubre del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Como se esperaba, de temas relacionados con la sucesión estatal, nada; de eso, ni una palabra porque no era necesario, ni siquiera oportuno, como tampoco lo era la presencia en el evento de los senadores José Francisco Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, punteros, con muy amplio margen, en la carrera interna priista por suceder a Duarte de Ochoa.
Por otro lado, a esta visita presidencial a Veracruz no acudió el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso; el único miembro del gabinete legal que estuvo presente fue el titular de la SEV, Aurelio Nuño Mayer.
Cierto, fue evidente la sonrisa del gobernador durante la visita presidencial, lo que los cercanos a Duarte consideraron como una señal “inequívoca” de que las cosas, en el tema sucesorio, pintaban a modo para el veracruzano y su grupo; sin embargo, un saludo cordial del ejecutivo federal no necesariamente se puede interpretar como una extraordinaria relación.
Esos gestos, finalmente, no modifican ni las encuestas, ni las preferencias porque, además, el abrazo del ejecutivo no modifica en nada la percepción ciudadana sobre la situación en que se encuentra Veracruz.
Tomás Ruiz en la Legislatura
En otro tema, este lunes acudió a la Legislatura del Estado el secretario de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP) del gobierno estatal, Tomás Ruiz González, quien propuso el esquema de la Asociación Público Privada (APP) para concretar 3 obras que representan, en conjunto, una inversión cercana a los dos mil millones de pesos.
Ante el congreso local, el titular de la SIOP, quien se ubica en la carrera por la sucesión en Veracruz, expuso los detalles de las obras que propone bajo dicho esquema: la carretera Coatzacoalcos-Minatitlán, un puente en Boca del Río, para comunicar mejor a la zona conurbada de Veracruz, y otro en Pánuco, cerca de los límites territoriales con Tamaulipas.
Lo novedoso de las APP es que la administración estatal no se vería obligada a invertir recursos de los que carece; es la iniciativa privada, mediante concesiones muy estrictas y vigiladas, la que construye las obras.
Se trata de un mecanismo que inyecta recursos frescos, de particulares, para el desarrollo de proyectos y obras de beneficio colectivo, dijo en la Legislatura Ruiz González, quien explicó a los diputados que tanto la inversión como el riesgo no es del gobierno, sino de la iniciativa privada; el gobierno cubre una subvención mensual durante la vida del proyecto, lo que permite el pago del financiamiento a largo plazo.
Lo importante es que esa subvención a que se refiere Tomás Ruiz se considera gasto corriente, por lo que no repercute en el endeudamiento de Veracruz; en ese sentido, si bien existe una obligación de pago, es respecto a la disponibilidad de un servicio; esto es, si el concesionario no cumple, el estado no paga.
La APP es un esquema que contemplan las leyes mexicanas; en Veracruz, su aplicación fue aprobada por la Legislatura del Estado hace un año; es el mecanismo a que busca recurrir el gobierno estatal, ante la falta de disponibilidad de recursos para la construcción de obra pública.
En el caso de la carretera Coatzacoalcos Minatitlán, se habla de unas 400 mil personas beneficiadas; por otra parte, el puente de Boca del Río ayudaría a mejorar la comunicación entre Veracruz y la zona de Alvarado y Medellín, lo que significaría un bien para 800 mil habitantes.
La inversión es de 360 millones de pesos, en el caso de la obra del sur; y mil 630 millones, en el puente de Boca del Río.
Más trabajo y menos grilla
Lo destacable no sólo es la obra pública que genera beneficios, sino la búsqueda de soluciones a la falta de recursos por parte del gobierno estatal, que se encuentra asfixiado por las deudas y los compromisos con instituciones crediticias, bancos, acreedores y contratistas; de igual manera, destaca el hecho de que mientras otros aspirantes a suceder a Javier Duarte destinan su tiempo y sus energías a la grilla, el titular de la SIOP se concentra en el trabajo y en las propuestas para el desarrollo regional, como las tres obras que planteó a los diputados locales. @luisromero85