Todo parece indicar que la escasez de recursos en varios municipios de Veracruz ha puesto de moda la estrategia de actualizar los valores catastrales y, con ello, incrementar los montos del único impuesto que recaudan: el impuesto predial.

En algunos casos, la medida se justifica por el largo tiempo en que se ha dejado a un lado una adecuación fiscal que es costosa tanto económica como políticamente. En otros, como el caso de Coatepec, parece una porfía del mal gobierno implantado por el prófugo Roberto Pérez Moreno, Juanelo, y continuado por su sustituto Ricardo Pedro Palacios Torres, que por segundo año consecutivo está solicitando autorización para actualizar los valores catastrales.

Para lograr la actualización, los ayuntamientos deben invertir varios millones de pesos para crear y operar un equipo municipal o para contratar a una empresa privada que recorra predio por predio y observe las mejoras en construcciones o el levantamiento de instalaciones en terrenos por los que se cobraba como si fueran rústicos, para adecuar las nuevas tasas.

Varias administraciones municipales han preferido pasar por alto una medida que afecta directamente la economía de sus habitantes, pues ello significa que en los comicios próximos los afectados emitan voto de castigo contra el partido político en poder de la silla municipal.

Hay que considerar que los trabajos técnicos llevan su tiempo y no se puede optar por la estrategia de incrementar los montos de dicho impuesto al principio de la gestión y luego curar la herida con abundante obra pública. En sentido estricto, no hay un incremento sino una actualización lo que, de todos modos, golpea los bolsillos de los contribuyentes.

Más de 20 municipios implicados

Lo anterior viene a cuento por el anuncio hecho por Tomás Bustos Mendoza, secretario de Fiscalización del Congreso del Estado, de que al menos 22 municipios prevén un incremento en el monto de sus recaudaciones por la actualización de los valores catastrales.

El asunto fue matizado de inmediato por el diputado Raúl Zarrabal Ferat, de la Comisión de Hacienda Municipal, quien confirmó dicha petición, aunque aclaró que los diputados serán vigilantes para aprobar la medida solo en los casos en que los ediles, a través de sus tesorerías, justifiquen el ingreso. Para ello, han solicitado el apoyo de la Dirección de Catastro del Estado, a fin de que se revise la viabilidad de actualizar las tasas en las que se basa el cálculo del gravamen.

Que los diputados van a ser ‘vigilantes’ es un mero recurso discursivo, que debemos entender en el sentido de que no lo autorizarán en los casos en que los alcaldes solicitantes sean de oposición.

Desde el pasado 31 de julio, la Legislatura local estudia autorizar la actualización de los valores catastrales a los ayuntamientos de Cazones de Herrera, Chontla, Citlaltépetl, Coatepec, Coatzacoalcos, Ixmatlahuacan, Medellín de Bravo, Papantla, Perote, Pueblo Viejo, Saltabarranca, Tamalín, Tancoco, Tantima, Teocelo, Tepetlán, Texhuacan, Tlacotalpan, Tlalnelhuayocan, Uxpapana, Villa Aldama y Xalapa.

Alcaldes negligentes o impreparados

Aunque este año no se han denunciado problemas fiscales como los resentidos por casi todos los ayuntamientos de la entidad por la retención de participaciones estatales y federales, como sí ocurrió en 2014 cuando los actuales alcaldes estaban recién desempaquetados, lo cierto es que la mayoría de quienes fueron elegidos en 2013 han mostrado graves debilidades en materia de gestión de proyectos para jalar recursos extraordinarios del gobierno federal.

Puede parecer discriminatorio, pero los partidos políticos postularon a sus candidatos a alcaldes con base en sus niveles de popularidad y, de ninguna manera, por su preparación para elaborar proyectos de desarrollo ni por capacidad para negociar recursos tanto estatales como federales.

Por desgracia (o para nuestra fortuna), una vez saldada la elección, los partidos políticos se desentienden de sus candidatos triunfadores, olvidando otorgarles caminos y estrategias que puedan usar para mejorar sus capacidades financieras.

Y digo que puede ser para fortuna, porque hay partidos como el AVE, cuyo dirigente estatal Alfredo Tress Jiménez trae de encargo a los 15 alcaldes que llegaron al poder gracias a su franquicia, a quienes no solo obliga a hacer trabajo político por el partido sino también a entregar parte de los recursos obtenidos para el funcionamiento del dirigente.

Si se recorre la geografía veracruzana, podemos observar que casi todos los alcaldes restringen su gestión a los recursos provenientes del impuesto predial y los pocos recursos etiquetados por el gobierno estatal. Si a ello descontamos gastos superfluos, altos salarios de los ediles y la parte que va para sus bolsillos, ya podemos imaginar por qué la mayoría de los municipios muestra una nula actividad pública constructora.

Sus alcances geográficos están marcados por el ámbito regional, y no son capaces de acudir a las dependencias federales para presentar proyectos que puedan concursar por los abundantes recursos que destinan las diversas secretarías a través de programas destinados al desarrollo regional.

Ya no naden ‘de muertito’, pide Peña

El presidente Enrique Peña Nieto hizo hace unos días un llamado muy severo a los más de 2 mil alcaldes del país, a quienes pidió ayudar a sacar adelante a México y no culpar a la escasez de recursos para no dar buenos resultados.

Justo en Chihuahua, donde el alcalde xalapeño Américo Zúñiga Martínez fue reconocido con la presidencia ejecutiva de la Conferencia Nacional de Municipios de México (CONAMM), Peña Nieto regañó a los alcaldes (y calladamente a los gobernadores), a quienes dijo que no se valía ni era admisible evadir la tarea pretextando no tener suficientes recursos, no tener suficientes capacidades e, incluso, nadar de muertito para que otros hagan la tarea.

El inusual tono de la arenga peñista tiene su miga. Lo que dejen hacer los alcaldes (y los gobernadores) en materia de obra pública y labor social, la población lo achacará a la falta de apoyo del gobierno federal.

De ahí la preocupación de un gobierno federal al que la violencia, la corrupción y las condiciones negativas del mercado internacional le han valido reducir sustancialmente su programa de infraestructura y al que no le salen las cuentas en materia de combate a la pobreza. “Vivimos en un tiempo cada vez de mayor exigencia social, cada vez de espera de resultados visibles y tangibles, prontos e inmediatos… dediquen su empeño y su esfuerzo a cumplir sus objetivos”, señaló Peña Nieto.

Les pidió no estar a la espera de cambios o reformas que les posibiliten mayor capacidad de asumir su responsabilidad, sino hacerlo en el marco con el que ya se cuenta. Y aunque se refirió a la disposición de su gobierno para trabajar conjuntamente con los gobiernos estatales y municipales, dijo que esto solo sería posible siempre que estos gobiernos estén decididos a hacer su propia tarea.

“Manténganse perseverantes en su esfuerzo, porque puede ser tentador navegar en espacios cómodos y recoger aplausos de forma fácil, pero las verdaderas transformaciones que llevarán a que municipio, estado y país tengan mejores condiciones implica remar frente a las grandes resistencias”.

Más claro ni el agua.

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