Con golpes mediáticos insustanciales, como recuperar fichas prestadas al PAN y al PRD en pequeños municipios perdidos en la geografía veracruzana, el presidente del PRI estatal Alberto Silva Ramos ha estado jugando al filo de la legalidad (como cuando dio a conocer una lista parcial de ‘aviadores’ de la SEV) y ha puesto al sector más combativo de su partido, el de las mujeres, en alerta máxima por su discurso misógino, machista y discriminatorio, al declarar que a todos los candidatos del PRI a puestos de elección popular se le exigirá la prueba antidoping, y a las candidatas, una prueba de no gravidez.
Las reacciones a la inusual, indebida y absurda declaración del tuxpeño fueron demoledoras. Destaca la de la Secretaria General del CEN del PRI, Carolina Monroy del Mazo, quien resumió su postura con la siguiente frase lapidaria: “Si Alberto Silva Ramos cree que es indispensable solicitar a las mujeres un certificado de no gravidez para poder participar en política, el PRI no es su lugar”.
Y añadió: “Me parece absolutamente vergonzoso. Desde la sede del Congreso de la Unión, en mi investidura de secretaria general de nuestro instituto político, el PRI, le exijo que ofrezca una disculpa pública a las mujeres veracruzanas y de México”.
Si la percepción general sobre su sorpresiva llegada a la dirigencia estatal del PRI (impuesta por sobre los mismos estatutos partidistas y con el rechazo de buena parte de los expresidentes de ese partido; destacadamente, de los senadores Héctor y José Francisco Yunes), es que fue producto de un acto autoritario, que no contó con la aprobación de la dirigencia nacional, lo que ha abonado con su torpe discurso
En un comunicado confuso en que echa la culpa a los reporteros de haber malinterpretado sus declaraciones, Silva Ramos hace como que se disculpa por su discurso discriminatorio, pero lo dicho, escrito está y, como decía Einstein, es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.
Ni a su madre la perdona
Este jueves, mientras legisladoras del PRD, Morena y Movimiento Ciudadano se manifestaron en el Palacio Legislativo de San Lázaro contra los feminicidios, que se han multiplicado en el país, pero también en Veracruz, y manifestaron su apoyo a una iniciativa para modificar la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en Veracruz Silva Ramos ha mostrado el lado oscuro de una corriente al interior del PRI que minusvalora a la mujer y la piensa como la mayoría de empresarios que exigen examen de no embarazo para contratar a mujeres.
En el tema de los feminicidios cabe anotar que, pese a que el fiscal Luis Ángel Bravo se ha negado a que se emita alerta de género en la entidad, su fiscal coordinadora especializada en Delitos de Violencia contra la Mujer, la Familia, los Niños, las Niñas y Trata de Personas, María del Consuelo Lagunes Jiménez, reconoció este jueves en Córdoba un repunte de entre 10 y 11 por ciento en el número de feminicidios en Xalapa, Veracruz, Coatzacoalcos, Tantoyuca y la región Córdoba-Orizaba, derivados la mayoría de violencia en el entorno familiar.
Y es que Silva Ramos se ha creído con la obligación de hablar sin pensar sobre el tema que se le ponga enfrente.
Estas manifestaciones retrógradas tienen un alto costo político, algo que él mismo no calibra porque forma parte de un grupo de priistas jóvenes que gobiernan su partido y que ostentan puestos administrativos y de elección popular tanto en gobiernos estatales como en el gobierno federal, y para quienes emitir propuestas legislativas lesivas para la población, tratar de imponer ordenamientos contra la libertad de expresión o que atentan contra la seguridad de los luchadores sociales (como la fallida Ley Fayad o la que criminaliza las protestas y la libre manifestación de las ideas, implantada por Roberto Borge en Quintana Roo), o disponer libremente de los recursos públicos, no pasan de ser anécdotas de consumo local que no repercuten ni política, ni moral ni judicialmente.
Y miren que muchos vigilan la actuación y las declaraciones de El Cisne. El diputado panista Miguel Ángel Yunes Linares de inmediato puso bocinas nacionales a lo dicho por Silva.
En la tribuna de la cámara de diputados, el acérrimo enemigo de la Fidelidad exigió que el dirigente estatal priista ofrezca una disculpa pública a las mujeres veracruzanas, y dijo que el diputado priista “violó la Constitución y los derechos humanos de las mujeres al señalar que si aspiran a ser candidatas del PRI serán sometidas a exámenes de embarazo”.
Y lo invocado por Yunes Linares no tiene un solo flanco para ser rebatido. Dijo que la Constitución establece los principios de igualdad jurídica entre la mujer y el hombre, el respeto a la dignidad de las mujeres, la no discriminación así como el derecho de las mujeres a la libre procreación, principios que fueron puestos en duda por el rijoso dirigente estatal priista con su espontánea declaración a la prensa.
En Xalapa, Silva Ramos también tuvo respuesta de parte de la secretaria de Equidad y Género del Comité Ejecutivo Estatal del PRD, Jeimy Dolores Martínez Pantaleón, quien le recordó que nació de una mujer, que los derechos ganados por las mujeres no pueden ser cuestionados por un dirigente político e, incluso, se solidarizó con las mujeres priistas y les abrió el camino para ser postuladas por su partido en caso de ser vulnerados sus derechos por el solo hecho de estar embarazadas.
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