Si finalmente en Veracruz se da la alianza PAN-PRD en la sucesión estatal de 2016 y el candidato común a la gubernatura resulta ser el diputado federal del blanquiazul Miguel Ángel Yunes Linares, el mérito deberá atribuírsele al actual gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas, quien viene haciendo amarres dentro y fuera de Acción Nacional con miras a la candidatura presidencial de 2018.

En su partido parece haber noqueado ya al ex dirigente nacional Gustavo Madero tras aliarse con el sucesor del chihuahuense, Ricardo Anaya Cortés, quien al asumir la dirigencia le negó a su antecesor la coordinación de la bancada del PAN en la Cámara de Diputados y lo ubicó en la presidencia de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables de la LXIII Legislatura, una posición de muy bajo perfil. En cambio, a Moreno Valle lo designó coordinador de la Comisión Política del Comité Ejecutivo Nacional, y a uno de los operadores políticos del mandatario poblano, Eukid Castañón, lo nombró vicecoordinador del grupo legislativo del blanquiazul en la Cámara baja del Congreso de la Unión, donde el aspirante presidencial panista colocó a otros de sus alfiles, Luis Maldonado Venegas, como presidente de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación.

Maldonado –de origen veracruzano y ex dirigente nacional de Convergencia, hoy Movimiento Ciudadano–, obtuvo la diputación plurinominal por el PRD, partido al que se afilió en mayo de 2014 siendo aún secretario general de Gobierno en la administración de Moreno Valle. En su registro como militante del sol azteca fue acompañado por Jesús Zambrano, a la sazón dirigente nacional perredista y actual presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, y por el entonces senador Silvano Aureoles, quien acaba de tomar posesión del gobierno de Michoacán.

Sin embargo, la cantada candidatura presidencial del gobernante de Puebla está por enfrentar algunos escollos al interior del PAN: la manifiesta aspiración de Margarita Zavala, esposa del ex presidente Felipe Calderón, pero además el abierto rechazo de una importante corriente del blanquiazul en contra de la pretendida alianza con el PRD.

Por ejemplo, en julio de este año, en la recta final de la contienda interna por la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional, el ex dirigente Germán Martínez Cázares cuestionó en un artículo periodístico los gobiernos de coalición que junto con el partido del sol azteca ganó el blanquiazul en Sinaloa y Oaxaca con los ex priistas Mario López Valdez (Malova) y Gabino Cué: “La contienda por la presidencia nacional del PAN entre Ricardo Anaya y Javier Corral debe poner una ¡basta definitivo! a esa perversa suma de burgos podridos. ¿Qué significa Malova para el PAN? ¿Unos cuantos sueldos a panistas y fuero para sus allegados? Javier Corral apostó mucho y fuerte a esas coaliciones, sobre todo en Oaxaca. ¿Qué cuentas le podría pedir ahora Corral a Gabino Cué, después del fracaso estrepitoso para administrar la educación en su estado, si antes él le abrió la puerta de Palacio de Gobierno? ¿Qué cosecha envenenada levantará el PAN sinaloense al postular pillos, sólo por sus ansias de ganar por ganar? Y si Rafael Moreno Valle quiere ser candidato presidencial, tiene que poner sus barbas a remojar.”

Pero a Moreno Valle no parecen preocuparle las aspiraciones de la señora Zavala –cuyos ex protegidos ya le negaron su apoyo ahora que quiso ser candidata a diputada federal, como Yunes Linares, no obstante que en diciembre de 2006 su esposo Felipe Calderón nombró al ex priista veracruzano director general del ISSSTE y luego lo impuso como candidato del PAN a gobernador en 2010, pasando por encima de otros aspirantes como el ex senador Gerardo Buganza Salmerón, el cual le propuso al Presidente que la candidatura se definiera en una elección interna, por lo que ante el autoritario rechazo del michoacano el ex panista cordobés terminó renunciando al partido blanquiazul–, como tampoco se ve que le haga mucha mella el manifiesto rechazo del ex dirigente Martínez Cázares y de otros destacados militantes de Acción Nacional a su pretendida candidatura común con el PRD.

Por lo mientras en Veracruz viene empujando con todo la alianza con el partido del sol azteca para la sucesión gubernamental de 2016, impulsando a Miguel Ángel Yunes como su ariete, lo que ya generó descontento en otros aspirantes como el ex senador y ex diputado federal Juan Bueno Torio.

Veracruz es un estado clave para sus aspiraciones presidenciales de 2018, ya que es el tercer estado con el mayor padrón de electores en el país. Sin embargo, no es la primera vez que Moreno Valle busca entrometerse en los procesos electorales locales y federales en esta entidad vecina, y hasta ahora el saldo no le ha sido favorable. En 2013 y 2015 patrocinó presuntamente campañas de algunos de sus correligionarios, pero fueron barridos por los priistas y sus aliados. En la elección federal de diputados de este año se pronosticaba que el PAN ganara por lo menos seis de los 21 distritos electorales, pero solamente pudieron triunfar en los dos de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, y eso por la errónea nominación de última hora de la ex alcaldesa porteña Carolina Gudiño por el PVEM, cuyo repudio popular habría impactado negativamente en las preferencias electorales que hasta entonces favorecían a la otra abanderada del PRI, Anilú Ingram Vallines.

Y en el estado que gobierna tampoco le fue bien en la jornada electoral del pasado 7 de junio, pues sus candidatos más cercanos fueron vencidos por el tricolor en 9 de los 16 distritos electorales, entre ellos tres de los cuatro que abarca la capital poblana.

Ahora en Veracruz, ante la virtual alianza PAN-PRD, alcaldes del partido del sol azteca comenzaron a renunciar en cascada. Este jueves dimitieron los ediles de Alpatláhuac, Leonel Sánchez Reyes, y de Calcahualco, Nicolás Rivera Moreno, sumando ya seis los ex perredistas que se han afiliado al PRI. Antes lo hicieron Octavio Jaime Ruiz Barroso, del puerto de Alvarado; Marco Antonio Estrada Montiel, de Las Choapas; Aquilino Zamorano Pérez, de Tuxtilla, y Manuel Cuan Delgado, de Pueblo Viejo, argumentando que no pueden aliarse con el partido que en 2006 les arrebató fraudulentamente la Presidencia de la República.