Por el monólogo de Hamlet, To be, or not to be: that is the question.
Porque Bertold Bretch afirma:
«La gente va al teatro para ser arrastrada por el espectáculo, envuelta en su hechizo, impresionada, elevada, horrorizada, conmovida, subyugada, liberada, distraída, redimida, arrebatada fuera del tiempo, alimentada de ilusiones. En efecto, el arte se define como algo que libera, arrastra, eleva, etcétera. Incluso se considera que un arte que no logra esos efectos no es arte.»
Porque Edward A. Wright afirma:
«El teatro es el lugar de la reunión o de la síntesis de todas las artes (…)
«El teatro tiene como obligación proporcionar al público, a cambio del tiempo que éste le dedica, un trozo de vida más completo que el que podría vivirse en ese periodo. Debe acentuar las lecciones y verdades que ofrece y pintar los personajes tan vivamente que la gente pueda llegar a conocerlos y apreciarlos.»
Porque Esther Hernández Palacios, en la rueda de prensa dijo: «La cultura, el arte, la posibilidad de expresión son una herramienta extraordinaria para luchar contra la violencia, para abrir puertas hacia la creatividad, hacia la aportación no solamente de ideas sino de trabajo, en este caso para la comunidad universitaria pero también para la sociedad en general»
Porque Federico García Lorca dijo en un discurso:
«El teatro es una escuela de llanto y de risa y una tribuna libre donde los hombres pueden poner en evidencia morales viejas o equívocas y explicar con ejemplos vivos normas eternas del corazón y del sentimiento del hombre. Un pueblo que no ayuda y no fomenta su teatro, si no está muerto, está moribundo; como el teatro que no recoge el latido social, el latido histórico, el drama de sus gentes y el color genuino de su paisaje y de su espíritu, con risa o con lágrimas, no tiene derecho a llamarse teatro, sino sala de juego o sitio para hacer esa horrible cosa que se llama ‹matar el tiempo›.»
Porque Edward A. Wright, en otro lugar de su texto afirma:
«El teatro, como arte, tiene obligaciones específicas con su público, y éste, a su vez, como parte de toda la producción teatral, tiene obligaciones específicas con el teatro.
«El verdadero amante del teatro lo considera como una institución democrática que pertenece fundamentalmente al pueblo.»
Porque más adelante,García Lorca dijo:
«Hay que mantener actitudes dignas, en la seguridad de que serán recompensadas con creces. Lo contrario es temblar de miedo detrás de las bambalinas y matar las fantasías, la imaginación y la gracia del teatro, que es siempre, siempre, un arte, y será siempre un arte excelso, aunque haya habido una época en que se llamaba arte a todo lo que nos gustaba, para rebajar la atmósfera, para destruir la poesía y hacer de la escena un puerto de arrebatacapas.
«Arte por encima de todo. Arte nobilísimo. Y vosotros, queridos actores, artistas por encima de todo. Artistas de pies a cabeza, puesto que por amor y vocación habéis subido al mundo fingido y doloroso de las tablas. Artistas por ocupación y preocupación. Desde el teatro más modesto al más encumbrado se debe escribir la palabra ‹arte› en salas y camerinos, porque si no vamos a tener que poner la palabra ‹comercio› o alguna otra que no me atrevo a decir. Y jerarquía, disciplina y sacrificio y amor.»
Porque Brecht, al avanzar su texto habla de un replanteamiento del teatro en el que se haga un distanciamiento del espectador con las situaciones y los personajes en lugar de una identificación con ellos. Este nuevo espectador adoptará «ante el mundo representado en el escenario la misma posición que ha adoptado como hombre de este siglo frente a la naturaleza. También en el teatro será recibido como el gran transformador, el que ha logrado intervenir en los procesos de la naturaleza y en los procesos sociales, el que ya no se contenta con tomar el mundo tal cual es, sino que lo domina. El teatro por su parte ya no intenta emborracharlo, cargarlo de ilusiones, hacerle olvidar su mundo, reconciliarlo con su destino. El teatro le presenta ahora el mundo para que él lo intervenga.»
Por eso, porque necesitamos alimentar el alma siempre pero especialmente en estos momentos en que la abyección toma por asalto nuestro paraíso para mancillarlo con su corrupto escupitajo, hay que ir al Festival de Teatro Universitario.
Pero también porque al teatro no se acude solamente a solazarse, a olvidarse de los problemas por un rato o a maravillarse con la magia de la escena, es también un compromiso con la cultura, la única que puede rescatarnos de las garras de la ignominia.
Con estas razones bastaría para no faltar al Festival pero hay muchas más, tantas, que no terminaría de ennumerarlas pero que a fin de cuentas se sintetizan en una, hay que participar del teatro porque, al hacerlo, participamos de la transformación del mundo.
Aún quedan muchas puestas en escena esperando nuestros sentidos, el programa completo está en la página de Facebook Festival de Teatro Universitario UV – Oficial
Ah, y también hay que ir al Festival de Teatro Universitario por el soneto XXIII de Shakespeare y por un par de minificciones
Como imperfecto actor en una escena
A quien el miedo del papel aparta
O como fiera cosa de ira llena
Cuya pujanza su poder descarta
Así por falta de confianza omito
El rito que al amante es adecuado
Y de mi amor la fuerza debilito
Por su propio vigor sobrecargado
Tenga entonces mi escrito la elocuencia
Y de mi pecho mensajero mudo
Por mi amor y mi premio dé su lucha
Percibe en él lo que mi voz silencia
Y que mi lengua pronunciar no pudo.
Que el amor sabio con la vista escucha.
(William Shakespeare)
Teatro de la Verborragia
Finalizó la obra.
Los actores y las actrices, en la oscuridad, esperaron inútilmente el aplauso del público. Desde la sala, sólo les llegó el silencio.
El actor más decidido asomó su cabeza entre los telones, pero la oscuridad no le permitió ver. Avanzó más allá sin hacer ruido, primero hasta el centro del escenario, luego hasta proscenio, y se quedó helado…
Toda la compañía rodeó al actor, mirando hacia el público. Una voz rajada dijo sin convicción: ¡enciendan las luces de la sala!
Se hizo la luz… Ante la revelación, los actores se tomaron de las manos:
¡Todo el público se había ahogado en sus palabras!
(Alexei R. Sánchez Duharte)
Un drama en el teatro
Como el director de escena no había previsto poner sobre la mesa ningún puñal para que el actor se apuñalase. Éste tomó un revólver y se revolverizó.
(Silvestre Lanza)
Ver también: Sube telón, comienza el Festival de Teatro Universitario
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