Si al interior del Partido Revolucionario Institucional, en el contexto de la sucesión veracruzana, sólo se habla de dos, tal vez tres nombres de aspirantes a la candidatura al gobierno del estado, en Acción Nacional la situación es muy parecida: en el panismo dos precandidatos acaparan la atención de la militancia, el diputado federal Miguel Ángel Yunes Linares y el ex senador Juan Bueno Torio.

Mediáticamente, sin embargo, casi todos los reflectores han sido para Yunes Linares, por ser una figura polémica; por su discurso, casi siempre belicoso y combativo; y, sobre todo, por sus constantes desencuentros con los grupos de poder al interior del PRI y del gobierno estatal.

Sin duda, el actual presidente de la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Diputados resulta una imagen política y electoralmente atractiva para muchos críticos del gobierno veracruzano y para un sector del panismo pragmático.

Considerado por sus adversarios como ave de tempestades, Yunes Linares parece que de manera permanente se dedica a velar sus armas; el enfrentamiento es lo suyo.

En otra pista se encuentra el ex diputado, ex senador y ex funcionario federal Juan Bueno Torio, mucho más cauto en su discurso, quien teje alianzas para encarar el proceso interno del PAN y estar en condiciones de contender, en la elección constitucional, por el gobierno del estado.

Juan Bueno es un panista al que no se le conocen enfrentamientos y enconos. El empresario cordobés ha sido subsecretario de la Pequeña y Mediana Empresa en la Secretaría de Economía, de 2000 a 2003, y director de Pemex Refinación, de 2003 a 2006; ambos cargos, durante el gobierno de Vicente Fox Quesada. Sus lazos con el panismo son mucho más fuertes y arraigados que los de Miguel Ángel Yunes; recordamos que Bueno Torio fue el primer candidato a diputado federal que ganó una elección en Veracruz bajo las siglas de Acción Nacional. En 2006 llegó al Senado de la República y de ahí pasó a la diputación federal.

Sus ligas con el panismo nacional son tan firmes como las de su adversario interno, pero tiene la aparente ventaja de una militancia de más años.

Juan Bueno, lejos de la polarización

Entre quienes le conocen de cerca existe la percepción de que  Juan Bueno no polariza; no asume posturas radicales, pero, de llegar al gobierno de la entidad, difícilmente –dicen– tendría dudas con relación al tema del combate a la corrupción.

Argumentan, por otro lado, que así como Yunes Linares tiene alianzas en el altiplano, Bueno Torio cuenta con una inmejorable relación con panistas de la talla de Ricardo Anaya Cortés, actual dirigente nacional del partido; del senador Ernesto Ruffo Apel, ex gobernador de Baja California; de Santiago Creel Miranda, ex secretario de gobernación; de Margarita Zavala, ex presidenta del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, DIF; y de Josefina Vázquez Mota, ex candidata presidencial del albiazul.

Esos amarres, así como una indiscutible presencia entre militantes y simpatizantes panistas son ahora la carta de presentación de Juan Bueno, en su intención por suceder a otro cordobés, el actual gobernador Javier Duarte de Ochoa, del PRI.

En 2006, cuando Bueno Torio fue candidato al Senado, el PAN cosechó en Veracruz más de 885 mil votos, ganando los distritos de Pánuco, Veracruz Urbano y Rural, Poza Rica, Martínez de la Torre, Huatusco, Orizaba, Córdoba, Cosamaloapan y Acayucan.

Miguel Ángel Yunes y Juan Bueno son las dos cartas que considera Acción Nacional en el tema de la sucesión en Veracruz; por otro lado, de concretarse la alianza con el Partido de la Revolución Democrática, las posibilidades de quien resulte candidato aumentarán de forma exponencial.

Este martes, por cierto, Juan Bueno fue cuestionado por medios locales sobre el tema de la candidatura panista; no ocultó su aspiración pero dejó claro que apoyaría a quien sea postulado por su partido, Miguel Ángel Yunes o, incluso, Héctor Yunes Landa, senador del Revolucionario Institucional.

Manuel Arellano, por Panal

Uno de los partidos que poco hace ruido en el tema sucesorio es Nueva Alianza, que, en la entidad veracruzana, en el pasado proceso federal, apenas alcanzó 56 mil votos, 2.29 por ciento del total.

La presencia en Veracruz del partido que encabeza Enrique Martínez Santos es más bien discreta; no tiene mayor presencia y prácticamente toda su fuerza radica en una fracción del magisterio.

En ese contexto, uno de los posibles aspirantes del PANAL al gobierno de la entidad es el actual dirigente de la Sección 56 del sindicato magisterial, Manuel Arellano Méndez, quien, muy en corto, ha dicho a sus amigos que podría buscar una diputación local o la candidatura al poder ejecutivo estatal.

El periodo de Manuel Arellano al frente de la Sección 56 está por terminar; se supone que en enero se efectuará el cambio delegacional, justo cuando se desarrolle el proceso para la selección de candidatos al gobierno veracruzano. @luisromero85