Aunque no faltaron algunos viejos, que además son políticos, que no entendieron o no quisieron entender o a los que no les convenía entender la jugada, las fichas finalmente se alinearon como debía ser, y el próximo sábado 24, el diputado Alberto Silva Ramos tomará posesión como el dirigente estatal del PRI veracruzano.
Lo hará en un evento en el que campeará la legendaria unión priista y al que acudirán todos los sectores, las organizaciones, los liderazgos, los grupos y los grupúsculos… y hasta los ex presidentes que la semana pasada habían hecho su pataleta porque no les gustó que se promoviera a un personaje afín al Gobernador del Estado.
Por cierto, en esta rabieta que inició en una comida con un grupo reducido de columnistas y directores -a los que convoca a discreción Gonzalo Morgado Huesca- nunca quedó muy claro que los tres ex presidentes estatales del partido estaban en la misma sintonía, puesto que Felipe Amadeo Flores Espinosa, que es reconocido por su prudencia, porque tiene una sola palabra y porque nunca participa en declaraciones acompañadas o multitudinarias, nunca dijo esta boca es mía ni salió a dar la cara como siempre lo ha hecho.
Vaya, a todos les queda claro que Felipe Amadeo no es gente que mande a decir las cosas, sino que tiene toda la investidura para decirlas de manera personal y directa. Tal vez ésa fue la razón por la que no acudió al desayuno de la unidad con el gobernador Duarte en la casa de Carlos Brito, en buena medida porque a él no le quedaba el saco, y seguramente tendrá su propio encuentro respetuoso y cordial con el joven gobernante, al que manifiesta aprecio y respeto.
La cosa es que una vez aclarados los desencuentros y establecida firmemente la imagen de Javier Duarte de Ochoa como “el primer priista de Veracruz”, ahora la fuerte estructura partidista se dispone a congregarse en el evento que se realizará en el World Trade Center de Boca del Río y en donde se hará patente que el priismo es revolucionario, sí, pero ante todo es institucional.
El ruido mediático que provocó la posible asunción del diputado por Tuxpan se ha ido transformando en una melodía acompasada, en la que todos están afinando al tono que marca el Gobernador.
En la medida en que avanzó la carreta, las calabazas de acomodaron comedidamente y ahora todo es miel sobre hojuelas para quien será el flamante líder que conducirá el proceso de la sucesión de Veracruz, el mismo que tomará la protesta con el consenso y la presencia de la militancia masiva, y de los militantes más distinguidos.
Se sabe que este evento de la unidad será también una muestra de cohesión del priismo veracruzano ante el liderazgo nacional, y que por eso acudirán tanto el presidente del CEN Manlio Fabio Beltrones como el líder de la bancada priista César Camacho.
¡Es El Cisne!, parece ser el grito de guerra que llega a todos los recovecos tricolores en Veracruz.
¿Habría que decir que no se hagan bolas?
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