En 2004, Gerardo Buganza Salmerón y Tomás Ruiz González –el primero secretario de Gobierno y, el segundo, titular de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP) en la actual administración estatal– buscaron la gubernatura de Veracruz.
Buganza, abanderado entonces por el PAN, estuvo a escasos 25 mil votos de lograrlo, pues esa fue la diferencia que oficialmente le sacó el priista Fidel Herrera Beltrán en aquella polémica elección que se dirimió en el Tribunal Federal Electoral.
Se cuenta precisamente que cuando el ex candidato de Acción Nacional –partido al cual renunció en la sucesión estatal de 2010 inconforme por la imposición de Miguel Ángel Yunes Linares– tomó posesión por primera vez de la Secretaría de Gobierno en diciembre de 2010, al inicio del sexenio del gobernador Javier Duarte, el ex panista cordobés se encontró entre los colaboradores del subsecretario de Gobierno, Erick Lagos Hernández, al ex procurador fidelista y ex presidente del Tribunal Electoral del estado, Emeterio López Márquez, al cual le reclamó de inmediato: “¡Usted me robó la elección de 2004!”.
El caso de Ruiz González fue diferente, pues al actual titular de la SIOP –mismo cargo que desempeñó Buganza después del proceso electoral local de 2013 y hasta principios de este año, lapso durante el cual fue sustituido en la SEGOB por Lagos Hernández, ex dirigente del tricolor y ahora diputado federal electo por el distrito de Acayucan– ni siquiera pudo ser candidato porque la nominación priista se la arrebató Herrera Beltrán pese a que el ex director de Banobras era impulsado por el gobernador saliente Miguel Alemán Velasco, quien lo había invitado personalmente a participar en el proceso interno del PRI ya que, al parecer, el ex ejecutivo de Televisa no confiaba en el senador cuenqueño ni le simpatizaba Miguel Ángel Yunes, aún militante del priismo que también pretendía sucederlo.
Tomás Ruiz y Yunes Linares terminaron por renunciar al PRI tras la postulación de Herrera Beltrán. Sólo que Yunes se afilió posteriormente al PAN mientras que Ruiz González fue promovido por la maestra Elba Esther Gordillo a la dirigencia nacional de Nueva Alianza, partido al que renunció en 2007 molesto porque la lideresa magisterial aceptó la propuesta del gobernador Herrera para que el PANAL se coaligara con el PRI en los comicios locales, en los cuales el fidelismo arrasó al PAN y PRD no obstante que un año antes, en la elección federal de 2006, el partido tricolor había perdido 15 de los 21 distritos electorales y su candidato presidencial, Roberto Madrazo, fue relegado hasta el tercer lugar de la votación.
Ahora, en la víspera de la sucesión gubernamental de 2016, estos tres personajes son candidateados para la gubernatura. Pero de este trío, sólo Yunes Linares tiene aparentemente todas las ventajas para ser postulado por el PAN. Buganza y Ruiz, en cambio, no tienen partido. A menos que los camuflajearan como candidatos “sandías”, tal como hicieron recientemente con algunos priistas que fueron nominados formalmente por el Partido Verde en la reciente elección de diputados federales. ¿Pero permitirían una maniobra así otros aspirantes del PRI como los senadores Héctor Yunes Landa y Pepe Yunes Zorrilla? Se ve francamente muy difícil que los del tricolor cedieran al PVEM la candidatura al gobierno de Veracruz a pesar de la alta votación que recién obtuvo el Verde.
Así que la única opción que les quedaría a los titulares de la SEGOB y de la SIOP sería construir una candidatura independiente, una novedosa figura de participación ciudadana que ha sido incorporada en la reforma electoral recién aprobada por la Legislatura local.
En el caso de Buganza pareciera que el secretario de Gobierno ya avizoraba desde el inicio de esta administración un escenario sucesorio como el actual, pues con cuatro años de anticipación tuvo el tino de crear una fundación denominada “Generando Bienestar”, que casualmente llevan las iniciales de su nombre y a través de la cual ha ido construyendo una plataforma y estructura política que lo podría catapultar como candidato independiente si es que finalmente se decidiera a participar en la elección local de 2016.
Tomás Ruiz, en cambio, no cuenta hasta ahora con un membrete que le pudieran dar soporte político a sus aspiraciones sucesorias. Ni siquiera está a la vista una red organizada de amigos o de simpatizantes que pudieran aparentar la factibilidad de una futura candidatura independiente. Sin embargo, aprovechando su posición como titular de la SIOP, Ruiz González ha venido acelerando su activismo en los medios de comunicación y a través de reuniones con alcaldes y empresarios de la industria de la construcción.
Según ha trascendido, en breve la imagen del titular de la SIOP estaría por ser publicitada en sendos anuncios espectaculares que se colocarán en varias partes del estado, los cuales, para evitar infringir la ley electoral, aparecerán encubiertos con la portada de una conocida revista política-empresarial que durante el fidelato fue utilizada también para promover a los priistas consentidos que eran promovidos a cargos de elección popular. Es obvio que ni Ruiz ni Buganza se mandan solos, y una decisión de esta envergadura debieron haberla consultado previamente con su jefe, el gobernador Duarte.
¿Recibieron luz verde? ¿Ese, acaso, fue el motivo del discreto viaje que la semana anterior realizó el poderoso coordinador de los diputados federales del PRI, Manlio Fabio Beltrones, quien se reunió en privado con el mandatario veracruzano? ¿Habrán revisado los alcances de su pacto verbal en la sucesión gubernamental de 2010 o a poco el colmilludo político sonorense sólo vino a echarse un “vuelve a la vida”?