Probablemente por desidia o por ignorancia, los alcaldes veracruzanos –una abrumadora mayoría– se limitan a administrar los fondos asignados por los programas federales y no piensan en generar recursos propios; lo peor es que tampoco existe capacidad de gestión de los ayuntamientos para inscribir a los municipios en los esquemas federales y estatales para la construcción de obra pública, como caminos y carreteras, apoyo a la producción agropecuaria, etcétera.
Hace aproximadamente un año, Vladimir Herrera González, investigador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, se refirió a dicho tema: dijo que estados y municipios dependen hasta en un 81 por ciento de los recursos federales.
Los municipios que se ubican en los estados de Tamaulipas, Tlaxcala, Chiapas, Yucatán, Hidalgo, Guerrero y Veracruz, entre otros, son los que dependen en mayor medida del financiamiento del gobierno federal.
No es un tema nuevo; hace 5 años, en noviembre de 2010, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público alertaba sobre dicho asunto; decía que a pesar de las reformas y nuevas facultades recaudatorias, los gobiernos locales dependían de las participaciones federales en un 85 por ciento.
Por otro lado, si a esa limitación agregamos la incapacidad de los alcaldes para gestionar la inscripción de sus municipios en más programas federales, el panorama resulta todavía más sombrío.
De acuerdo con el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Inafed), que depende de la Secretaría de Gobernación, los ayuntamientos pueden acceder a 66 programas de las Secretarías federales, destinados a los municipios; son 10 de Sedesol; 7 de la Secretaría de Salud; 12 de la Secretaría de Educación Pública, incluyendo a los establecidos por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y por la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte; 1 del Instituto Nacional de las Mujeres; 1 de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas; 10 de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano; 2 de la Secretaría de Turismo; 4 de la de Economía; 12 de la Sagarpa; 5 de la Secretaría del Medio Ambiente; y 2 del Fideicomiso para el Ahorro de Energía.
Sin embargo, por ignorancia o desconocimiento de los alcaldes, los ayuntamientos no presentan los proyectos y las solicitudes durante el tiempo en que permanecen abiertas las ventanillas; ello ocasiona que muchos municipios sean excluidos de los programas.
El problema se complica porque muchos ediles y funcionarios de áreas estratégicas en los municipios ni siquiera acuden a los cursos de capacitación que organizan los gobiernos de la federación y los estados y, por tanto, no conocen las fórmulas y criterios para la asignación de los programas y recursos federales, así como los mecanismos de rendición de cuentas que deben cumplirse.
En Veracruz, por ejemplo, la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas lleva a cabo reuniones regionales a las que asisten los alcaldes y actores de la vida productiva; en éstas es común la queja de los ediles porque sus municipios no son incluidos en la asignación del presupuesto para rehabilitación de carreteras o para la construcción de obra pública estatal o federal; y cuando desde la SIOP surge la pregunta sobre los proyectos que han presentado, la respuesta más frecuente es el silencio.
De esa forma, si al problema de la falta de recursos de los gobiernos federal y estatal se suma la incapacidad de gestión de los ayuntamientos, el panorama se complica aún más en los municipios. @luisromero85