En México, un país con 120 millones de habitantes y una población económicamente activa (PEA) de 52 millones, hay 1.6 millones de burócratas en el gobierno federal (3%). En EU, con una población de 318 millones y una PEA de 157 millones, hay 2.6 millones de burócratas (1.6%).

¿Se justifica –especialmente en tiempos de restricción económica– que México tenga una burocracia tan obesa?

No, pero el tamaño de la burocracia mexicana es resultado de los tiempos de un Estado protector y un sistema político de partido único.

Quienes entraban en el servicio público lo hacían con la consigna de apoyar, mediante su agrupamiento en sindicatos oficialistas, al partido de Estado, es decir, al PRI.

Esa fue una lógica que no pudo ser rota durante 12 años de gobiernos panistas.

Lejos de derruir el aparato corporativo que sostuvo al PRI en el poder durante 71 años, el PAN quiso usar la burocracia a su favor, aunque realmente nunca lo consiguió.

Hoy que se habla de ajustar el gasto público a la realidad, parecería ineludible reducir el tamaño de la burocracia. Sin embargo, nadie en el gobierno federal quiere sacudir ese avispero.

Si hemos de revisar cómo se ejerce el gasto público –con la técnica Base Cero o sin ella–, a fuerza hay que examinar si el país necesita tantos servidores públicos.

Hace años, un funcionario de Pemex me contó, atónito, cómo para arreglar su computadora llegaron tres personas. Mientras una de ellas inspeccionaba el equipo, las otras dos miraban.

Pemex es un buen ejemplo de burocracia obesa. La petrolera –hoy “empresa productiva del Estado”– tiene unos 154 mil trabajadores. En comparación, la petrolera Shell, que opera en 90 países, tiene 92 mil.

Con motivo de la Reforma Energética, el secretario del ramo, Pedro Joaquín Coldwell, afirmó que habría que hacer un recorte en Pemex, incluso entre sindicalizados. Sin embargo, ése es un tema del que hace mucho no se escucha hablar.

Reducir el tamaño de la burocracia es el elefante que ocupa casi todo el espacio del cuarto en el que se diseña el presupuesto 2016… y que nadie osa mencionar.