Para el prestigiado antropólogo y sociólogo, doctorado en la Sorbona de París e investigador emérito de la UNAM, Roger Bartra, la única posibilidad de que en 2016 la oposición pudiera romper con la hegemonía del PRI en entidades como Veracruz donde nunca se ha dado la alternancia en la gubernatura, sería mediante una alianza amplia entre el PAN y las fuerzas de la izquierda, lo que avizora improcedente por el sectarismo y actitud “suicida” de algunos líderes partidistas como Andrés Manuel López Obrador.
En su artículo periodístico titulado “Dilemas de la izquierda”, publicado en el diario capitalino Reforma este martes 30 de junio, el doctor Bartra concluye que la opción más factible “para evitar que el PRI domine el escenario político” previo a la sucesión presidencial de 2018 sería que el PRD, “después de un profundo proceso de refundación y reorganización”, alcanzara acuerdos con el PAN. El texto completo es el siguiente:
“Las elecciones de junio han cambiado radicalmente el panorama de la izquierda en México. Los partidos que suelen calificarse como de izquierda parecen ahora enfrentarse, si usamos la teoría de los juegos, al dilema del prisionero: si cooperan podrán avanzar, pero en caso contrario les espera un importante retroceso. Antes de las elecciones presidenciales de 2018 vendrán, el año que viene, las elecciones para gobernador en doce estados y serán una prueba significativa que permitirá aquilatar los estragos ocasionados por la fragmentación de la izquierda. La prueba se localizará principalmente en cuatro estados: Oaxaca, Puebla, Sinaloa y Veracruz. En el resto de lugares, o bien el PRI aparentemente no tiene rivales fuertes (Chihuahua, Durango, Hidalgo, Quintana Roo, Tamaulipas, Tlaxcala y Zacatecas) o bien la competencia será con el PAN (Aguascalientes). Hay que advertir que en Puebla se elegirá una mini-gubernatura, lo que rebaja su importancia, salvo por el hecho de que su actual gobernador suena como candidato a la Presidencia en 2018. El gobernador de Puebla será elegido para un periodo de sólo 18 meses, para que sus elecciones sean concurrentes con las presidenciales a partir de 2018.
“En Oaxaca y Puebla la izquierda formó parte de una coalición, que incluyó al PAN, para derrotar al PRI en las elecciones de 2010. Así llegaron a gobernar Gabino Cué y Rafael Moreno Valle, con el apoyo de más del 50% del voto. Pero en ambos lugares la escisión del PRD desembocó, con las pasadas elecciones intermedias, en una nueva situación: Morena obtuvo en Oaxaca el 14% y en Puebla el 9%. Si Morena no se suma a una posible coalición similar a la de 2010, el PRI podría recuperar estos dos estados. Además, podemos imaginar que en Oaxaca los maestros de la CNTE generarán conflictos y problemas, lo que complicará aún más las posibilidades de una alianza electoral que pueda impedir que el PRI vuelva al poder en ese estado. Los pseudo-radicalismos, como suele ocurrir, serán un factor que contribuirá al estancamiento político de Oaxaca.
“En Veracruz la situación también es difícil, pues allí el PRI tiene una gran fuerza; sin embargo, si la izquierda se aliase al PAN en una coalición, el PRI podría ser derrotado. Esta opción ya se presentó en 2010, pero los populistas que todavía estaban en el PRD lograron bloquearla (y lo mismo hicieron al año siguiente en el Estado de México). En las recientes elecciones Morena obtuvo en Veracruz el 12% de la votación, y lo más probable es que se niegue a una alianza con el PAN. Así, de nuevo, el sectarismo de los populistas podría contribuir a que el PRI siga gobernando en Veracruz, un estado en el que nunca ha habido alternancia. En Sinaloa podrían ocurrir sorpresas, pues allí acaso surja la candidatura (¿independiente?) de Manuel Clouthier, y los votos de la izquierda –que rondan el 10%– podrían ser importantes para derrotar de nuevo al PRI.
“A la izquierda se le presentará otra vez la opción de aliarse a la derecha democrática para derrotar al PRI, un reto sin duda arriesgado y difícil que será muy discutido. Veo muy poco probable que Morena acepte alianzas amplias, pues para esta organización casi todos los otros partidos forman parte de lo que llama la ‘mafia en el poder’. La única esperanza de Morena para avanzar radica en que logre su objetivo de aniquilar totalmente al PRD, algo que no parece probable. Así que, una vez más, estamos ante el comportamiento suicida de López Obrador, que ya le ha acarreado varias derrotas. El problema es que ello le ocasiona también daños al resto de la izquierda.
“Una posible salida para el PRD sería, después de un profundo proceso de refundación y reorganización, alcanzar acuerdos con el PAN para evitar que el PRI domine el escenario político. Si el PRD se define claramente como un partido reformista y socialdemócrata, algo posible ahora que no lo agobia el lastre de los populistas, podría consolidar un espacio político y lavar sus errores, en gran medida ocasionados por la pesada y corrupta herencia de la cultura priista. ¿Será posible un audaz viraje político que abra las puertas a la innovación? Una derrota del PRI en Veracruz sería un logro importante que abriría nuevos cauces a la transición democrática. Pero el PRI muy probablemente tendrá a su favor la actitud dura de Morena. Habrá que ver, además, si en el PAN hay una disposición para auspiciar un vuelco en la política mexicana.”
¿Qué aspirante del PRI a la gubernatura será capaz de obstruir o vencer una posible alianza entre el PAN y PRD que, según ha trascendido, pudiera encabezar Miguel Ángel Yunes Linares, quien buscaría pactar directamente con el Comité Ejecutivo Nacional del partido del sol azteca, dado que la dirigencia estatal que encabeza actualmente Rogelio Franco, ex condiscípulo universitario del ex secretario de Gobierno, Erick Lagos Hernández, habría sido cooptada por el fideliduartismo desde el sexenio anterior?