Un viaje de corazón a corazón
Bastami, uno de los más grandes sufíes de la India, se propuso efectuar una peregrinación a La Meca, en el camino se encontró con un instructor espiritual que le preguntó:
–¿Por qué has de ir a La Meca?
–Para ver a Dios
–Dame ahora mismo todo el dinero que llevas contigo para el viaje.
Bastami le entregó el dinero, el instructor se lo guardó en el bolsillo y dijo:
–Sé que habrías dado siete vueltas alrededor de la piedra sagrada, en lugar de eso, da siete vueltas a mi alrededor.
Bastami obedeció, al terminar, el instructor le dijo:
–Ya has conseguido lo que te proponías, puedes regresar a tu casa con el ánimo sereno y satisfecho pero antes debo decirte algo: Desde que La Meca fue construida, ni un solo minuto Dios ha morado allí, pero desde que el corazón del hombre fue creado, ni un solo instante Dios ha dejado de habitar en él. Ve a tu casa y medita. Viaja a tu corazón.
El Maestro dice: Busca refugio dentro de ti, ¿qué otro refugio puede haber?
Quiahui Fuentes, pianista y bailarina de odissi, viajó a la India acaso sin saber que ahí encontraría la clave para emprender el viaje hacia su propio corazón.
Empezando el año, las comunidad artística de Xalapa enfrentó un duro golpe, Aleph Castañeda, el queridísimo bajista, tras un par de meses de férrea lucha por la vida, sucumbió. Quiahui Fuentes, su compañera, estuvo con él hasta el último aliento. Hay dolores que no se pasan nunca pero se mitigan, Quiahui, más serena, se dispone a rendirle un homenaje que será, de alguna manera, un viaje desde su propio corazón y los de quienes acudamos, hasta el corazón de Aleph, donde quiera que se encuentre. Unámonos.
En el principio fue la danza
Yo nací en Tlalnehuayocan, que está a un lado de Xalapa, desde chica estuve muy metida en las artes por parte de mis papás, tengo tres hermanas y un hermano y todos íbamos clases de artes.
Mi primer acercamiento a la danza fue a los seis años, cuando tomé clases de danza odissi, mi hermana mayor estudió esta danza por seis años, después mi otra hermana y después yo.
A los siete años entré a Nandehui, ahí seguí con la danza, tomé ballet, jazz y tap y tuve mis primeras clases de música con la maestra Alma Guerola. Estuve en Nandehui como por cuatro años.
Después entré al CIMI y coincidió que la maestra Alma también fue mi maestra durante el primer semestre.
Estudié cuatro años de piano en el CIMI con la maestra Trinidad Sánchez, terminé y pasé a la Facultad de Música, ahí fue mi maestro Alejandro Corona. Hubo un periodo en que se fue de sabático por dos años y tomé clases con Esther Vivanco, yo creo que esas han sido de mis clases favoritas, ella logró que disfrutara, en serio, ir a tomar la clase, estudiar y tocar, me ayudó muchísimo.
Cuando estaba en la facultad mi mamá se fue a estudiar un doctorado a Inglaterra, me fui con ella y estuve allá un año, de 2001 a 2002, ahí seguí con la música y con mis estudios de secundaria.
En los últimos años de la facultad me metí a JazzUV, ahí estuve estudiando con Alonso Blanco, hice dos diplomados y después estuve tomando clases con él por separado. Terminé la facultad en el 2010, en el 2011 me titulé.
Como a los 11 o 12 años tuve que dejar las clases de danza porque se cruzaban los horarios con los de música. A los 17 o 18 años, cuando estaba en la prepa, empecé de nuevo con la actividad física, me metí a clases de Kung Fu porque tengo ascendencia china por parte de mi papá entonces siempre me llamó ese lado, también mi abuelita me llevaba a clases de Tai Chi. Luego estuve dos años y medio en basquetbol, iba prácticamente escondidas porque estudiaba piano. En mi vida siempre estuvieron la música, la danza y el movimiento.
Nâtya-shâstra
En el 2008 la maestra Djahel Vinaver dio un curso de verano de odissi, ahí coincidí con Pupa Luna y otras bailarinas y después de ese curso se hizo un grupito y nos volvimos las alumnas de Djahel, íbamos dos o tres veces por semana. Estudié con ella por tres años y en el 2011, después de haberme titulado, ya con mi papel de licenciada dije es hora de irme a la India, conseguí dos becas, la del FONCA para Residencias Artísticas y otra del Gobierno de Veracruz.
Me fui a estudiar por 10 meses a Bhubaneshwar, capital del estado de Orissa, a la escuela que solicité donde estaba la maestra que yo adoraba, Sujata Mohapatra, mi más grande ídolo pero yo fui sin saber que ella estaba ahí porque cuando escribí no tenía respuesta de ella sino de su esposo, el maestro Ratikant Mohapatra, pero yo también era muy fanática de su trabajo entonces dije yo voy a lo que voy, a estudiar y no importa con quién sea y si él ya me respondió interesado en enseñarme, entonces voy. Estando allá resultó que unas semanas después ella, que estaba de viaje, regresó a la escuela, se me iluminó todo y se fueron dando las cosas de tal manera que al final de mi estancia ella ya me consideraba su alumna, fue muy bonito, fue un sueño hecho realidad sin que yo lo buscara.
Yo quería quedarme un año pero las aerolíneas ahora sólo te dejan tener un boleto abierto por 10 meses, además se me acababan las becas entonces regresé a buscar otras, mi plan era estar aquí sólo tres meses, se alargó a seis meses y después me fui otros seis meses.
La India abrió muchísimas ventanas y me iluminó de todas las maneras, ahora puedo decir que disfruto bailar muchísimo más que antes porque no tenía tan claro todo y no tenía tan interiorizada la danza, ahora puedo decir que cada vez que bailo es un momento placentero aunque termine con respiraciones agitadas, lo que importa es lo que llena la danza en mí.
La danza Odissi
Odissi es una de las ocho danzas clásicas de la India, es la que tiene los vestigios más antiguos, datan del año II a.C. Viene del este de India, cerca del Golfo de Bengala, en Orissa y en Bengala es donde predomina esta danza. Empezó a ser bailada en cortes para los reyes, luego se pasó a los templos, se volvió una danza sagrada, la bailarina bailaba a puerta cerrada para los dioses. Tuvo un gran desarrollo, por muchos años, dentro del templo y poco a poco se fue sacando a raíz de la independencia hindú.
Cuando los ingleses colonizaron India prohibieron todo tipo de danza porque no la entendían, les parecían actos vulgares y de prostitución. Prohibieron todo eso y varias de las danzas tradicionales estuvieron a punto de desaparecer hasta que, en los años 40, algunos maestros empezaron a interesarse en rescatarlas. Kelucharan Mohapatra, el papá de mi maestro, fue de las personas más importantes en el odissi porque hizo toda una investigación, junto con otros maestros, para volver a esta dabza a la vida, fue un trabajo de varios años porque necesitaban ir codificando todo para que el odissi tuviera la aceptación como danza clásica de la India, tuvieron que limpiarla de movimientos de danzas folclóricas y basarse más en el Nâtya-shâstra que es el tratado de las artes, fue un trabajo muy duro.
El odissi fue la quinta danza en considerarse como danza clásica de la India, el primero me parece que fue el Bharata Natyam.
El odissi es una danza sagrada, la mayor parte está dedicada a deidades hindús, siempre se busca el vínculo entre en este mundo y lo divino pero también se cuentan historias de la mitología hindú como el Guitá-govinda o el Mahabhárata.
La primera danza en un repertorio de odissi siempre es de invocación a algún dios. La segunda, un batu que muestra elementos de la danza. La terecera es un pallavi, danza pura. La cuarta una abhínaya, danza de expresión, y la última se llama moksha, que significa liberación, cuando la bailarina se entrega completamente a dios.
La música
Tradicionalmente se presenta con músicos en vivo, la formación ha ido cambiando con los años, originalmente se usaba la vina, que es un instrumento de cuerda, el mardala, que es un tambor de dos caras (es el antecesor de la tabla), el violín, la bansuri, que es una flauta de madera, y ahora ya se usan más instrumentos como la cítara, el harmonium, que es un instrumento de teclas como el acordeón pero es una caja, los címbalos, que son unos platillos metálicos; normalmente el que toca el tambor está cantando unas sílabas que son las que van en conjunto con las pisadas de la bailarina y hay un cantante que lleva la melodía. Lo bonito de las artes hindús es que no las separan sino que todo es uno solo, la danza, la música, el alma, todo va junto.
Quikapu
Pupa Luna, Karina Gutiérrez y yo estudiamos con Djahel [Vinaver], Pupa y yo estuvimos juntas desde el comienzo, Karina se nos unió un año después, en 2009. Cuando yo me fui ellas tenían diferentes proyectos y le fueron bajando a las clases y cuando regresé la segunda vez, en el 2013, dijimos que queríamos bailar juntas, que nos gustaría compartir lo que sabíamos y presentarlo porque eran muchos años de dedicación para dejarlo así nada más entonces formamos el grupo Quikapú y desde entonces hemos estado bailando juntas.
También doy clases en Scarabée Danza, un estudio que está en la calle Zamora, en el tramo entre el correo y Xalapeños Ilustres, casi esquina con el Callejón Jesús te Ampare, ahí doy clases los sábados, de 12:00 a 2:00, en Facebook pueden encontrar los datos.
Moksha, un homenaje a Aleph
Vamos a presentar un homenaje a Aleph, que fue mi pareja, se van a bailar dos estilos, odissi y bharata natyam.
Mi hermana Yamani Fuentes toca la flauta, estudió aquí, en la Facultad de Música, luego se fue a Inglaterra a hacer una maestría y ahora toca en la Filarmónica de Querétaro pero bailó odissi de niña durante varios años y la invité.
También invité a un amigo, Ernesto de la Teja, él es el que baila bharata natyam que es un estilo del sur de India. Él regresó hace un año, la última vez que lo vimos Aleph y yo fue cuando Aleph me visitó en la India y fuimos a verlo a Chennai.
Va a ser una función completamente dedicada a Aleph, lo que buscamos es que todas las personas que participan tengan algo que ver con él, ya sea que trabajaron juntos o fueron amigos.
Cuando pensé en hacerle un homenaje, lo primero que se me vino a la mente fue la palabra moksha porque es el momento en que el alma se libera del cuerpo para ir a un nivel superior . Para esta función, elegimos danzas que tienen relación con él. Va a ser un momento muy especial porque todos vamos a estar pensando en Aleph.
La función va a ser el miércoles 1 julio, a las 8:30 de la noche, en la Sala Chica del Teatro del Estado y va a ser entrada libre, así que recomendamos llegar temprano
Vamos a llevar esta función al DF para darle la oportunidad a los amigos y familiares de Aleph que están allá. La vamos a presentar el domingo 12 julio, a la una de la tarde, en el Centro Cultural de la Diversidad, va a tener un costo de 100 pesos para pagar traslados y gastos.
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