Emilio Chuayffet es uno de los políticos con mayor ascendencia en el gabinete presidencial. Su cercanía y amistad personal con Enrique Peña Nieto es innegable y pública. Junto con Arturo Montiel y Alfredo del Mazo padre integra un tridente de alta influencia en el actual gobierno. Sin embargo, hoy por hoy, Chuayffet está arrinconado.
La CNTE, Oaxaca y Michoacán son la pesadilla de Chuayffet.
“El secretario de Educación Pública se equivocó: no llovió, ni tronó, y no hubo evaluación… ni la habrá”, se jactó Efraín Picasso Pérez, representante del sector Valles Centrales del magisterio en Oaxaca. La CNTE burlándose de don Emilio. Se le perdió el respeto.
Para la CNTE —y para gran parte del país— la figura de Chuayffet se ha empequeñecido, palidecido ante la embestida de la Coordinadora, a pesar del apoyo de Gobernación para atenuar los golpes a la SEP.
“Ya son muchas ocasiones en que nos ha dicho la autoridad que no hay condiciones para aplicar la evaluación, como no las hubo para el censo; no hubo condiciones para la evaluación de los alumnos y ahora, de nueva cuenta, no hay condiciones para los concursos. ¿Más adelante, qué va a pasar?”, cuestiona Claudio X González, presidente de Mexicanos Primero.
El mensaje es para Chuayffet, vapuleado por todos los frentes y abucheado frente al presidente Enrique Peña.
El fracaso del gobierno federal en ambos estados para aplicar la evaluación a maestros ha sido un mazazo en la nuca de Chuayffet quien, no obstante su cercanía con el Presidente, se ha convertido en una pieza más que sacrificable para los inevitables y tan cacareados cambios en el gabinete peñista.
¿Quién se perfila para relevar a Chuayffet en la SEP?
La carta más viable sería el actual rector de la UNAM, José Narro. Un peñista por otro peñista.