Trepate a esta ternura, de loca, que hay en mí…
Desde que llegué aquí a Xalapa empecé a trabajar en educación especial y ese ha sido un trabajo que adoro, que valoro y atesoro. Trabajar con niños que presentan problemas de lento aprendizaje, discapacidades, y también aptitudes sobresalientes, para mí ha sido un tesoro muy grande y un crecimiento invaluable en mi vida; ver que mis problemas no son nada con relación a los problemas que enfrentan los padres de familia de niños que presentan este tipo de barreras para acceder al aprendizaje y a la participación social me hizo ser muy humilde y reafirmarme los valores que adquirí en la Normal de Tuxtepec, Oaxaca.
Esta etapa de mi vida es muy importante para mí, actualmente soy Asesor Técnico Pedagógico de Educación Especial y recorro Centros de Atención Múltiple en Naolinco, en Alto Lucero, en Ixhuacán, recorro muchas zonas alrededor de Coatepec, por Xico, en fin, lugares en donde realmente te hacen ubicarte en lo pequeño que eres al ver todos estos niños y cómo viven los papás, cómo echan mano de lo que sea para poder sacar adelante a sus hijos.
Yo me siento muy honrada de poder formar parte de la educación de estos niños y de sus familias porque, finalmente, pasas a impactar a la familia.
De lo otro que me siento honrada es de formar parte de un grupo de maestros y maestras comprometidos que salen a las cinco, seis de la mañana de sus casas de aquí de Xalapa para llegar hasta Ixhuacán, hasta Naolinco, hasta Alto Lucero enfrentándose a un sinfín de situaciones que van desde la inseguridad que sabemos que padece nuestra región, hasta una maestra embarazada que va saltando en el camión de segunda y el chamaco va bien aferrado pero no le queda de otra a la maestra porque su plaza está allá y de ahí come, para esos maestros mi reconocimiento, mi respeto, mi admiración.
Primeramente Dios en dos años me jubilo del magisterio, con tristeza porque quisiera seguir pero también tengo que hacer otras cosas. ¿Por qué en dos años?, porque cumplo 40 años de servicio en la educación y quiero tener mi segunda medalla como maestra (la primera me la dieron cuando cumplí 30 años de servicio), la medalla Ignacio Altamirano que le dan a los maestros que cumplen 40 años y le debo tanto a la educación, a mi trabajo como maestra que yo quiero tener ese recuerdo y legárselo a mi hija que ahora es maestra.
Uno busca lleno de esperanzas…
Una vez estábamos grabando en un restaurante que se llamaba 1-2-3 y el dueño nos ofreció una comida, cuando estábamos ahí comentó:
-Desde hace tiempo quiero poner un espectáculo de tango aquí en el restaurante pero no encuentro quién lo ponga
-Yo
-¿Tú cantas tango?
-No, pero lo puedo cantar
-Pues móntalo y vemos
Me puse escuchar tango, me puse aprender a bailar tango, me dieron todas las facilidades en el restaurante entonces hice audiciones de bailarines de tango porque mi idea del espectáculo era: yo canto tres o cuatro tangos, bailan, me cambio y vuelvo a salir por aquella idea de cuando era niña que bailaba, pasaba otro bailable y yo salía a actuar.
Así lo monté, me encontré un maestro de baile de tango y el dueño del 1-2-3 me recomendó con unos músicos que eventualmente iban a tocar ahí, eran el maestro Mauricio Mazurik, Richard Ziwi, polacos los dos, y otros maestros, todos de la sinfónica.
Cuando elegí los tangos que se iban a cantar y a bailar el maestro Ziwi hizo las transcripciones y las acomodó a mi tono. Eran tres violines, piano, contrabajo y acordeón.
El día 3 de mayo del 93 o el 94, hizo su debut el espectáculo La noche es tango y una vez en el escenario, como siempre me ha ocurrido, se me quitaron todos los miedos y canté y bailé. Fue un éxito, todas las noches que se presentó eran llenos, la gente lo disfrutaba mucho.
Aunque no quieras tú / ni quiera yo / lo quiere Dios…
En el 2001 ya se había terminado el programa de TV Más y llega el Festival Agustín Lara, dentro del festival estaba el Concurso Internacional de la Canción Romántica Larista, era un concurso tipo OTI. No sé cuántas canciones concursaron, se eligieron 10 y Memo me recomendó a la producción para que estuviera dentro de las audiciones para seleccionar a los 10 intérpretes de las canciones finalistas.
La audición en la casa de ensayos del Orquesta Universitaria de Música Popular dirigida entonces por Rodolfo «Popo» Sánchez
Canté un tango, Nostalgias, me acompañó el maestro Leo Corona, me eligieron dentro de los 10 intérpretes y así se cumplió mi primer sueño como cantante, el ser acompañada por una gran orquesta, la Orquesta de Música Popular de la Universidad Veracruzana dirigida por Popo Sánchez y se cumplió mi segundo sueño, el ser dirigida por él porque yo lo veía en la tele cuando hacía la OTI y cuando hacía Para gente grande.
Ya no podía estar más feliz, Rodolfo me dijo que me admiraba como cantante:
-Maestro, es que yo no soy cantante
-¿Cómo que no es cantante?, claro que es cantante, es usted más cantante que muchas personas que conozco
-No, yo no soy cantante, yo soy maestra
-¿Entonces qué está usted haciendo aquí?
-Pues cantando (risas)
Se dio el concurso y, gracias a Dios, la canción que yo interpreté salió ganadora, el autor es Miguel Ángel Delgado Calderón (el mismo que acompañó cuando fui a la audición de TV Más) y Memo me dijo:
-Caray hija, te nombraron, por unanimidad, la mejor intérprete, qué orgulloso me siento de ti
-Usted es parte de eso, por mucho puedo decirle que usted me enseñó a cantar, a sentir, a expresar
La canción que ocupó el segundo lugar la interpretó Messe y la canción que ocupó el tercer lugar la interpretó una cantante que quiero mucho, ahí la conocí, mi hermana Gloria del Carmen
Con quien yo canté / ni en sueños lo podría imaginar…
Después de eso seguí con mi trabajo de maestra, no cantaba más que eventualmente tango en el 1-2-3 y empecé a apoyar a Rodolfo en sus contratos, en relaciones públicas, nunca me asumí como su representante pero prácticamente eso era (y soy) porque yo movía todo y me encantaba.
Cuando se inauguró el Museo del Transporte vino Armando Manzanero con Ana Cirré. Armando y Rodolfo son amigos desde hace muchos años, unas semanas antes fuimos Autores y Compositores a las oficinas del maestro Manzanero para ir haciendo lo necesario para llevar a cabo el concierto, Rodolfo todavía era director de la orquesta y tenía que hacer algunas adaptaciones y arreglos. Me presentó con el maestro y él me preguntó:
-¿También es cantante?
Y, al unísono, Rodolfo dijo si y yo dije no (risas)
-¿Cómo?, a ver, ¿quién tiene la razón?
Y otra vez al unísono, -Yo
-Mira, dijo Rodolfo, sí es cantante y también es maestra, canta muy bien pero prefiere no llamarse cantante pero ha hecho esto y esto y esto
Pasó, empezamos a trabajar, le hizo una entrevista (algunas veces he escrito para el Diario de Xalapa con el seudónimo de Carmen Absalón, el nombre de mi madre) y terminando la entrevista me dice:
-Me gustaría que cantaras conmigo ahora que voy a presentarme en el Museo del Transporte
-Gracias, me siento muy honrada
Y le digo a Rodolfo qué va a ser, lo dijo por amabilidad total que pasó, vinieron, yo hice la conducción del evento y estaba viendo las cosas de la conducción y la organización y dicen que Armando preguntó:
-¿Y dónde está de Teresita?
-Está ocupada porque ella va a conducir y anda viendo esas cosas
-Ella va a cantar conmigo, háblenle, quiero que venga a ensayar
En la orquesta se pusieron de pelos porque cómo, habiendo tantas cantantes en la orquesta iba a cantar Tere Aranda que, sí, ganó el Premio Larista pero ella es maestra, no cantante.
Total que no me encontraron y no ensayamos nada y a la hora del evento el calzón se me en desenrolló y se me enrrolló porque me anunciaron y canté Como yo te amé con el maestro Armando Manzanero temblándome hasta la más mínima célula de mi cuerpo. No quedé satisfecha de esa interpretación porque me aventaron al chingadazo pero me siento contenta porque, a pesar de no ser cantante, canté con Armando.
Decí, por Dios, qué me has dao…
Gracias a mi relación con Rodolfo grabé mi disco, gracias a él me animé a presentarlo en el Teatro del Estado, lo he presentado tres veces ahí con lleno total.
Para la presentación en el teatro me traje a un bandoneonista argentino, después se regresó a Argentina y empezó a trabajar conmigo Gabriel Fernández, el bandoneonista que en este momento es el más cotizado del país, acompaña Manzanero, Eugenia León, a todos los que quieran cantar tango, pero primero me acompañó a mí, él grabó en mi disco.
Me he presentado en otros lugares del estado y del país con La noche es tango, a la par he hecho este trabajo de representación y organización de todo lo que tiene que ver con la carrera de Rodolfo.
Le he producido dos discos, uno fue una recopilación de dos discos que grabó anteriormente y el otro, En magnífico estado, es un disco del que me siento muy orgullosa porque después de no saber nada de jazz y decir ¿qué es eso?, reuní a muchos de los más grandes y mejores jazzistas de México y lo presenté en el Lunario del Auditorio Nacional.
También gracias a Rodolfo fui Coordinadora de Artistas del homenaje que le hicieron al maestro Chucho Ferrer.
Recuerdo que estaba yo en las piernas del Teatro del Ciudad pendiente del artista que estaba ensayando, que era Ariana, había una presencia a mi derecha y en eso escucho que me dice:
-Aquí estaba yo en aquellos años y no podía salir hasta que mi mujer me aventó y salí a cantar Un tipo como yo
Era Sergio Esquivel. También estaban María Medina, Imelda Miller, Lila Deneken, Mario Pintor, Yoshio, a todos ellos coordiné y se me cumplió un que no tenía contemplado.
Lo de jazz es lo de menos
Alguna vez alguien me preguntó por qué yo no soy cantante de jazz porque, en primer lugar, tengo a un lado a uno de los iconos de jazz en México y porque el jazz es ¡guau! Yo he cantado cosas que cantaban Manuela Torres, Yuri, José José y no me avergüenzo.
Te agradezco que me hayas invitado a esta entrevista porque tus entrevistas son a gente importante en el jazz o gente que su vida la desarrolla en ambientes de jazz y yo no, no porque no me guste, por Rodolfo he conocido lo que tú quieras de jazz y tuve la oportunidad de cantar con el maestro Enrique Nery (que Dios lo tenga su Santa Gloria), con el maestro Irving Lara, con Víctor Patrón y me siento muy contenta pero no canto jazz, inclusive he sentido en algunas ocasiones, en ciertos ambientes jazzísticos (de aquí, no de México), algo de rechazo porque no soy cantante de jazz, yo no pertenezco al mundo de la música en Xalapa, lo que he hecho lo he hecho sola, con mi esfuerzo, con mi trabajo, yo solita me aviento, pago teatro, pago publicidad, pago todo y gracias a Dios me ha ido muy bien y me siento muy contenta.
Ya aprendí, con un poco de dificultad (te lo confieso), a decir que soy cantante, de niña me dijeron que nunca iba a ser cantante y aquí estoy; el escenario es mi mundo, cuando estoy ahí empieza a crecer una llama interior, me fundo con la música y ya no sé que soy.
PRIMERA PARTE: Letras de pólvora y piedra
SEGUNDA PARTE: Nace una estrella