Cero bolita

Nací en un pueblo bien pequeñito que se llama Hueyapan de Ocampo, está en la zona de los Tuxtlas, un pueblo muy mágico que más que pueblo es un ranchito.
Desde muy chiquita escuché cantar a mi mamá, a mis tíos (sus hermanos), a mi abuela no la escuché pero dicen que tocaba la mandolina, mi abuelo tocaba la guitarra, en mi familia todos tenían otro tipo de actividades pero eran muy musicales.
Siempre escuché música y la música me transportaba, desde muy pequeñita. En casa de mi abuela materna escuchaba a Serrat y Javier Solís que me impresionaba, me maravillaba tanto que recuerdo una anécdota de esa época: yo estaba empecinada en cantar una canción que se llama Cuatro cirios, cuya letra dice:

Javier Solís
Javier Solís

Cuatro cirios encendidos
hacen guardia a un ataúd,
en él se encuentra tendido
el cadáver mi amor

Yo aún no entendía la metáfora, yo sí pensaba que lo que decía este hombre que la mujer estaba ahí tendida y lo encontraba muy profundo, a mi corta edad decía la mujer ahí tendida y él amándola.
A los tres años estaba ávida de aprender y mi mamá me empezó a enseñar a leer y escribir. En la escuela, antes de primer año, estaba el cero bolita (así le llamaban) yo siempre bailaba y cantaba y un día la maestra Ana, que era la que me daba clases en cero bolita visitó a mi mamá (creían que la niña ya estaba dormida en el cuarto de allá atrás pero la niña no estaba dormida) y le dijo:
-Carmen (así se llama mi mamá), Tere me tiene muy preocupada, insiste en cantar y lo que quiere cantar es una canción de Javier Solís que habla de un ataúd donde está el cuerpo tendido y no se qué, yo quiero que tú me ayudes porque, mira, Tere tiene muchas aptitudes para la danza, puede ser una gran bailarina pero cantante, jamás.
Yo me quedé perpleja escuchando eso y un tiempito seguí insistiendo en cantar, mi mamá lo platicó con sus hermanas y una de ellas me dijo:
-¿Quieres cantar?, apréndete esta canción

Tere Aranda de niña
Tere Aranda de niña

Y me enseñaron El toro y la luna pero nunca llegué a cantar en la escuela, un poco influenciada por esa frase tan contundente que escuchó una niña de cinco años, me olvidé de cantar hasta que entré a la secundaria, eso sí, en la primaria bailé mucho.
Mi padre es maestro y lo mandaron a trabajar a un pueblo que se llama El café, yo creo que mis papás pensaron que el rancho me iba a perjudicar y me llevaron a vivir con mi abuela paterna a Villa Azueta (ahora es José Azueta), ahí fui una niña muy solitaria porque éramos mi abuela, mi tía, que era grande, una nieta de mi abuelo, también grande, y yo que tenía siete años.
era la única chiquilla ahí, tendría yo entonces siete años y tenía fantasías, mucha, mucha fantasía.
En el pueblo había un cine que estaba cerca de la casa de mi abuela y los fines de semana empezaban a anunciar las películas que iban a pasar con esas bocinas tipo campana, yo tenía muchas fantasías y, cuando escuchaba la música que ponían, me imaginaba cantando.
Ahí seguí escuchando a Serrat, ponían mucho La mujer que yo quiero y yo me imaginaba que era esa mujer.
También ponían a un grupo colombiano que se llamaba Los Corraleros del Majagual, cantaban cumbia (La piragua, El pescador). Fíjate qué mezcolanza hacían los que ponían la música, ponían Close To You, de Los Carpenters y a todos los cantantes de los 60 habidos y por haber; Angélica María, Alberto Vázquez, César Costa, Enrique Guzmán, todos ellos.

Manolo Muñoz
Manolo Muñoz

En el pueblo hacían carnavales, ponían stands y llevaban artistas, una vez fue Irma Serrano, cuando yo la escuchaba cantar Las rejas no matan, sentía que era yo la que estaba cantando. En otro de esos carnavales mi abuela me llevó a dar la vuelta y en un stand estaba Manolo Muñoz, yo tendría como nueve años y no sé de dónde saqué valor y le dije a mi abuela:

-Quiero cantar
-¿Y qué vas a cantar?
-Pues lo que está cantando ese señor (yo cantaba para dentro y me sabía todas las canciones)
Pero no me permitieron cantar.
Mi abuela promovió en mí el amor por la poesía, leída y declamada, entonces yo declamaba , actuaba y bailaba pero no cantaba.
Era la artista de la escuela primaria, pasaba un bailable en el que yo salía, ponían otro para que me cambiara y después yo declamaba y ponían otro para que me cambiara porque venía una dramatización en la que yo salía.

Dime tú, puente de piedra / dónde se ha ido, dónde se ha ido…

Barbara Streisand
Barbara Streisand

En la secundaria empecé a cantar abajo de un puente que había antes de llegar a la escuela, cantaba con mis compañeras y me decían:
-Parece que estás viviendo lo que estás cantando, ¿cómo es posible si tienes 12 años? (porque entré a la secundaria a los 10 años), eres una chamaca, cómo cantas eso con tanta pasión, con tanta emoción
Yo siempre vivía lo que cantaba y mientras más dramática era la canción, mejor, más la vivía.
Yo me moría por ver los programas musicales en la televisión, el Siempre en Domingo para mí era la catedral, vivía en un pueblo, no era como estar en Xalapa donde había la posibilidad de ver otras expresiones musicales y culturales.
Un día la televisión captó no sé qué canal y escuché a Barbara Streisand, me abrió a otro tipo de música y empecé a querer saber de ella pero se quedó en un impasse porque en el pueblo ¿dónde?, ¿cómo?.

Campana de palo

Campana de palo
Soy la maestra argentina,
segunda madre y obrera.
Mis niños andan descalzos,
mi escuela es una tapera.
Soy la que siembra destinos
del mar a la Cordillera,
donde no llega la tiza
y el libro es una quimera.
Campana de palo
repica en la soledad.
Letras de pólvora y piedra
el tiempo amontonará.
Pobrecita patria en flor,
hasta aquí llegó mi amor.
Soy la maestra argentina,
la que está sola y espera.
Vivo zurciendo penurias
y consolando miserias.
Soy la que enseña a sus hijos
a venerar la bandera
de este país generoso
del corazón para afuera.
(María Elena Walsh)

Cuando iba salir de la secundaria tenía muy claro lo que quería ser y hacer, yo quería ser artista, quería dedicarme a todo lo que tiene que ver con el arte; cantar, bailar, actuar, declamar pero mi papá no me dejó, yo tenía 13 años:
-¿A dónde quieres ir a estudiar?
-A México
-No, cómo te voy a dejar ir a México
Mi papá me dijo que no porque tenía la idea de que las artistas eran putas:
-Tú vas a ser maestra
Yo ya sabía que aquí había una Normal y había escuchado por ahí con algunas personas que Xalapa era un centro cultural, un lugar donde se movía la música, el teatro, el arte y yo le dije a mi papá:
-Quiero irme a Xalapa
-No, a Xalapa no porque está muy lejos, te vas a Tuxtepec, ahí se abrió el año pasado un Centro Regional de Educación Normal

Tere Aranda
Tere Aranda

Y, mira, de nada, algo y me fui a Tuxtepec y ahí fui muy feliz, esa normal fue maravillosa, tuve maestros extraordinarios que me hicieron amar el magisterio, sobre todo una maestra que aún recuerdo el olor de su perfume, sus uñas pintadas, el sonido de sus suecos (estamos hablando del 73), su forma de hablar y de moverse, su ropa, todo lo tengo muy claro en mi mente, ella me hizo interesarme en la psicología y ahí empecé a amar la enseñanza y, para mi fortuna y buena suerte, también llevábamos danza, canto y actuación porque el maestro tenía que ser un todo.
Fui muy feliz, actué en el club de teatro, canté en la rondalla, declamé (fui campeona de declamación, nadie me ganaba), formé parte del ballet folklórico (era como la primera bailarina, yo era la que hacia los solos), aprendí a medio tocar la guitarra, fui líder estudiantil y empecé a cantar acompañándome yo sola o acompañada por unos compañeros que tocaban la guitarra mucho mejor que yo.
7 Sierra de OaxacaEn esa época canté muchas canciones de protesta: lo que cantaba Óscar Chávez, Amparo Ochoa, Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, José de Molina. También declamaba poesías de protesta, estaba muy comprometida con el movimiento.
Promovidos por la Normal, un grupo de normalistas viajábamos la sierra para que conociéramos esos lugares a los que íbamos a ir, nos llevaban a las comunidades rurales donde no había nada, dormíamos en las escuelas y nos bañábamos en el río, estuviera el agua como estuviera, y nos mandaban a comer a las casas de los niños que estudiaban ahí, no he comido, por ejemplo, unos frijoles más ricos y una salsa más rica que los que comí en una casa de una de esas comunidades, sentada en una piedra en el piso y la señora cocinando en una fogatita en el piso, me dieron de comer en una lata, te lo juro, porque vivían en una pobreza extrema, y éntrarle porque ahí es a donde vas a llegar.

Foto: Cuartoscuro
Foto: Cuartoscuro

Así me forjé como maestra y me siento muy contenta y muy orgullosa de eso, amo la educación y amo mi pasado como maestra en esas comunidades.
Les llevábamos campañas de higiene y les enseñábamos cómo hacer una comida mejor aprovechando los recursos que hay en la comunidad y ya la noche, después de hacer todo eso, les cantábamos, les actuábamos y les bailábamos.
El movimiento del 68 (yo tenía ocho años para ese entonces) estaba fresco todavía entre los estudiantes y en Oaxaca la situación social no era tan plácida, había muchísimos problemas en las comunidades y nosotros nos alimentábamos de todo eso y llevábamos ese mensaje social a las comunidades, declamábamos cosas de protesta, hacíamos dramatizaciones de las cuestiones sociales que estaban pasando en ese entonces, le decíamos el patrón te oprime, abusa de ti y tú tienes que sacar la casta y organizarte, entre todos podemos; era una época en la que creíamos que podíamos cambiar el mundo.
10 Tere ArandaLuchamos mucho, el último año en el que yo participé en una huelga mi papá me sacó de las greñas porque no quería que su hija estuviera ahí. Desaparecieron muchos compañeros (se le enrojecen los ojos, lucha por contener el llanto, se detiene un momento y, como puede, continúa con la voz entrecortada), yo no sé qué hubiera pasado si hubiera seguido pero aquí estoy, me duele, me duele esa época en la que no supimos a dónde quedaron muchos pero me siento contenta de haber vivido todo eso porque me formé de una manera tan fuerte, con tanta convicción que lo que fui siendo con el paso de los años…tengo mis errores, tengo mis cosas no buenas pero en mí siempre han estado como baluarte la honradez, la congruencia, la honestidad y todo eso lo aprendí en esos años, finalmente mi papá le atinó porque fui muy feliz, creo que ha sido la época más feliz de mi vida.

El año pasado tuvimos una reunión de compañeros de la Normal, yo pensaba chingao, qué mujerón soy formada en esos años y de esa manera y resulta que la mayoría de mis compañeros así son y eso me hace sentir más feliz y más orgullosa de saber que en muchos de los rincones de nuestro estado y de nuestro país hubo personas como yo que fueron a dejar cosas buenas a las escuelas. Fui maestra de escuela primaria, de secundaria y ahí vertí todo lo que mamé de esa gente.
En esa reunión me encontré con mi símbolo, con mi imagen de buena maestra, con mi mentora, con la maestra Irma Valencia, la que te digo que recuerdo todas esas cosas de ella.

(CONTINUARÁ)

SEGUNDA PARTE: Nace una estrella

TERCERA PARTE: Uno busca lleno de esperanzas…

 

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