Este martes 26 se observó en Xalapa una singular “parvada” que anduvo recorriendo diversas secretarías de despacho del gobierno del estado. Al menos se les vio cruzar por el rumbo del cerro del Macuiltépetl, ahí donde se ubica la Secretaría de Salud a cargo del doctor Fernando Benítez Obeso, y luego por el sur de la ciudad, muy cerca de donde se levanta la imponente araucaria del escultor Sebastián, en la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP), ahora encabezada por Tomás Ruiz González.
Pero no eran golondrinas, palomas ni tordos, que vaya que abundan en Xalapa. Eran otro tipo de “aves”: los presidentes municipales adheridos al partido Alternativa Veracruzana (AVE), los cuales eran comandados por su dirigente estatal, Alfredo Tress Jiménez, ex diputado local y ex líder de Convergencia, hoy Movimiento Ciudadano, en Veracruz .
Sorprende tanto apapacho y “shampoo de cariño” del gobierno estatal a los “avechuchos”, ya que a mediados de febrero pasado los ediles y dirigentes de Alternativa Veracruzana fueron “plantados” por Ranulfo Márquez Hernández, secretario de Desarrollo Social, por cuyo desaire se fueron a manifestar después al edificio de la Secretaría de Finanzas y Planeación para reclamar a Mauricio Audirac Murillo, que todavía despachaba en la Sefiplan, el pago de las participaciones federales correspondientes al FISM, ya que a municipios como Banderilla le adeudaban por ese entonces 8 millones de pesos.
Ahora, a escasos 11 días de la elección del 7 de junio próximo, el trato a líderes y alcaldes de AVE es radicalmente otro. Y no es para menos, ya que tan solo en 4 de los 21 distritos electorales federales de Veracruz pueden ser el fiel de la balanza para inclinar esta elección de diputados a favor de la alianza PRI-PVEM.
Cierto es que AVE es un partido político con registro local y que por lo tanto no puede postular candidatos ni hacer alianzas formales en comicios federales, pero de facto sí puede participar y hacerlo ya que tiene una bien aceitada estructura electoral que operan directamente sus 16 alcaldes en el estado, los cuales gobiernan municipios estratégicos como los de Acayucan, Catemaco, Misantla, Naolinco, Banderilla, Juchique de Ferrer, entre otros, los cuales pueden asegurarles la elección federal de junio entrante a los candidatos priistas Jorge Carvallo, Erick Lagos Hernández, Adolfo Mota y Edgar Spinoso Carrera, quienes hasta ahora, de acuerdo con la mayoría de las encuestas, mantienen una apretada ventaja en las preferencias electorales sobre los abanderados del PAN en San Andrés Tuxtla, Acayucan y Martínez de la Torre, mientras que en el distrito de Xalapa rural el ex secretario de Educación de Veracruz es seguido muy de cerca por el ex dirigente estatal de la CNC, Constantino Aguilar, quien tras renunciar al PRI fue postulado por el PRD y PT.
En algunos distritos, los del AVE van a sumar sus estructuras municipales a las del partido tricolor y en otros van a operar directamente a través del PVEM.
El capital electoral de Alternativa Veracruzana no es despreciable en una elección tan apretada como la que se avecina, en la que se diagnostica un alto abstencionismo. En los comicios locales de 2013, en su debut como partido estatal, obtuvieron 206 mil 991 votos, más del triple de la votación mínima que requerían para su registro legal.
Ahora, su alianza de facto con la dupla PRI-PVEM puede ser determinante en esta elección federal, pues según estudios de académicos como Francisco Montfort Guillén, doctor en Sociología, miembro del IIESES de la Universidad Veracruzana y ex presidente de la extinta Comisión Estatal Electoral, en todas las elecciones federales intermedias, de 1997 a la fecha, el PRI ha ganado en Veracruz con una diferencia de entre 1 y 2 puntos porcentuales, mismo margen que actualmente registran las más recientes encuestas.
Entrevistado en el programa de televisión “Polaca a la veracruzana”, que se transmite todos los martes a las 21:00 horas a través de una docena de portales de internet de Xalapa y otras regiones del estado, el académico de la UV dijo que si las predicciones de las encuestas son ciertas, el PRI recuperaría la mayoría que perdió desde 1997, cuando la oposición le arrebató por primera vez el control de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
Monfort Guillén expuso que sería “algo insólito” que un gobierno federal “que va arrastrando la cobija, sea premiado por la sociedad con ese triunfo”. Y afirmó que de acuerdo con este escenario, “estamos bajo uno de los fenómenos más contradictorios que haya ocurrido en un país”. Y planteó: “Aquí hay que preguntarnos si dejamos que el Presidente tenga una mayoría efectiva con su partido, junto con el Verde Ecologista de México para hacer lo que quiere, o hacemos que tenga que negociar con los otros partidos, así se diga que son comprados”.
Pero, obviamente, el del PRI no sería un triunfo fortuito ni providencial, pues a nivel nacional se está apuntalando con un “partido muleta” como el PVEM –cuyo registro está en riesgo por su sistemática violación a la ley–, mientras que en estados como Veracruz el gobierno priista ha echado mano de otras prótesis electorales como la que representa AVE.
Ya se verá dentro de doce días si la estrategia les funcionó y qué recompensa o “premio” recibirán los autores intelectuales y ejecutores materiales de esta proeza electoral.