El discurso oficial de combate a la inseguridad y a la impunidad contrasta con la realidad de un estado que enfrenta una profunda crisis en esa materia. Los datos que ofrece el Sistema Nacional de Seguridad Pública nos dicen que han disminuido las tasas de asesinato y secuestro; en el primer caso, de manera casi insignificante; y en el segundo, prácticamente a la mitad.
De enero a marzo del presente año hay 234 homicidios y 22 secuestros en territorio estatal. Contando todos los ilícitos del fuero común se habla de más de 11 mil en el primer trimestre. A estas alturas del año pasado se manejaban 229 asesinatos, 41 secuestros y poco más de 10 mil 700 delitos, sin contar con los que corresponden al fuero federal.
El problema, sin embargo, no pasa por la estadística oficial, relacionada con el número de las denuncias asentadas en la procuraduría local, porque esa variable bien puede ser maquillada.
El tema de la inseguridad también tiene que ver con las denuncias no presentadas, la llamada cifra negra de la delincuencia, en la que Veracruz es el estado líder en el ámbito nacional.
El Financiero, periódico de circulación nacional, manejó este martes la información emitida por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) con relación a victimización y percepción sobre seguridad pública, que nos remite a datos preocupantes en Veracruz, entidad que se ubica, junto con Baja California Sur, Chiapas, Hidalgo, Oaxaca, Tlaxcala, Guanajuato y Sonora, entre las peores en esa materia.
El medio también señala que una investigación del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados advierte que la cifra negra llegó al 94.9 por ciento en la entidad veracruzana, que registró la más alta cifra en esa variable.
El índice de los delitos no denunciados aumentó dos puntos porcentuales en los últimos tres años; en ese sentido, no abona a la confianza ciudadana el hecho de que sólo en el 5.1 por ciento de los delitos cometidos en territorio veracruzano se inicie una averiguación previa, cuando en el ámbito nacional esa estadística llega al 9.9 por ciento, casi el doble.
El tema de los delitos que no se denuncian se relaciona con la percepción de la población sobre la inseguridad. En 2011, de acuerdo con la encuesta de Inegi, el 64.8 por ciento de los veracruzanos pensaban que la entidad era insegura; para 2012, 7 de cada diez habitantes de la entidad creía lo mismo; en 2013, la cifra llegó al 75 por ciento y el año pasado, al 80.7.
Por supuesto, la inseguridad es también un asunto de percepción, porque no puede ver el problema de igual manera un ciudadano común, que camina o transita por las calles, avenidas, carreteras y caminos de la entidad, un veracruzano que ha sido víctima directa o indirecta de la delincuencia, que un funcionario público que siempre, incluso dormido, está rodeado de guardaespaldas. @luisromero85