Dormir en tierra
Miró al mar con una expresión seria, grave,
interrogándolo en silencio como si aguardara
una respuesta honrada, veraz, que no podía
negársele a él de ningún modo.Las gruesas
olas se desplazaban en masas profundas,
empujadas desde abajo por los hombros
de un gigante ciego, algún dios condenado
a castigo para siempre.
“Dime algo, mar”, pidió de pronto extrañamente,
en silencio, con un raro sosiego y una tensa unción…
Dime cualquier cosa, lo que se te antoje
-volvió a pedir, la vista clavada en las olas,
en esos torsos, en esos pedazos de cíclope
que inútilmente querían recobrar otra vez
su forma completa, enlazados, desesperados.
Debía sufrir; el mar también debía sufrir, grande
y esclavo, sin reposo, insomne desde el principio
de los siglos. Debía sufrir de eternidad
-Acuérdate. Ella salió de noche. Acuérdate, mar.
Dime algo. En esa ocasión quiso dormir en tierra…
El balandro era su casa, una patria única,
una posesión inalienable.
(Dormir en tierra, José Revueltas)
Con ecos de las antiguas voces de los celtas, de Broadway, de los blueseros del Mississippi, de los boleristas mexicanos y caribeños Louise Phelan, cantante irlandesa, formó el crisol del que salió su verdadera voz, una voz que ha recorrido el mundo y se ha nutrido de todos los polvos y todos los oleajes.
Un día emprendió una cruzada en los cruceros y anduvo esparciendo y nutriendo su voz con el salitre del aire por los largos horizontes azules hasta que llegó a nuestros puertos y, seducida por la resonancia de nuestro idioma, decidió dormir en tierra.
A finales de abril llegó a Xalapa, antes del concierto platiqué con ella y descubrí que un pedacito de mar se albergó en sus ojos y decidió, como ella, soñar en tierra firme.
Feel the love
Soy de Irlanda, de una ciudad que se llama Limerick, y desde muy chiquita empecé a escuchar música y a cantar. Soy de una familia de muchos músicos; actores, bailarines, directores entonces no era tan raro que entrara a las artes escénicas.
En la escuela, cuando tenía cuatro años, fui elegida para cantar un solo y recuerdo el momento muy bien, salí con una canasta llena de flores que me dio mi abuela Mildred, era como otra mamá, cantaba todo el tiempo y me apoyó muchísimo, de hecho el nuevo disco, Moments of Light, está dedicado a ella porque cambió muchos caminos en mi vida, todavía escucho su voz y sus consejos. Me acuerdo que me regaló su canasta, la llenó con flores y me dijo:
-Hazlo como si estuvieras enamorada de lo que haces, -en inglés feel the love, y lo sentí con solo cuatro años. Recuerdo muy clara la experiencia de estar enfrente de mis compañeros y luego en el auditorio lleno con los papás (risas); desde ese momento ya sabía que cantar era parte de mi camino en la vida, no sabía si iba a ser profesional o la música sería solamente algo que tenía que tener en mi vida y que debía expresar con mi voz.
De niña escuchaba mucha música celta, música de teatro musical y música clásica y empecé a probar un poquito de todo. Luego empecé, en las escuelas de artes escénicas, a bailar, improvisar, actuar y cantar.
Con la música por dentro
Estudié música pero no soy músico de un instrumento particular, puedo tocar lo que necesito en el piano y en la guitarra pero me concentré mucho más en la voz, en el jazz la voz no solamente canta letras y melodías sino que es otro instrumento, por ejemplo, en los ensayos para este show con los chicos de Orbis Tertius estamos improvisando, buscando diálogos, conversaciones, convivencias, eso es el jazz para mí y yo soy otro músico que toca su instrumento desde adentro.
So much 2 listen
Estudié canto en Irlanda, en Londres y en Nueva York y sigo tomando clases magistrales. Llegué al jazz vía el teatro musical porque cantaba muchos temas de Cole Porter, Irving Berlin, George Gershwin, por supuesto, y también empecé a escuchar versiones de Billie Holiday, Ella Fitzgerald, Nina Simone, Anita O’Day. Luego comenzó a gustarme mucho la música de blues y del soul, en los noventa escuchaba mucho a Take Six y esos grupos.
Canto sano en cuerpo sano
Tengo otra carrera que es la Técnica Alexander, es una técnica que habla mucho del desempeño del cuerpo como instrumento físico y como cantante es muy interesante investigar la posibilidad de tener el cuerpo en armonía, afinar el cuerpo es afinar la voz también. Ahora estoy dando clases en diferentes sedes e instituciones como Bellas Artes donde trabajo con las cantantes de ópera, de hecho una de las chicas es de Xalapa y viene hoy para escuchar a su maestra cantando (risas).
La propia voz
Estudié con muchos maestros buenos y un consejo que me dio un compañero músico de jazz, hace como 10 años, fue:
-Escucha, escucha jazz, no el cien por ciento del tiempo, pero escucha muchísimo jazz, todo tipo de jazz, todas las interpretaciones de las diferentes cantantes; escucha sus voces pero especialmente su feeling, su forma de interactuar con la música, con los músicos, con la composición porque ellas hacen muchos juegos alrededor de la melodía. Uno no puede alejarse tanto, tenemos que mantener un respeto a la composición pero hay muchísimas diferentes interpretaciones y conociéndolas puedes encontrar tu propia voz.
Y en esa época comencé, en Londres, a buscar mi propia voz.
Cuando llegué al jazz me enfoqué solo a eso porque, para mí, cuando llego a lo que quiero hacer, a mi zona más deseada, estoy muy feliz y no necesito más.
Louise compone y el jazz dispone
Mi disco más reciente tiene cinco composiciones mías. Yo he escrito melodía, poesía y letra desde hace mucho y he grabado un poquito pero no formalmente hasta que llegué a este momento de mi vida en el que ya tenía algo para compartir: letra, historia y melodía.
Los chicos con los que grabé Moments of Light son algunos de los músicos más respetados del mundo del jazz aquí en México: Alex Mercado, Gabriel Puentes, Agustín Bernal y Marc Osterer.
Hace un par de años empecé a componer pensando en un quinteto de jazz (un cuarteto más voz) y me puse a pensar cómo suena la batería desde el punto de vista de Gabriel, qué escucho con el bajo, qué escucho con el piano y qué con la trompeta, y en las noches, antes de dormir, me ponía a grabar una melodía en mi teléfono y a componer una canción que se llama Take (la vamos a presentar hoy). Empecé a cantarla como balada y luego a hacer con mi voz cómo debía sonar la batería, el bajo y todos los instrumentos, grabé todo y luego fui un día a la casa del trompetista, otro día al estudio de Alex y les dije tengo esto, ¿lo podemos probar?, lo hicimos y ellos pusieron su toque, su sello de buenos arreglistas.
Alex y Marc hicieron todos los arreglos, tienen mucho input mío pero, por supuesto, son de ellos.
Cuando llegué a México no hablaba español, aquí aprendí y he empezado escribir un poquito en español pero, por el momento, todo es en inglés porque es mi idioma materno.
(CONTINUARÁ)
SEGUNDA PARTE: El canto de la sirena
https://www.youtube.com/watch?v=mNvElHTlJCM
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