La guerra mediática en que se han enfrascado el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), con spots donde se dan hasta con la cuchara y, me temo, con una veracidad escalofriante de ambos lados, parece estar debilitando a los del blanquiazul, según la encuesta de Parametría, levantada entre el 18 y el 22 de abril.

Antes de que se cumpliera el primer mes de campañas electorales (que arrancaron el 5 de abril), contra el éxito obtenido en 2006 por el PAN con una campaña negra, ahora parece que no le ha resultado y que incluso le ha llevado a perder puntos porcentuales.

Según la preferencia efectiva (en que no se considera las respuesta “ninguno”, “no sabe” y “no contesta”), el PRI marcha a la cabeza de las preferencias electorales para los comicios del próximo 7 de junio, con el 32 por ciento, seguido ocho puntos abajo por el PAN (24 por ciento).

Por otra parte, pese a los graves conflictos internos y a la salida de varios de sus dirigentes connotados, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se ubica en el tercer lugar, con el 13 por ciento, mientras que el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) tendrá un debut soñado pues ha logrado la preferencia del 10 por ciento, aunque cayó 1 por ciento respecto a marzo.

La encuesta El Financiero-Parametría ofrece un panorama más desalentador para el PAN pues, al 32 por ciento obtenido por el PRI, habrá que sumarle el 8 por ciento del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), con quien va en coalición, un partido que, sin embargo, entre marzo y abril perdió 2 por ciento de la preferencia.

“En febrero, registramos un incremento en las preferencias por el Partido Verde; sin embargo, en marzo se detuvo este incremento, e inició el descenso. Es probable que estemos registrando ahora el costo político del Verde de no respetar la normativa del INE en cuanto a la distribución de la propaganda electoral”, explica Parametría.

El partido de Dante Delgado, Movimiento Ciudadano (MC), aparece con un porcentaje que, de hacerse realidad en poco más de un mes, le permitirá conservar su registro como partido político ante el Instituto Nacional Electoral (INE), con el 4 por ciento de la preferencia.

Quienes podrían estar en la misma hipótesis, aunque muy cerca del precipicio, son los partidos Encuentro Social (PES) y Nueva Alianza (Panal), que obtuvieron 3 por ciento de la preferencia efectiva, en tanto que el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Humanista (PH) perderían el registro pues apenas el 1 por ciento ha pensado en ellos. El Humanista tendría, por cierto, debut y despedida.

Se le vino la noche a Acción Nacional

Según la encuesta a que hacemos referencia, entre marzo y abril, mientras el PRI logró crecer en 2 puntos su preferencia (al pasar de 30 a 32 %), el PAN por el contrario cayó tres puntos (del 27 al 24 %), con lo que la brecha entre ambos institutos políticos ha experimentado su mayor distancia. “Los cambios, si bien son marginales, van en direcciones opuestas; mientras la primera fuerza electoral sube, la segunda baja”.

Las campañas negras, entonces, siempre según esta empresa encuestadora, han sido más negativas para el PAN, pues pasa de acercarse en 3 por ciento al PRI en marzo a colocarse 8 puntos porcentuales por debajo en la encuesta de abril, la primera que se levanta con las campañas electorales en marcha.

“Una explicación a este hecho es que la campaña del PRI ha sido más efectiva que la de Acción Nacional. La estrategia del PAN de 2006, al emprender una campaña negativa, fue muy exitosa, pero la realizada en la actual contienda no ha tenido los efectos esperados”, señala el documento difundido por El Financiero-Parametría.

Y agrega: “Nuestra entrega de febrero reflejó que las campañas negativas no son del agrado de los ciudadanos, y que prefieren aquellos anuncios que hablen de los logros del gobierno. En este sentido, el PRI y el PVEM han sido los únicos partidos en difundir logros, ya sea por el beneficio que se tiene de las reformas estructurales (PRI) o bien por el cumplimiento de sus propuestas (PVEM).”

La lucha por el electorado veracruzano

Tanto priistas como panistas se han abalanzado sobre los dos estados, sin contar el Distrito Federal donde hay un claro predominio de Morena y el PRD, con mayor número de ciudadanos registrados en el padrón electoral: el Estado de México y Veracruz.

En el caso de nuestro solar, este fin de semana se concentró el apoyo de los dirigentes nacionales del PAN sobre los candidatos a diputados federales por los distritos de Veracruz y Veracruz Rural, considerados el foco de la disputa entre el exgobernador Fidel Herrera Beltrán y el jefe del clan de los Yunes azules, Miguel Ángel Yunes Linares.

Antes había estado por esos rumbos el dirigente nacional del PRI, César Camacho, quien vino con sombra para soportar el sol jarocho: la del oscuro oriundo de Nopaltepec, el famoso Tío Fide, empeñado en hacer ganar a la exalcaldesa de Veracruz, Carolina Gudiño, oriunda por cierto de Oaxaca, estado al que Camacho mandó al exgobernador como delegado del PRI nacional y donde fue recibido con una explicable violencia por su fama de corruptor de comicios.

Este fin de semana vino a la entidad, decíamos, el coordinador del Grupo Legislativo del PAN en la Cámara de Diputados, Ricardo Anaya Cortés, quien ya tuviera la dirigencia nacional del PAN, acompañado por Miguel Ángel Yunes, para relanzar las campañas de Gaby Ramírez y Paco Gutiérrez de Velasco, candidatos blanquiazules por los distritos XII y IV, de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.

Y es que si Veracruz es la tercera entidad del país con mayor número de electores, los distritos que más pesan en el estado son estos, conformados por la zona conurbada más poblada de Veracruz, donde desde hace por lo menos 20 años el PAN ha tenido la batuta tanto en el ámbito municipal como de diputados locales y federales, además de haber otorgado el triunfo a Josefina Vázquez Mota en la pasada contienda por la Presidencia de la República.

Para tratar de aminorar el efecto panista, el senador Héctor Yunes Landa fue también este fin de semana a Boca del Río, a un acto proselitista organizado por el senador Armando Neyra Chávez, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Industria Embotelladora, aunque no tuvo empacho en ignorar a la fidelista Carolina Gudiño.

Dijo que la mayoría de los 30 diputados federales que tiene Veracruz en el Congreso de la Unión son priistas y en las elecciones de este 7 de junio se repetirá la historia. Pero Héctor Yunes convocó a los trabajadores a votar por los abanderados del PRI-PVEM, Anilú Ingram Vallines y Antonio Tarek. Debe tener razones de peso para evitar quemarse brindándole el apoyo a la entraña de Fidel, famosa en el distrito que busca representar en el Congreso la guapa Anilú, por haber encabezado un gobierno municipal manchado por la corrupción, el nepotismo y la ineficacia.

Y mientras a nivel nacional las cosas pintan bien para el PRI, en Veracruz el horno no está para bollos. Hay varios candidatos priistas que podrían comer el polvo por sus antecedentes de corrupción. Además de Carolina Gudiño, el propio Antonio Tarek, extesorero de la Sefiplan, y el inefable Adolfo Mota Hernández, visto como traidor en el propio equipo duartista, que podría perder ante el perredista Constantino Aguilar, exdirigente de la CNC en la entidad, quien pese a no contar con el apoyo de su partido, va que vuela a un triunfo inusitado, aunque explicable.

La candidata a la diputación federal por Xalapa, Elizabeth Morales, tiene a su favor el hecho de que ningún otro partido tiene candidatos fuertes, circunstancia que le puede servir para regresar a la Cámara de Diputados, a la que llegó y abandonó para venir por la alcaldía capitalina.

Así las cosas en el panorama electoral veracruzano, donde el máximo triunfador será el abstencionismo.

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