Soneto para Alci, in memoriam
No quedará el trabajo, ni la pena
de creer y de amar. El tiempo abierto,
semejante a los mares y al desierto,
ha de borrar de la confusa arena
todo lo que me salva o encadena.
Más si alguien vive yo estaré despierto.
José Emilio Pacheco
Algunos trashumantes que han partido
jamás tuvieron vocación de ausencia
y la impronta indeleble de su esencia
ha quedado tatuada en el sonido.
Una guitarra huérfana es el nido
de la voz sempiterna que sentencia
que la música es la iridiscencia
que habrá de rescatarla del olvido.
Esa guitarra nunca silenciada
será protagonista en el concierto
sideral, pues es agua derramada
sobre la sed inmensa del desierto.
El guitarrista habita en su tonada,
siempre que alguien toque estará despierto.
Por eso, porque la música es el antídoto del olvido, los amigos de Alci Rebolledo, en colaboración con la Dirección de Difusión Cultural de la Universidad Veracruzana, han organizado un concierto en su memoria que se llevará a cabo el sábado 25 de abril, a las 19:00 horas, en el auditorio del Museo de Antropología. Son muchos los músicos que se agruparán en diversas formaciones para interpretar algunos temas del homenajeado, algunas piezas que le gustaban y algo del repertorio de Ronda Jazz, el grupo que formó y que dirigía. Pame Rebolledo, su hija, también pondrá su voz al servicio de la memoria, de la nostalgia, del amor que no se acaba.
Vayamos todos a cantarle porque, cito a Antonio Muñoz Molina, «también las canciones pueden ser regalos intangibles del amor, revelaciones decisivas como como la de una palabra dicha a tiempo, una promesa o una confesión».
La entrada es libre, asistan y, sí, siempre que alguien toque, Alci estará despierto.
Ver también: Te vas vestido de jazz…
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