Muchas de las “promesas” que hoy escuchamos de los candidatos que están en campaña rumbo a los comicios del 7 de junio van en la dirección de comportarse honestamente frente a los electores una vez obtenida la mayoría de votos que les permita llegar a una diputación.

Hoy, la mercadotecnia política recomienda “comprometerse” con el ciudadano para diferenciarse del “político tradicional” en el hecho de no lucrar con el cargo público para el cual se busca el voto. ¡Dicen los asesores de “imagen” que eso “vende”!

Sin embargo, se trata de un “espejismo político” debido a que el desprestigio por el que atraviesa la clase política del país nos ha llevado a los ciudadanos a pensar que quien se deslinda de los corruptos es verdaderamente el que tiene más “cualidades” para gobernar.

Y es que las experiencias de corrupción e impunidad inundan la esfera de lo público por lo que pensar en alguien honesto y probo se convierte en lo más importante para el elector.

Y ¿dónde quedan las propuestas, dónde están las ideas y el sustento político que dan forma a una candidatura? Eso ya quedó atrás. En las circunstancias actuales eso ya no importa para el ciudadano, cuando en realidad es lo más importante en un proceso democrático.

Estamos más distraídos en los “escándalos” de corrupción protagonizados por los actores políticos que lo verdaderamente sustancial e importante pasó a un segundo plano.

Pensamos que cuando los candidatos nos “ofrecen” ser honestos es porque realmente lo van a ser. La gran verdad es que durante años ha sido lo contrario y quienes hoy prometen rectitud, en el pasado se han comportado de manera opuesta a lo que ofrecieron. ¿Por qué ahora sí han de cumplir?

Estamos tan faltos de propuestas y de ideas que le den sentido a la actividad política de los candidatos (sin ideas, la política es sólo pragmatismo) que las propias autoridades electorales del INE han tenido que organizar foros para debatir las “plataformas” de los 10 partidos políticos que habrán de contender dentro de 48 días en una de las elecciones más complicadas,