Más que el problema de la inseguridad pública –secuestros, extorsiones, asaltos, ejecuciones del crimen organizado, etcétera–, que hasta hace poco se consideraba el principal flagelo social en Veracruz y el resto del país, han sido las denuncias sobre actos de corrupción, la impunidad y la falta de transparencia en el ejercicio del poder lo que está caldeando las campañas en el presente proceso electoral
Anteayer, por ejemplo, el dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, anunció que presentarían cuatro denuncias –una penal ante la PGR; otra, electoral, ante la FEPADE; una más, administrativa, ante la dirección de Aeronáutica Civil, y otra más ante la Función Pública– por tráfico de influencias y delitos electorales contra la senadora con licencia Claudia Pavlovich, candidata del PRI al gobierno de Sonora, la cual ha sido cuestionada por gestionar la modificación de una licitación para favorecer a constructores sonorenses y por usar el avión de un empresario cercano a ese grupo para viajes personales y de campaña.
En esa conferencia de prensa, Madero fue acompañado por Miguel Ángel Yunes Linares, candidato a diputado plurinominal, quien denunció también al gobierno de Veracruz de haber malversado 2 mil 500 millones de pesos del Fondo de Aportaciones para la Educación Básica (FAEB), monto que según afirmó el aspirante del PAN a la gubernatura del estado, pese a los señalamientos de la Auditoría Superior de la Federación no se han reintegrado aún al erario federal.
“Tenemos en nuestro poder documentos y seis denuncias penales que acreditan la desviación de casi 2 mil 500 millones de pesos, y a pesar de que las mismas contienen todos los elementos necesarios para proceder de inmediato, la Procuraduría General de la República no lo ha hecho”, cuestionó el ex director del ISSSTE.
Yunes Linares refirió que la denuncia fue presentada por la ASF ante la PGR el 11 de noviembre de 2014 y contempla inconsistencias en el manejo de fondos federales en 2009, año en que todavía gobernaba la entidad Fidel Herrera Beltrán, su acérrimo enemigo político y quien el sábado anterior reapareció públicamente durante la gira por Xalapa y el puerto de Veracruz del dirigente nacional priista César Camacho, el cual elogió al ex mandatario y anunció que sería el nuevo delegado del CEN del PRI en el estado de Oaxaca.
Casualmente, unas horas después de la conferencia de prensa de Madero y de Yunes Linares, el senador priista y también aspirante a gobernador de Veracruz, Héctor Yunes Landa, difundió un comunicado titulado “Impunidad y corrupción” en el que afirma que ambos males son “un cáncer muy peligroso que impide el desarrollo, el acceso justo e igualitario a las instituciones y la justicia social”.
“La corrupción es un mal endémico, que lamentablemente afecta todos los niveles de gobierno, a los partidos políticos y está latente en la vida pública de México; pero también en el ámbito privado.
“La transa, la trampa y el engaño son enfermedades que calan en lo más hondo de nuestra institucionalidad y mantienen un esquema que produce retrocesos en nuestra vida democrática”. Y refiere que la frase de que “el que no transa no avanza” es “un nefasto y detestable dicho popular que por desgracia está en la mente de muchos compatriotas y, es de reconocerse, en el servicio público es donde más casos se registran. La subcultura del fraude y de la trampa permea todos los aspectos de nuestra vida social, económica y política, que nos ha causado un daño enorme como sociedad.”
Y afirma estar convencido de que “es indispensable poner un ‘hasta aquí’, un alto definitivo a la corrupción, haciendo efectiva la ley. La impunidad no beneficia a nadie. Hoy, si alguien la utiliza a su favor, mañana debe ser usada en su contra.”
Yunes Landa refiere que en sociedades del llamado Primer Mundo también se da la corrupción, pero acota que en menor grado. “La gran diferencia radica en que allá sí se castigan estas prácticas”, apunta, por lo que insiste en que acá “la ley debe aplicarse para que el acto ilícito no quede sin castigo, sólo así evitaremos que estos esquemas y conductas continúen reproduciéndose.”
Finalmente considera “necesario que el andamiaje de fiscalización y contraloría gubernamental se transforme para garantizar el correcto uso de los recursos económicos, materiales y humanos. Con las medidas necesarias –resume– concluirá la época de las vacas gordas para los corruptos. Es momento de iniciar su supresión de la administración pública y su señalamiento social.”
Pero Héctor Yunes no hizo una sola mención específica sobre la denuncia que acaba de hacer Miguel Ángel Yunes sobre la malversación de miles de millones de pesos que se viene dando en Veracruz desde la administración del ex gobernador Fidel Herrera (2004-2010), de quien el senador priista fue secretario particular y en cuya administración se desempeñó como subsecretario de Gobierno y coordinador del Congreso local.
¿A poco eso de que “el que transa no avanza” nomás lo dijo de dientes para fuera? Si Yunes Landa quiere ser gobernador en el 2016 tendrá que deslindarse de la camarilla fidelista, tal como lo ha hecho ya el senador Pepe Yunes Zorrilla.