Como comenté ayer, Melissa Aldana estuvo en el Festival Ejazz de Puebla en el año 2011, ahí, además de su concierto, ofreció una clínica, en esta entrega comparto algunos momentos de esa sesión.
De tal saxo tal jazztilla
Una de las cosas que más le agradezco mi papá es que nunca me obligó estudiar, de hecho él trataba de que yo no estudiara por ese machismo chileno y me decía eres mujer y cuando cuando cumplas los 15 y los chicos y la escuela y bla, bla, bla y eso que me decía más de motivaba, yo decía es que yo quiero hacerlo en verdad, me gusta y quiero estudiar. Cuando yo tenía seis años mi papá estaba haciendo una clase, tenía dos saxofonistas y necesitaban una tercera voz y yo siempre decía ya papá, déjame tocar y me dijo bueno, agarra el sax, me puso a tocar solo dos notas y desde entonces sentí algo que de verdad amaba mucho, me sentía muy conectada con el saxofón y, bueno, mi papá vio que iba en serio el asunto y empezamos estudiar juntos, me mostró todos los discos y todas las grabaciones que tenía.
Yo sí creo que el hecho de haber crecido en una familia de músicos y tener a mi papá al lado mío diciéndome esto es así y esto es acá ha sido algo muy importante, y una de las cosas que me llama mucho la atención es que tengo muchas cosas de él, muchas cosas que aprendí cuando estaba empezando estudiar y que han ido saliendo a flote y creo que son muy importantes para mí.
Como Santo Tomás, hasta no ver no aprender
Yo me preguntaba a mí misma cómo es que hay que desarrollar un solo.
Cuando uno empieza a escuchar bien las piezas de Sonny Rollins, que tienen tanto sentido del comienzo al final, uno se pregunta cómo es que esos tipos escribieron; a mí me ha ayudado mucho escoger una balada, transcribirla, tocarla y ser muy honesta con la armonía y, cuando una nota suena rara, saber exactamente lo que estoy tocando y por qué lo estoy tocando.
Yo me sé algunos solos hasta el día de hoy solamente por la manera en que me los aprendí y por el amor con que mi papá me enseñó aprenderme solos. Es darse la paciencia y tomarse el trabajo de sacarlo exactamente como es y de esa manera difícilmente se podrá olvidar y todas esas ideas se te quedan en el subconsciente y, de alguna manera, cuando pasan los años, cuando vas tocando, las ideas que se quedaron ahí salen y son parte de tu lenguaje.
Cada saxo con su tema
Hay que agarrar un tema, estudiar las escalas, tratar de hacer el motivo melódico, quizá el motivo rítmico, y después experimentar porque, si uno siempre toca las cosas que se sabe técnicamente, están ahí pero cuándo vas a ir a lo siguiente.
Yo creo que una persona tiene que ser culta y conocer muy bien el lenguaje para poder decir lo que quiere decir, pero creo que algunas composiciones como los standards es importante saberse la melodía exactamente como el compositor la hizo, saber un par de solos, saber cómo improvisaba Charlie Parker o Don Byas, o cómo escribe los temas Mark Turner, saber todo y estar bien informado pero también creo que nosotros, como músicos jóvenes, tenemos la responsabilidad de ir más allá de eso y seguir manteniendo la composición pero también de cambiar, de implementar nuevas ideas, de meter nuestras propias experiencias y, suene bien o suene mal, tratar de buscar eso; hay un montón de cosas que uno puede ir poniendo y que van a transformar el tema, hay quien dice que lo hace pedazos, pero es muy importante hacerlo.
El que yerro estudia, a yerro crece
Uno siempre quiere sonar bien pero en el estudio se supone que uno tiene que sonar mal porque está investigando, está viendo qué es lo que le gusta y lo que no le gusta y experimentando cosas nuevas, yo creo que los errores son la parte más valiosa del aprendizaje.
Yo creo que no hay mejor escuela ni verdad más absoluta que las grabaciones, todo lo que tienen los grandes músicos está ahí, no hace falta ir a verlos y preguntarles, simplemente hay que entender el vocabulario, escuchar versiones antiguas, versiones de hoy y tratar de transcribirlas, por ejemplo, a mí me ha servido mucho transcribir a Sonny Rollins para entender las baladas, me ha servido escuchar a Don Byas por el sonido, me ha servido escuchar a Stan Getz que es el máster de cómo crear las melodías, y de tanto transcribirlos y tocarlos te vas dando cuenta de un montón de cosas, pero es un proceso que necesita mucho tiempo, son años de búsqueda.
Sidemen
Me gustan mucho los pianistas porque ahí está toda la armonía, yo tuve un novio que era pianista y eso me sirvió mucho porque le saqué mucho rollo a la armonía, le preguntaba qué voces estás haciendo, qué estas tocando acá, qué estás haciendo allá, y una vez que empecé a profundizar en lo que estaban haciendo armónicamente los pianistas o los guitarristas empecé a entender lo que estaban requiriendo los saxofonistas. También es importante ver a los bajistas y cómo tocan los bateristas, yo creo que es muy bueno y muy positivo estar conectado y completamente abierto a todo lo que está pasando alrededor, eso te enriquece mucho como músico.
Despacio, que voy muy lejos
Uno generalmente tiende a pensar que un gran sonido es un sonido fuerte, por ejemplo Joe Henderson era un máster del micrófono, sabía muy bien sonar fuerte pero el sonido puede ser alto o bajo y el control que uno tiene es lo que hace la fuerza; una de las cosas que me ha servido mucho, y que no me había dado cuenta, es que cuando me mudé a Nueva York no podía tocar fuerte, tenía que tocar muy, muy despacio y el hecho de tener que tocar así me ayudó mucho a mejorar mi sonido, el control que tienes que tener te va a facilitar hacer lo que quieras. Esa es la parte técnica pero también tienes que tratar de encontrar una identidad de sonido, tratar de buscar lo que a ti te gusta más y tocar lo que tú eres, tratar de que sea como una obra de arte, como una pintura.
Come Play with Me
Yo no tenía mi propia banda y estaba tocando con músicos muy buenos que conocía pero con los que no había tocado tanto y la parte principal del desarrollar un tema tiene que ver con tocarlo y tocarlo con una misma banda, que todo mundo se sepa la música y tratar de hacer cosas juntos, yo creo que así es como uno va desarrollando los temas propios,
en verdad no hay otra manera, a menos que los toques, nunca vas a saber cómo van a sonar, yo creo que por eso sonaban así todos estos grupos tan importantes en la historia del jazz como el Quinteto de Miles, los tipos tocaban todas las noches los mismos temas tratando de decir cosas distintas cada noche, en cada concierto. Tocaron juntos por muchos años, eran una familia y crecieron juntos.
Creo que eso es lo más importante para crear y para conocerte a ti mismo porque el hecho de tocar juntos mucho tiempo te hace tenerles confianza, sabes que si te equivocas en una nota ellos van a estar ahí para apoyarte y van a hacer que ese error suene como si fuera algo que estaba ahí; es muy importante tener una conexión con tu banda tanto personalmente como musicalmente, eso te da la libertad de seguir creciendo y no estar insegura de lo que estás tocando.
PRIMERA PARTE: Un saxofón araucano
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