Cientos de candidatos a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, salvo alguno que ha preferido no usar las prerrogativas a las que tiene derecho, gastan a manos llenas los recursos públicos, mientras los partidos políticos y sus actuales diputados observan cómo deben avanzar para que en 2016 el gobierno federal presente un presupuesto cero que no necesariamente evitará todos los gastos superfluos de las instancias públicas.
Si consideramos que en el país deberán elegirse los diputados por mayoría relativa de los 300 distritos electorales federales y que cada uno de los 10 partidos registrados por el Instituto Nacional Electoral (INE) postula fórmulas por cada uno de ellos, estaremos ante un universo de ambiciones políticas que involucran a 6,000 individuos (hombres o mujeres) que desde el domingo pasado andan de la Seca a la Meca buscando convencer, primero, a organizaciones y líderes políticos y sociales de regiones y municipios, y luego, a los pobladores directamente o a través de sus estructuras territoriales.
Si a estos 6 mil candidatos (propietarios y suplentes), que buscan ganar la diputación por la mayoría que obtengan en sus distritos, les agregamos los candidatos independientes, ya estaremos ante un escenario un poco más complicado.
Por supuesto, no todos los partidos tienen suficientes militantes o seguidores como para postular en todos los distritos del país. Según datos del INE, su Consejo General aprobó el registro de 4 mil 496 candidatos a diputados federales, de los cuales 2 mil 694 irán por el principio de mayoría relativa, en tanto que los restantes 1 mil 852 lo harán por el principio de representación proporcional.
Por primera vez en nuestros procesos electorales, exactamente la mitad del conjunto de los candidatos son mujeres (2 mil 248), lo que puede permitir una mayor presencia femenina en la próxima Cámara de Diputados, aunque no necesariamente a la mitad. Hay que recordar que los partidos políticos no se pusieron de acuerdo para postular todos a mujeres o a hombres en cada distrito, por lo que el voto puede deparar una derrota a la ansiada paridad en este aspecto.
De todos los candidatos a las diputaciones federales, el INE solo autorizó la participación de 22 candidaturas independientes (de 52 que lo solicitaron) y que estarán presentes en el DF y los estados de Chihuahua, Hidalgo, Nayarit, Nuevo León, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala y, por supuesto, Veracruz.
Cada uno de los 4 mil 496 candidatos no podrá gastar más de 1 millón 260 mil pesos y, aunque muchos serán los que no lleguen a gastar ni 300 mil pesos, habrá otros que sobrepasen subrepticiamente ese tope, lo que hace calcular una danza de recursos que rebasen los 5 mil millones de pesos, si bien sabemos que los recursos que los partidos han recibido para esta jornada son aún mayores.
El fenómeno de los candidatos independientes fue particularmente intenso en Veracruz, sobre todo en Xalapa, donde llegó a haber más de tres que buscaban estrenar esta dificilísima modalidad que fue aceptada en la pasada reforma político-electoral casi a regañadientes por los partidos políticos, que no querían dejar el monopolio de los procesos electorales, sin embargo, impusieron tales candados (lo mismo con el caso de la consulta ciudadana) que casi es imposible acceder a ambos mecanismos.
Por el distrito de Xalapa Urbano, por ejemplo, van dos candidatos ciudadanos: Eduardo de la Torre, un perspicaz político opositor que ha hecho sus ejercicios en el Partido Acción Nacional y que continuamente aporta elementos de análisis sobre el quehacer político, y Rafael Pérez Sánchez, un priista de hueso colorado que pudo haber impulsado su candidatura posiblemente con la intención de atomizar aún más el voto y, con ello, favorecer a la candidata priista Elízabeth Morales.
Llama la atención la reincorporación a las lides electorales de un xalapeño sumamente conocido y respetado como Magno Garcimarrero Ochoa, quien ya ha disfrutado las mieles legislativas en el Senado de la República, cuando siendo suplente de Heberto Castillo, se incorporó a la Cámara alta en 1997, luego de haber tenido la experiencia de la diputación local en 1995 y haber sido candidato del PRD a la alcaldía de Xalapa. Su postulación por la alianza del PRD con el Partido del Trabajo (PT) y el amplio conocimiento que los xalapeños tienen de él, de su honradez, de su don de gentes, le podría hacer ganar un buen número de votos e, incluso, permitirle refrendar el triunfo de su partido logrado por el actual legislador federal Uriel Flores Aguayo.
Las pluris del PRI
Por cierto que como candidatos plurinominales del PRI por la tercera circunscripción plurinominal (que incluye a Veracruz junto con Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán) van dos exfuncionarios de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) y dos miembros de las fuerzas armadas, aunque no todos van con las mismas posibilidades, a no ser que Veracruz aporte demasiadas derrotas priistas en las diputaciones de mayoría relativa.
Quien marcha en el primer sitio de la lista es , exdiputado, quien renunció a la titularidad de la Sedatu (ocupada hoy por el exprocurador Jesús Murillo Karam) para ir de nuevo a las lides legislativas, además de Georgina Trujillo Zentella, quien fungiera como subsecretaria de Política Sectorial de esa misma dependencia, aunque ella en el lugar 8. La número 2 de la lista es la actual secretaria general del PRI nacional y exgobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco.
Los lugares 3 y 5 fueron asignados a las fuerzas castrenses: Virgilio Daniel Méndez Bazán, exsubsecretario de la Defensa, y Carlos Federico Quinto Guillén, exsubsecretario de Marina, respectivamente. En medio, la exrectora de la Universidad Autónoma de Campeche, Adriana Ortiz Lanz, en la posición 4.
En la posición 6 va Mariana Benítez Tiburcio, exsubprocuradora Jurídica y de Asuntos Internacionales de la PGR (quien le cedió el paso a la actual Procuradora), seguida del veracruzano Oswaldo Cházaro Montalvo, presidente de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas; el lugar 8 va la exfuncionaria de Sedatu mencionada, y le siguen David Aguilar Robles, de la CROC, y Sara Latife Ruiz Chávez, de negra memoria, pues cuando en 2007 contendía por la secretaría general del PRI en fórmula con Enrique Jackson (quien buscaba la presidencia del partido), medios de comunicación difundieron que la priista había sido propietaria del table dance Black & White.
Ya iremos comentando sobre participantes del próximo proceso electoral federal.
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