Unos porque aseguran que quieren servir desde el Congreso de la Unión al pueblo veracruzano y a la administración de su jefe político, el gobernador Javier Duarte de Ochoa, y otros porque en realidad andan desesperados en busca de fuero e impunidad, pero al menos hay una veintena de aspirantes del PRI a la diputación federal –entre secretarios de despacho, legisladores locales, líderes sindicales y destacados personajes del partido tricolor, muy identificados con el régimen duartista–, que con bastante anticipación han iniciado no sólo un disimulado activismo en sus distritos de origen o donde están avecindados sino que inclusive han ido cooptando a militantes de la oposición y hasta a funcionarios distritales del Instituto Federal Electoral (IFE), recién desaparecido y sustituido por el Instituto Nacional Electoral (INE).

Sin embargo, a varios priistas de Veracruz que actualmente despachan en diversas dependencias del Gobierno de la República en la ciudad de México, les ha entrado la duda si todos estos suspirantes que andan tan movidos lograrán pasar en 2015 los filtros de las dos aduanas presidenciales: la de Los Pinos, que está en manos del jefe del Ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto, y la del Comité Ejecutivo Nacional del PRI que encabeza César Camacho Quiroz, a quien precisamente se le candidatea para coordinar a la próxima diputación tricolor.

Y es que no es por aguarles tan temprano la fiesta de su esperada nominación a los precandidatos duartistas, pero sus correligionarios exiliados en el DF afirman con mucha seguridad que no se descarta que de última hora resulten nominados otros prospectos más cercanos y afines a Peña Nieto, quien cada vez manda señales preocupantes del nuevo Presidencialismo Imperial a los gobernadores de su partido, a los cuales acaba de dar un manotazo con la amenaza de la controversia constitucional por la reforma educativa.

Si la percepción de estos priistas no es equivocada, entonces no se descarte que el mexiquense retorne al esquema anterior del partido hegemónico, cuando el Presidente de la República en turno decidía las candidaturas del PRI a las gubernaturas, senadurías y diputaciones federales, dejando en manos de los gobernadores de su partido solamente las nominaciones a las alcaldías y al Congreso local.

Pero no está por demás que los duartistas sigan trabajando políticamente sus distritos, pues qué tal si deveras les dan un centralazo y les mandan candidatos “golondrinos”, obligándolos a sacar su elección a como dé lugar.

En 2012, como candidato presidencial, Peña Nieto por necesidad tuvo que pactar con todos los gobernadores priistas y cederles las candidaturas de mayoría relativa a la diputación y al Senado de la República. Algunos, como Duarte de Ochoa, le cumplieron: ganaron en Veracruz los dos escaños senatoriales y 15 de las 21 curules federales, aunque la elección de Presidente la perdió el mexiquense por una diferencia de escasos mil votos ante Josefina Vázquez Mota, del PAN.

Ahora, ya en “la plenitud del pinche poder”, como se regodeaba a mediados de su administración el entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán, habrá que ver si Enrique Peña se erige en el Gran Elector de los próximos candidatos del PRI a diputados que lo acompañarán toda la segunda mitad de su sexenio (2015-2018) o si los gobernadores logran salirse nuevamente con la suya imponiendo a sus incondicionales que, en el caso de Veracruz, sólo le servirán casi un año a Javier Duarte, cuyo mandato finaliza en noviembre de 2016.

Sedesol: ¡otra vez!

Un lector nos pide hacer del conocimiento de las autoridades de la Secretaría de Desarrollo Social federal las presuntas anomalías que continuarían dándose en la Delegación del estado de Veracruz, “esta vez en el Programa + 65 Pensión para Adultos Mayores, en la zona 10 que pertenece a San Andrés Tuxtla”.Según su queja, “el RM (Responsable de Mesa de Atención) Manolo Córdova Mortera, hermano menor de Wiliado Córdova Mortera, jefe de Seguimiento Operativo de dicho programa, fue denunciado por su jefe de zona Gerardo Chávez Carreón ya que cobraba a cada adulto mayor una cuota por el trámite de incorporación al Programa, así como por hurtar decenas de tarjetas de banco ya asignadas para recibir el apoyo, haciendo efectivo el cobro bimestral”. Además lo señalan de “hacer uso de los vehículos oficiales para ingerir bebidas alcohólicas”, por lo que “su protector y hermano Wiliado Córdova Mortera optó por sacarlo de campo y traerlo a las oficinas de la delegación”.

Caso similar, nos dice, es “lo que ocurre en la zona 12 que pertenece a Coatzacoalcos, donde el jefe de zona, Luis Eduardo Luna Morales, también sorprendió a Luis Barragán, otro ‘Promotor Social’, Responsable de Mesa de Atención,  haciendo efectivo el cobro con decenas de tarjetas de banco ya asignadas para recibir el apoyo económico; este Promotor Social es uno de tantos  que se reportan bimestralmente con Wiliado Córdova Mortera y  Leticia Carmona (asistente del jefe de Seguimiento Operativo).”

Y se pregunta si “¿acaso de ahí el licenciado Córdova, a tres meses de haber tomado posesión de dicho cargo, se dio el lujo de comprarse una camioneta Toyota del año, con valor de más de trescientos mil pesos?”

También señala a la empleada Leticia Carmona de “déspota”, que “desde que ocupa el lugar de Asistente en el área de Seguimiento Operativo influye en el Jefe en turno para despedir y mover  al personal que le estorba, para poder liberar viáticos de quienes se ‘mochan’ con ella, como las hermanas Castillo Hernández y el esposo de una de ellas por poner un ejemplo, así como la asignación de viáticos a quienes ni siquiera tienen dichas comisiones, pasando por encima de los derechos de los trabajadores que cuentan con la capacidad y experiencia, algunos hasta con antigüedad de diez años en la Secretaría, despidiéndolos sin mayor explicación más que ‘sólo fueron instrucciones de Oficinas Centrales’, siendo que en la ciudad de México ni por enterados”.

Servido.