(FOTO: Jan Saudek)
(FOTO: Jan Saudek)

Horas Extra fue el último programa que produje y conduje en Radio Más. Se transmitía de la media noche a las dos de la madrugada, un horario sumamente plácido para estar, casi en total soledad, en un estudio de radio aunque, claro, la factura era pagada en invierno, cuando el operador del máster, el realizador y yo salíamos a esperar el radio-taxi con una temperatura de dos o tres grados. La mayor parte de la gente duerme a esa hora por lo que, en agradecimiento a mis escuchas, dedicaba la última media hora a una sección que denominé Eros y Jazzeros en la que hacía un maridaje entre poemas eróticos y una selección jazz muy sensual. Ignoro cuántas parejas me lo habrán agradecido, espero que algunas.
Retomo aquí tan noble ejercicio con una serie de décimas de mi autoría dedicadas a esos placenteros sueños de la adolescencia. En La flor de Coleridge, Borges cita al poeta inglés: “Si un hombre atravesara el Paraíso en un sueño, y le dieran una flor como prueba de que había estado allí, y si al despertar encontrara esa flor en su mano… ¿entonces, qué?”. También en las sábanas de los adolescentes quedan plasmados los pétalos que atestiguan que, efectivamente, esa noche estuvieron en el paraíso.

(FOTO: Jan Saudek)
(FOTO: Jan Saudek)

El sound track lo aporta Ben Webster, uno de los Tres Jinetes del Apocalipsis (Coleman Hawkins y Lester Young completan la tripleta) del saxofón tenor que precedieron al movimiento del bop. Ben fue calificado por Rex Stewart como el Dr. Jekyll y Mr. Hyde del jazz por su capacidad de interpretar con energía y fuerza las piezas del swing y con delicadeza las baladas. Sobre estas últimas, el portal de internet de la Asociación Ronda Jazz dice: «Sus baladas…demuestran el enorme feeling que tenía cada vez que cogía su saxo. Cuando tocaba acompañado de piano (Hank Jones, Oscar Peterson…), el sonido aterciopelado de su saxo, el mullido de las notas balanceándose sobre el compás del piano consiguen una musicalidad y un swing absoluto. Pero en sus baladas nunca empalagaba porque, por muy suavemente que tocara, el rugido siempre estaba al acecho en alguna parte».
Como este medio lo permite, completo el coctel con una selección de imágenes del fotógrafo y artista plástico checo Jan Saudek, artífice de un excéntrico erotismo.
Bien-venidos sean.

(FOTO: Jan Saudek)
(FOTO: Jan Saudek)

Con quijotesca osadía
pero con paso sutil
mi lengua, acuoso reptil,
recorre tu geografía;
se afilia a la cofradía
de tus pechos-monasterios
y en pezones-asceterios
se convierte en eremita;
columbra, mientras medita,
el baúl de tus misterios

 

 

Saudek 5
(FOTO: Jan Saudek)

En la cima de tus senos
-montículos de piel viva-
deja un rastro de saliva;
degusta tus almacenos
y los deja enhiestos, plenos.
Sigue el olor del jazmín
que la llevará al confín,
al paraíso anhelado
(ese paraje vedado);
a tu pubis, tu jardín

 

 

 

 

(FOTO: Jan Saudek)
(FOTO: Jan Saudek)

Es tu pubis el edén,
el jardín de los sentidos
cuyos aromas, sonidos
y sabores en vaivén
hacen, de mi ser, rehén,
habitante, lugareño.
Entro a tu flora risueño,
risueño llego al orgasmo
y, tras el último espasmo,
me despierto…era un sueño

 

 

 

 

 

(FOTO: Jan Saudek)
(FOTO: Jan Saudek)

Ya clarea en tu vergel,
en tu epidermis valluna
quedan residuos de luna,
pero amanece en tu piel.
Brota la luz a granel
de ese cuerpo que es testigo
que anoche, un sueño furtivo
te inundó, resplandeciente;
nace tu cuerpo sonriente:
también soñaste conmigo.

https://www.youtube.com/watch?v=yyh-h4rzti8



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